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Epifanía significa "manifestación". Jesucristo se da a conocer. Aunque Jesús se reveló en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
Su Epifanía ante los Reyes Magos
Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
Su Epifanía a los discípulos y comienzo de la vida pública con el milagro en Caná.
La Epifanía que más celebramos en la Navidad, es la primera.
La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero, tanto en Egipto como en Arabia, se celebraba el solsticio, ensalzando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas.
Epifanio explica que los paganos festejaban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio. Nos dice además, que éstos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré.
Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos realizaban una festividad mucho antes que los cristianos, con ritos nocturnos en los que gritaban: "La Virgen ha dado a luz, la luz crece".
Entre los años 120 y 140 AD, los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos, conmemorando el Bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesucristo, cuando fue bautizado.
Epifanio trata de darles un sentido cristiano, al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y que los cristianos celebran su nacimiento.
Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a festejar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llame en oriente, "hagia phota", es decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente, ya se daba en la Galia a mediados del siglo IV, donde se encuentran vestigios de haber sido una gran festividad para el año 361 AD. La celebración es ligeramente posterior a la de Navidad.
Los Reyes Magos:
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con ella la Revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía.
La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (véase San Mateo 2, 1-12), como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el Salvador de toda la humanidad.
De acuerdo con la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, personas que por su cultura y espiritualidad, cultivaban el conocimiento del hombre y de la naturaleza, esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios.
Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra. De la tradición de los primeros siglos, se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar.
Hasta el año de 474 AD, sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente. Luego fueron trasladados a la Catedral de Milán, Italia, y en 1164 a la ciudad de Colonia, Alemania, donde permanecen hasta nuestros días.
El hacer regalos a los niños el día 6 de enero, corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle ofrendas, tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mí me lo hacéis" (véase San Mateo 25,40)
A los niños se les hace vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento, y a los mayores se les evoca este día como una muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.
New York, Estados Unidos - Te deseamos nades en la abundancia de bendiciones que Dios te da cada día y especialmente con todo el amor del mundo y el cielo el día de hoy. te abraza tu hermana y familia.
Guadalajara-Jalisco, México (1953) - Gracias al Dios de la vida, por el regalo de existir; un año más, una gracia más, una oportunidad más, una tarea más, una caricia de su parte más... Saludos.
Ordenación Sacerdotal. Valle de Angeles, F.M.,Honduras - Que el Señor de Señores, le bendiga y le guarde, le ilumine en su aniversario de ordenación Sacerdotal, que el amor de Dios se manifieste en abundancia en su vida!!! Paz y Bien. Laura Lidia
Queridos hermanos: ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Éste es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene dentro el testimonio. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
Glorifica al Señor, Jerusalén, / a Dios ríndele honores, Israel. / El refuerza el cerrojo de tus puertas / y bendice a tus hijos en tu casa. R.
El mantiene la paz en tus fronteras, / con su trigo mejor sacia tu hambre. / El envía a la tierra su mensaje / y su palabra corre velozmente. R.
Le muestra a Jacob su pensamiento, / sus normas y designios a Israel. / No ha hecho nada igual con ningún pueblo, / ni le ha confiado a otro sus proyectos. R.
En aquel tiempo, proclamaba Juan: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo."
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto."
Dios ha querido darnos vida que sea digna de ese nombre; vida que no sea aplazar la muerte. Y el testimonio de esa verdad lo tenemos en el Espíritu, el agua y la sangre. 4 min. 27 seg.
El agua habla de pertenencia a una comunidad de bautizados; la sangre, del desbordado amor divino; el Espíritu, del testimonio interior que persuade con suavidad y firmeza. 22 min. 41 seg.
Al entender el valor de la sangre de Cristo en nuestra vida y que fuimos amados hasta el extremo, somos capaces de vencer la cultura del engaño que está permeando al mundo. 6 min. 1 seg.
La fe implica la adhesión a la persona y el modo de vida de Cristo: en su forma paradójica de ser Hijo del Altísimo y servidor de todos, está la clave de lo que la Carta de Juan llama "vencer al mundo." 5 min. 58 seg.
Pidamos ser movidos por el Espíritu Santo para empezar una vida nueva, reconociendo que somos pecadores y a la vez amados y perdonados por Dios. 4 min. 55 seg.
Creer en Jesús nos ayuda a vencer la vanidad al buscar lo eterno y la gloria de Dios, la mentira y la complicidad al llevar en el corazón la verdad de lo que somos y el amor de Dios. 7 min. 18 seg.
Vencer al mundo es estar libre de las presiones con las que el mundo nos quiere gobernar. Jesús ha vencido al mundo, y en su Santo Nombre tú y yo vencemos al mundo. 3 min. 52 seg.
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1.1 Uno aprecia lo que significa "vencer al mundo" cuando descubre cuánto poder tiene eso que la Biblia llama "mundo."
1.2 Poder del mundo es la capacidad de alinear la mente de las personas para que no piensen por sí mismas, sino que sigan como rebaño para la muerte todo tipo de modas y teorías. ¿No es verdad que cada rato uno se sorprende de lo fácil que es cambiarle la mente a la gente para que acepte lo que sea y compre lo que sea?
1.3 Poder del mundo es comprobar que los ídolos más perversos resultan entronizados, de modo que todos los aplausos se van para los tiranos, los libertinos y los blasfemos, mientras que los héroes y los santos son relegados al olvido y a las sombras.
1.4 Vencer al mundo es tener una vista que supera todo lo que vemos, por una esperanza que va más allá de lo que se nos demuestra. No sabemos cuánto hay que llorar, de dolor y de amor, de alegría y de oración, para alcanzar esa mirada.
2. El que bautiza con Espíritu Santo
2.1 Las palabras de Juan tuvieron que tener un impacto formidable en medio de la gente. Él mismo era tenido por profeta y santo entre la gente, y he aquí que habla de alguien "más grande," que además trae un bautismo "más grande."
2.2 Es más grande el bautismo que trae Jesús porque declara mejor quién es Dios y revela mejor su plan para el hombre. Mientras que Juan mostraba qué poca cosa nos volvemos lejos de Dios, Jesús mostrará con su predicación y sus obras todo lo que podemos ser cuando nos acercamos a Dios, ahora que Él mismo se ha acercado a nosotros, precisamente en Jesucristo.
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes: para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R.
Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos; que los reyes de Sabá y de Arabia le ofrezcan sus dones, que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan. R.
Porque él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.
Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra. (Salmo 71)
2a.
Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos (Efesios 3, 2-6)
Evangelio
Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo". Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel"".
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: "Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo". Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
En el tiempo en que vivimos, muchas personas no encuentran a Dios, y han dejado de practicar su fe. En medio de esa oscuridad, la luz de Dios empieza a brillar de un modo humilde, como una estrella nueva en el cielo. ¿Cuáles son esas señales que necesitamos aprender en este evangelio para seguirlas, y, seguramente, para encontrar ante todo a Jesucristo? 16 min. 29 seg.
Dios sale a nuestro encuentro con enorme providencia, mirando cuáles son nuestras circunstancias y sobre todo, cuáles son nuestras búsquedas más profundas. 20 min. 59 seg.
Cristo es la perfecta epifanía de Dios Padre, es decir, lo invisible de Dios ha aparecido en Cristo como luz que colma de gozo al pueblo que ya había sido elegido y que atrae con misericordia a los demás pueblos de la tierra. 4 min. 16 seg.
Somos como aquellos personajes del oriente: reyes de algún pequeño o gran imperio; sabios en lo que es peculiar de nuestra historia, que no ha de repetirse; peregrinos de la Verdad que nos seduce aun sin conocerla plenamente. 39 min. 40 seg.
(1) La epifanía es próxima a nosotros porque los sabios de Oriente son primicias de los pueblos no-judíos. (2) La epifanía es fiesta de la luz que salva, hace entender y deleita santamente. 20 min. 51 seg.
Navidad y Epifanía son dos aspectos del mismo misterio y a la vez la misma alegría. ¡Manifestemos nuestro júbilo por haber recibido de Dios tanto gozo y tanta misericordia! 4 min. 38 seg.
Humildad, despojo y la presencia de la Virgen María muestran la unidad entre el portal de Belén y el monte Calvario; entre el pesebre y la Cruz; entre los invitados a reconocer al Recién Nacido, y los invitados a reconocer al Mesías a las afueras de Jerusalén. 8 min. 51 seg.
Hay cinco momentos de luz en la Biblia: la luz de la creación, la luz de la ley, la luz de la vida de Cristo, la luz de la acción del Espíritu Santo y la luz del cielo. 7 min. 2 seg.
Cuando los reyes magos llevaron sus regalos al Niño Jesús cumplieron, como en germen, lo dicho por el profeta Isaías sobre las riquezas que habrían de llegar a la Ciudad de Dios. Pero, ¿qué debe significar ese gesto para nosotros hoy? 8 min. 31 seg.
Cada epifanía es navidad porque es el nuevo comienzo de la historia de Cristo en nosotros, es un nuevo nacimiento de Jesús en nuestros corazones. 4 min. 11 seg.
Cada elemento de esta hermosa fiesta lo podemos relacionar con nuestra vida, sobre todo aquello de tener bien presente a quien le estamos entregando nuestros tesoros. 10 min. 57 seg.
Jesús ha nacido para mostrarnos quién es Dios y quienes somos nosotros. Él ha nacido para manifestarnos la verdad de Dios y para guiarnos con su luz a la plenitud de la vida eterna. 5 min. 37 seg.
Aquellos sabios de Oriente estaban muy distantes del pueblo elegido: en la geografía, la cultura y la religión. Pero Dios sabe todos los lenguajes y supo cómo hablarles para atraerlos hacia Cristo. 12 min. 29 seg.
Ninguna acción muestra mejor la respuesta de Dios a toda esa búsqueda del corazón humano, esa respuesta que solo encontramos en el rostro de Nuestro Señor recién nacido. 5 min. 48 seg.
Tener necesidad no es un problema si te dejas encontrar por Dios, que estés en la búsqueda de Él no es un fracaso, es el camino a tu victoria. 4 min. 13 seg.
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1.1 La solemnidad de la epifanía debería ir precedida de aquello que decimos en el prefacio de la Santa Misa: "¡levantemos el corazón!" Dios se manifiesta en Jesús: tal es el contenido maravilloso, inagotable, precioso sobre toda hermosura, de esta fiesta singular.
1.2 Ahora pues que la Belleza Increada deja escuchar su voz, y somos convocados a gozarnos en la visión del Eterno, vengan a acompañarnos y sean guías nuestros: un corazón contemplativo, unos oídos capaces de escuchar y un corazón capaz de acoger.
1.3 Jesús entero podría llamarse como se llama esta fiesta: Epifanía. "Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre", dijo él una vez a Felipe (Jn 14,9), y muchas veces a nosotros. Nos lo repite cada vez que sentimos lo que sintió Felipe: "Muéstranos al Padre, y eso nos basta" (Jn 14,8). ¿Has conocido la punzante inquietud que sienten los niños que nunca han conocido a su papá, especialmente cuando llegan a la juventud? ¿Has visto con qué ansiedad buscan ese rostro, esa referencia existencial, esa primera clave de lectura que sólo un papá puede darles? Algo así tiene el alma humana, algo incisivo, que nada puede apagar, algo que nos dice gritar con Felipe. "¡muéstranos al Padre!". La respuesta a este clamor, el descanso de esta zozobra es Jesús: ver a Jesús, reposar en Jesús. Él es nuestra epifanía.
2. El Llamado de la Humildad
2.1 Solemos imaginar lo más bello como más oneroso. Los perfumes delicados, los vestidos finos, las joyas fastuosas significan siempre precios inalcanzables, dinero a montones, costos imposibles. No es así con Jesús. El más bello es también el más humilde; el más santo es también el más cercano; el más sabio es también el más comprensible; el más puro es también el más amigable y el más acogedor. Su grandeza no nos aplasta sino que nos levanta; su pureza no nos humilla sino que nos limpia. Eso es lo grande de esta Epifanía.
2.2 Jesús es el llamado de la belleza sin límites pero también de la humildad sin límites. Porque, en el fondo, la humildad es bella y la belleza es humilde. Un rostro hermoso y petulante puede halagar los sentidos, pero a precio de entristecer el alma, y eso en realidad no es hermosura. Sólo Jesús, en la dulce paz de su presencia sin escándalos, en la serena palabra de su corazón cargado de amor, puede manifestar al hombre esa belleza que no cansa, que no se repite, que siempre refresca. ¡Bendita Epifanía, cúbrenos de tu esplendor y enséñanos el camino a la Felicidad Perpetua!