Cómo interactuar en este diario o blog

Después del bombardeo de spam que recibimos hacia el final del año pasado, y que logró tumbar nuestra página algunos días, hubo que tomar algunas medidas un tanto drásticas, como impedir que los usuarios registrados incluyeran sus comentarios. Por supuesto, esto arruina una buena parte del sentido de lo que es un blog.

Hay una solución, sin embargo, y es autorizar uno por uno a los usuarios, de modo que se les pueden dar instrucciones especiales. Es un sistema tal que permite a estos usaurios ver lo que otros usuarios registrados escriben, pero no queda así abierto para el resto de los lectores. En un mundo perfecto estos controles no se deberían necesitar pero en este sí son necesarios.

Así pues, las personas que deseen publicar sus comentarios, o que deseen hacer búsquedas de texto, por favor escriban a: amigos arroba fraynelson punto com.

¿Organizar el amor?

Suena extraño, ¿verdad? Sin embargo, es una de las ideas que comandan la segunda parte de la reciente encíclica papal. Y es un concepto revolucionario a su modo, porque se suele pensar que la razón, para ser razón, debe desprenderse de todo afecto, y por la misma línea se piensa que el amor, para ser amor, debe ser algo así como una explosión incontrolada, un océano tempestuoso, o sea, pura pasión.
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1. La Fuerza De Nuestra Unidad

1.1. He invocado el Espíritu Santo y he meditado con amor en la enseñanza de la Santa Iglesia sobre nuestros hermanos en la gracia y la gloria, los Santos Ángeles. Y he sentido fluir en mi mente palabras sabias y bellas que aquí transcribo.

1.2. Has de saber que aquello que tiene su fundamento en Dios tiene verdadera raíz y verdadero cimiento. Él es el único Fuerte, y sólo tiene fortaleza quien se apoya en Él. Piensa entonces cuánto es el amor que une mi vida a tu vida, puesto que ha sido Él, nuestro Divino Hacedor, el que ha querido unirnos. La fuerza de nuestra unidad tiene su comienzo en el único que es fuente de toda Fuerza, cuyo Nombre es invencible. Por eso puedes confiar en mí, porque la fuerza que me une a ti no tiene su origen en mí sino en Dios.

1.3. Ha pasado mucho tiempo. En cierto modo has perdido mucho tiempo por no aceptar con tu corazón y con tu mente mi presencia en tu vida. Un día Dios te va a conceder dolor por ese tiempo desperdiciado. Ese dolor, como todos los que Dios inspira en el alma arrepentida, es un acto de su amor en ti, porque te va a permitir, con la fuerza de amor que acompaña a ese mismo dolor, recibir en tu alma gracias abundantes que de otro modo habrían quedado simplemente perdidas por no haber sido recibidas.
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El invierno

Las dificultades del invierno son básicamente tres: que hay poca luz solar, que muchos días son encapotados, y que el frío tiende a encerrarlo a uno mismo y a los demás en las respectivas “guaridas,” aumentando la sensación de aislamiento.

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Hablemos de neutralidad (10)

10. El Estado laico y algunas conclusiones

Mientras que el laicismo se propone eliminar la religión, por lo menos del ámbito público, un Estado laico es aquel que reconoce que no es de su competencia imponer ni suprimir lo religioso. Cuando el Estado usa su poder para oficializar una religión y la privilegia de modo que de hecho causa discriminación contra quienes tienen otra creencia en realidad no está sirviendo a la religión. Esta es una tentación casi invencible para el Estado confesional, como se sabe.

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Hablemos de neutralidad (9)

9. ¿Hay alternativa?

La neutralidad religiosa es un no a Dios, envuelto en cierta cortesía. Si en un país el 90% de la gente cree en Dios pero no puede hacerle homenaje público a él por respeto al 10% que no cree, quiere decir que en ese país se está irrespetando, con toda cortesía pero con toda claridad, al 90% creyente. La neutralidad es tiranía de la minoría agnóstica, que una vez en el poder político (ejecutivo) desde allí teje la red de los otros poderes: mediático, económico, legislativo o incluso judicial. Pretender que la religión cristiana existirá en tales circunstancias es una ilusión, si uno es cristiano, y una farsa, si uno no lo es y detenta el poder.

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Hablemos de neutralidad (8)

8. Los fundamentos de una ilusión

No creo en un Estado neutro porque deja en condición privilegiada a los que expresamente no creen y a los que niegan la posibilidad de encontrar una respuesta a las cuestiones fundamentales de que trata la religión. El Estado llamado religiosamente “neutro” en realidad es una apuesta por el agnosticismo y el ateísmo, dicho en dos palabras. A la larga ello implica la desaparición de la religión de todo lo público, con lo cual la sociedad humana se convierte sencillamente en arena de lucha para los voraces, los violentos y los embaucadores.

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Hablemos de neutralidad (7)

7. Neutralidad y laicidad

Una cosa es hablar de Estado laico y otra hablar de Estado religiosamente neutro. Y una cosa es el Estado laico y otra el Estado laicista. El llamado Estado religiosamente neutro y el Estado laicista terminan coincidiendo en el propósito de eliminar la presencia pública de la religión. El comunismo que imperó en casi todo el siglo XX en Rusia, por ejemplo, era laicista; la mayor parte de los gobiernos actuales en Europa provienen de una tradición religiosamente “neutra.” El efecto final es que lo expresamente cristiano debe diluirse, eliminarse, olvidarse o convertirse en simple objeto de burlas y juicios parciales.

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Hablemos de neutralidad (6)

6. ¿Hay mediación entre religión y no religión?

El concepto del Estado como “religiosamente neutro” nació de la necesidad de arbitrar entre religiones, y por tanto, partió de la base de que las religiones existen. Sin embargo, la mediación entre los creyentes implica a la larga dos cosas: (1) Públicamente se admiten unos valores, los del “común denominador” (básicamente cristiano) de que hemos hablado; (2) Explícitamente se rechaza que otros valores, los peculiares de las confesiones religiosas en conflicto, se consideren públicos, en el sentido de normativos, pues ello iría en desmedro de las demás confesiones.

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Hablemos de neutralidad (5)

5. Lo que no responde el pragmatismo

Como la misión del Estado religiosamente neutro era servir de mediación entre grupos cristianos sobre la base de su mínimo común denominador, es apenas natural preguntarse qué sucedió con esa misión cuando los conflictos de religión fueron quedando atrás, en parte por el éxito de la gestión del mismo Estado-Árbitro. En la práctica, lo que sucedió, o mejor, lo que está sucediendo, es que ahora ese Estado se presenta como mediador entre todos, y ahora la expresión significa: gente con religión o sin ella. El fenómeno pervade Europa y quisiera entrara a pie firme en EEUU, aunque no lo logra con los resultados que quisiera.

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Hablemos de neutralidad (4)

4. ¿Qué tan seculares?

El Estado neutro nació ya “secular.” La palabra hay que ponerla entre comillas porque en realidad no es lo que significa. En efecto, como ya mencionamos, los valores que promueve ese Estado secular no son otra cosa que el mínimo común denominador de los grupos cristianos que estaban en conflicto cuando él nació. Esto es particularmente visible en dos tópicos relacionados: los derechos humanos y los lemas de la Revolución Francesa.

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Hablemos de neutralidad (3)

3. El Derecho de Arbitramento del Estado sobre la religión

La necesidad de arbitraje entre las religiones no surgió de la nada sino de la Reforma Protestante. Luchas religiosas ha habido probablemente en todas las épocas; lo que no se había dado es que surgiera un árbitro aceptado por las partes en contienda. Usualmente, la persona de fe considera que su punto de vista no puede ser adecuadamente juzgado si no es comprendido “desde dentro.” Una actitud así hoy sería calificada de “fundamentalismo.” Para nosotros es natural hoy pensar que hay derechos y deberes que no dependen de las ideas filosóficas o religiosas de la gente. Pero, ¿cómo llegó a parecer natural que las cosas debían ser de ese modo?

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Hablemos de neutralidad (2)

1. Un enfoque sobre la separación entre Iglesia y Estado

La separación entre la Iglesia y el Estado puede interpretarse de varias maneras. Una de ellas es que el Estado es el encargado de mantener la imparcialidad entre las distintas corrientes religiosas.

Esta perspectiva supone dos asignaciones al Estado: neutralidad y poder. El Estado es neutro porque no es confesional. Pero además es poderoso, pues se supone que vela por la neutralidad que se le ha dado como encargo. Lo que es un deber, preservarse neutro, implica un derecho: hacer valer su autoridad como árbitro.

De este planteamiento surgen dos cuestiones relacionadas. Primera: ¿cómo se reglamenta el ejercicio del poder del Estado sobre las confesiones religiosas? Segunda: ¿qué estatuto adquieren quienes se presentan socialmente como no religiosos, esto es, como no pertenecientes a ninguna religión?

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Yo creo. ¿Y tu?

Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y la barba, como de costumbre. En esto entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el tema de Dios.

El barbero dijo: -Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice.

-Pero, ¿por qué dice usted eso? pregunta el cliente.

-Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O…dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.

El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión.

El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado.

Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero: – ¿Sabe una cosa? Los barberos no existen.

-¿Cómo que no existen? -pregunta el barbero-. Si aquí estoy yo y soy barbero.

– ¡No! -dijo el cliente-, no existen, porque si existieran, no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.

– Ah, los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mi.

– ¡Exacto! -dijo el cliente-. Ese es el punto. Dios si existe, lo que pasa es que las personas no van hacia EL y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria!