Disponerse para recibir los regalos y dones de Jesús

Cristo, en su infinita misericordia, nos ha dado la plenitud de sus dones de redención y santificación con su vida y especialmente a través de su sacrificio en la Cruz.

Ese regalo está a la puerta de nuestro corazón (Apocalipsis 3) y sólo es necesario recibirlo con fe y gratitud. A partir de Lucas 5,1-15, aprendemos siete disposiciones interiores que nos permiten acoger tanto amor de Dios:

(1) Ponernos al alcance de la Palabra de Dios.

(2) Obedecer al Señor en su Palabra, que es la única forma de quebrar el poder de la serpiente en nuestra vida.

(3) Reconocer con humildad la verdad de nuestra nada y nuestro pecado.

(4) No esconder nuestras lepras.

(5) Orar con toda el alma con oración de clamor desde lo más hondo y verdadero de nuestro ser.

(6) Superar toda vergüenza y dejarnos tocar por Cristo, pues será su sanidad la que venza nuestra enfermedad.

(7) Presentarse ante el sacerdote, como nos dice Cristo, para que nuestra transformación sea gloria del Señor y esté a su servicio en su Cuerpo, que es la Iglesia.

Es inhumano vivir sin preguntarse por el infinito

“Una regla, cuando es fruto de una experiencia, no mortifica la libertad sino que la exalta. Lo que el hombre ha perdido es la conciencia de que su libertad no es mayor cuando puede hacer lo que se le antoja sino cuando elige lo bueno, lo bello, lo verdadero; aun cuando esta decisión comporta el sacrificio de uno mismo por un bien mayor. En el fondo, la obediencia a una regla es libre solo cuando se vive deseando lo que vale más que la vida. Y precisamente esto es lo que nos permite vivir con plenitud…”

Haz clic aquí!

LA GRACIA del Domingo 7 de Mayo de 2017

DOMINGO IV DE PASCUA, CICLO A

No importa cuál sea nuestra responsabilidad en la Iglesia, que no se nos olvide ser siempre verdaderas ovejas de Jesús capaces de escuchar y reconocer su voz.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

¿Por qué se dice que la fe sin la caridad está deforme?

Como ya hemos indicado (1-2 q.1 a.3; q.18 a.6), los actos de la voluntad reciben su especie del fin, objeto de la voluntad, y lo que confiere a una cosa su especie se comporta como la forma en los seres naturales. Por eso, la forma de cualquier acto de la voluntad es, en cierta manera, el fin al que se ordena, por recibir su especie del objeto y también porque el modo de la acción debe guardar proporción con el fin. Pero es evidente, por lo que hemos expuesto (a.1), que el acto de fe se adecua, como a su fin, al objeto de la voluntad, que es el bien. Por otra parte, el bien que constituye el fin de la fe, es decir, el bien divino, es el objeto propio de la caridad. Por eso se la llama a la caridad forma de la fe, en cuanto que por la caridad se perfecciona e informa el acto de la fe. (S. Th., II-II, q.4, a.3, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

ROSARIO de las Semanas 20170505

#RosarioFrayNelson para el Viernes:
Contemplamos los Misterios de la Dolorosa Pasión

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos a Jesús, que vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron.
  2. En el segundo misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní intercediendo por nosotros los pecadores.
  3. En el tercer misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos a Jesús, juzgado por el sanedrín, y luego por la autoridad romana, y así condenado a muerte.
  4. En el cuarto misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos la flagelación de Nuestro Señor Jesucristo, porque sus heridas nos han curado.
  5. En el quinto misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos a Jesús coronado de espinas: Rey humilde y Príncipe de Paz.
  6. En el sexto misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos a Jesús que carga con su cruz.
  7. En el séptimo misterio de la Dolorosa Pasión contemplamos a Jesús que muere en la Cruz.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]