LA GRACIA del Viernes 5 de Mayo de 2017

En Cristo encontramos nuestra plenitud y alimentándonos de Él podemos ser vida para el mundo a medida que nos convertimos en Cristo cada vez que comulgamos.

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ROSARIO de las Semanas 20170503

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

Jesuitas ensanchadores de México

Providencial llegada de los jesuitas a México (1572)

La primera evangelización de la Nueva España, iniciada por franciscanos (1524), dominicos (1526) y agustinos (1533), tiene durante los primeros cincuenta años una rapidísima expansión. Como vimos (166), unos 150 centros misioneros de las tres órdenes cubren ya para 1570 la mayor parte de la actual nación mexicana, de tal modo que la atención pastoral de las inmensas regiones ya evangelizadas ha reducido sus fuerzas para emprender nuevas conquistas espirituales.

Por eso la llegada a México de los jesuitas en 1572 se produce en el momento más oportuno. La Compañía de Jesús, apenas nacida en la Iglesia, presta en la Nueva España una ayuda de gran valor en colegios y centros educativos. Hacia 1645, la Compañía tenía en México 401 jesuitas, de los cuales unos atendían dieciocho colegios, cada uno de ellos con más de seis sujetos, y otros atendían parroquias o misiones (+Lopetegui-Zubillaga, Historia 729).

Por lo que a las misiones se refiere, ya a partir de 1591 los jesuitas iniciaron en la periferia de México, al oeste y al norte sobre todo, en condiciones durísimas con frecuencia, unas misiones que llegaron a ser famosas en la historia del Nuevo Mundo. En esas zonas ocupadas por tribus primitivas, que ni habían estado sujetas al imperio azteca, ni tampoco apenas a la Corona española, los jesuitas realizaron una heroica acción misionera, casi siempre regada con la sangre del martirio. Lo veremos ahora en las misiones de Sinaloa, Chínipas, Tepehuenes, Tarahumara, Pimería y California, aunque la Compañía tuvo bastantes más que éstas. Poniendo quizás a prueba la paciencia del lector, hemos querido insistir en la evocación de estas misiones martiriales, sin suprimir ningún movimiento de esta grandiosa sinfonía trágica.

Alfonso Trueba narra esta epopeya misional en varias obras, Cabalgata heróica, El padre Kino, Ensanchadores de México. Por eso el título de este capítulo es un homenaje cordial a este gran patriota mexicano, que desde la benemérita editorial IUS, hizo más que nadie para afirmar la historia cristiana de su pueblo.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.