Yo rezo por un sacerdote

“Conscientes de la soledad en la que hemos abandonando a muchos de nuestros sacerdotes y el sobrepeso de trabajo que soportan muchos de ellos, “Yo rezo por un sacerdote” propone especialmente a los niños y jóvenes, que elijan a un sacerdote y se comprometan a rezar, con el corazón, por él cada día durante un año…”

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La Resurreccion

No podemos acabar este estudio con la reflexión sobre Satanás y el infierno. «Si el demonio os dice que el cielo existe, pero que no es para vosotros, no le creáis» (Maximiliano Kolbe).

–Cristo ha resucitado, pero ¿qué será de nosotros?

La Resurrección de Cristo ha abierto a la humanidad perspectivas inauditas. Es como un anuncio de lo que está por llegar. «Si Cristo no ha resucitado, comamos y bebamos, que mañana moriremos… Pero no, El sí que ha resucitado de entre los muertos, y como primicia de los que duermen… Y Dios, que lo ha resucitado, con su mismo poder nos resucitará también a nosotros» (1Co 15,12-33).

–¿Cómo resucitaremos?

La Resurrección de Cristo no solamente nos da la certeza de una vida después de la muerte, sino que nos deja entrever capacidades insospechadas para nuestro propio cuerpo.

Jesús resucitado atraviesa los muros, franquea las distancias instantáneamente, su cuerpo es luminoso… pero aquí se detiene nuestro conocimiento.

Es radicalmente imposible que podamos imaginar nuestra vida en el otro mundo. Quizá una comparación nos ayudaría a comprender.

Supongamos que, estando en el seno de nuestra madre en posesión de plena consciencia, pudiéramos responder a alguien que nos preguntara acerca de nuestra situación. Responderíamos sin duda: «me encuentro bien, me rodea una temperatura agradable, y me alimento en la medida de mis necesidades».

Y supongamos que se nos replicara: «infeliz, triste es tu existencia, tienes manos y no te puedes servir de ellas y tus pies no te permiten trasladarte en el espacio. Nada puedes ver con tus ojos. Sal y conocerás lo que es la vida». A eso diríamos nosotros: «¡pero salir será la muerte!», incapaces de imaginar un mundo fuera del claustro materno.

Algo así puede ser nuestra situación en la actualidad. Nosotros tenemos fuertes aspiraciones a la verdad, al bien, a la justicia, a la fraternidad y a la integridad corporal; son éstas profundas aspiraciones, que se identifican con nuestra propia naturaleza. Pero somos incapaces de satisfacerlas plenamente en el estado actual de nuestra existencia. Para alcanzar esa plenitud, debemos renacer, es decir, ascender a un mundo nuevo, el de la resurrección, que únicamente por la experiencia podremos conocer, un mundo que «ni ojo humano ha visto, ni oído ha escuchado» (1Co 2, 9), un mundo que hoy por hoy nos resulta imposible imaginar y cuya realidad permanece velada a nuestro entendimiento.

–¿Qué es el cielo?

Escuchemos a aquellos afortunados que han recibido cierta revelación de lo inefable.

Teresa de Jesús decía: «en el cielo nos sorprenderá las bondades que Dios ha preparado para nosotros».

Esta iluminación celestial no nos dejará inactivos, por otra parte. «Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra» (Teresa del Niño Jesús).

La revelación suprema, para cada uno de nosotros, será la visión y posesión de Dios. «Seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es» (1Jn 3,2-3).

Como el hierro sometido al fuego viene a hacerse incandescente, así nosotros, sumergidos en Dios, seremos como Él es. «Entonces le conoceré como ahora soy conocido» (1Cor 13,12). Y le amaremos como por Él somos amados.

Como una gota de agua se mezcla en la inmensidad del mar sin dejar de ser ella misma, así participaremos de la inmensidad de la ciencia y del amor de Dios. Por Él, con Él, en Él, todos nosotros seremos consumados en la unidad.

–El Purgatorio.

« No podremos entrar en la vida con Dios sin habernos liberados totalmente del pecado» (Mns. Etchegaray). También aquellos que mueren en la amistad con Dios han de pasar normalmente por un proceso de purificación que llamamos purgatorio (2Mac 12,46).

–¡Entonces el cielo está cerca!

Desde ahora, escondidos en Cristo (Col 3,3), nuestra vida eterna ha comenzado y, como mujer a punto de dar a luz, la creación gime con los dolores del parto, esperando la redención de nuestro cuerpo y la revelación de los hijos de Dios (Rm 8,22).

–A la espera.

Mientras esperamos este maravilloso reencuentro, «el momento más bello de la vida es el momento presente» (Engel). El pasado queda a la espalda, el porvenir no ha llegado todavía, pero podemos vivir el instante presente con la gracia de Dios en el Amor.

• «Ven, Señor Jesús» (Ap 22,20)

El amor de Dios fundamenta
nuestra fe y nuestra vida.
Amar, es dar…
Ésa es la causa de la creación.
Amar es hablar al ser amado…
Ésa es la causa de la revelación.
Amar, es compartir la vida, el destino…
Ésa es la causa de la encarnación.
Amar es salvar al que se ama…
Ésa es la causa de la redención.
Amar es hacerse nada ante el ser amado…
Ésa es la causa de la Virgen María.
Amar es permanecer cerca del ser amado…
Ésa es la causa de la Eucaristía.
Amar es asociar al ser amado a la propia felicidad…
Ésa es la causa del cielo.
Así debe ser vivida nuestra vida en el amor de Dios y de los otros,
para compartir la vida de Dios.
En el silencio y a través de los otros nuestro espíritu conoce a Dios
y nuestro corazón se adhiere a Él para siempre.

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Extraterrestres

Buenas noches Padre Nelson, Paz y Bien! quisiera molestarle pidiéndole luz en esta consulta que le presento. Se que Dios, Creador del Cielo y la Tierra, creó el Universo, infinito, inmenso. Los hermanos separados dicen que en la Biblia se menciona que los extraterrestres existen, que Elias fué raptado por una bola de fuego que pudo ser un ovni. En mi parecer, yo no dudo que no haya vida en otros planetas, pues asi como Dios creo la tierra pudo haber creado otros mundos, pero me niego a creer que puedan ser seres feos, malos, que puedan venir a la tierra a hacernos daño. Si Dios que es Amor, Misericordia, Bondad, que creó el hombre a su imágen y semejanza, pueda crear seres feos y malos? En que pasajes del Antiguo Testamento se habla de los seres de otros planetas. Yo leí no hace mucho en algún mensaje que me enviaron de una red católica, que el Vaticano ha aceptado que puede haber vida en otros planetas. El Vaticano, maneja unos de los observatorios más grandes y modernos del mundo. Nos puede comentar algo apegado a la verdad y a nuestra fe! un abrazo en Cristo Jesús y María. Bendiciones. – A. K., desde Honduras.

* * *

Ante todo, ten en cuenta que los hermanos “separados” no sólo están separados de nosotros sino separados entre si, es decir: no todos creen las mismas cosas. Es un asunto natural y explicable porque ellos afirman, en contra de la Biblia misma, que la Biblia la puede interpretar cada uno, y por eso resultan todo tipo de teorías, no sólo con respecto a los extraterrestres sino con respecto a cada cosa en la fe. Por eso no pienses que lo que te ha dicho un protestante es lo que piensan todos los protestantes.

En cuanto a lo que enseña la Iglesia Católica sobre los extraterrestres, este artículo es muy bueno y hasta donde alcanzo a ver completamente apegado a nuestra fe:

La síntesis es:

(1) Es posible que exista vida fuera de este planeta, aunque debe notarse que la búsqueda de esa vida ha tenido a menudo una motivación espuria, a saber: el deseo de debilitar la argumentación en favor de un Dios como creador de aquello que es espiritual en el ser humano.

(2) El avance en el conocimiento científico acumula cada vez más elementos que muestran lo especial que es nuestro planeta. En contra de quienes piensan que la sola abundancia de material cósmico debe´ria ofrecer muchas posibilidades al desarrollo de la vida, hay que afirmar que las características relativamente escasas de este sistema solar, y de este planeta dentro de este sistema, hablan de la vida como algo escaso, si es que se ha dado en otras partes. Los extintos Venus y Marte, nuestros vecinos de Sistema Solar, muestran bien que hay que calibrar muchas variables para que pueda haber vida, por lo menos vida semejante a la nuestra.

(3) El hecho de que se encontrara vida genuinamente ajena todo proceso de vida y reproducción de nuestro planeta aún no demostraría que pudiera haber vida inteligente. Decir lo contrario es hacer un enorme acto de “fe en la ciencia” que consistiría en afirmar que las solas fuerzas de la naturaleza producen de por sí mismas y de manera irremisible inteligencia.

(4) Si hubiera vida inteligente, sujeta a la materia, y por lo tanto, sujeta al tiempo, y además necesitada de redención, es perfectamente posible que el mismo Cristo que conocemos sea su redentor, como lo es de nosotros. El misterio hipostático que permite asumir todo lo que es Cristo pone un límite inferior pero no superior a su misterio.

Cultivar la amistad divina

¿No te alegra si has descubierto en tu camino habitual por las calles de la urbe ¡otro Sagrario!?

Decía un alma de oración: en las intenciones, sea Jesús nuestro fin; en los afectos, nuestro Amor; en la palabra, nuestro asunto; en las acciones, nuestro modelo.

Emplea esas santas “industrias humanas” que te aconsejé para no perder la presencia de Dios: jaculatorias, actos de Amor y desagravio, comuniones espirituales, “miradas” a la imagen de Nuestra Señora…

Más pensamientos de San Josemaría.

Las armas de la luz

“Estas sociedades de las sombras supuestamente lo controlan todo por medios francamente siniestros y no dudan en eliminar a sus enemigos por medios violentos. En este punto es interesante notar que no existe prueba terminante de que existan los “illuminati”, o cualquiera de los otros poderes invisibles. Para quien cree en su existencia esa es justamente la prueba de que existen pues tal como ellos nos lo han hecho notar, ¡los tíos son invisibles! Esa es también la prueba de que existen el unicornio y el monstruo de Loch Ness, el chupacabras y los platos voladores: su misma invisibilidad prueba que son invisibles. Perogrullesca demostración que no deja de convencer a algún descuidado…”

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