Con lagrimas en los ojos

Estimado Fr. Nelson M.

Soy Nicaragüense, mi nombre es Iván Antonio Zamora Guillén mi esposa María Elena Gema Zambrana Pineda, nuestro hijo Isaac Adonai Zamora Zambrana. Lamentablemente no tengo acceso a Internet solo tengo o puedo recibir correos, a diario recibo de parte de Amigos en la Fe, el alimento más esencial en el día y en la vida La Palabra de Dios.

Hace mucho he querido con partir una pequeña parte que las Santísima Trinidad ha ido transformando mi vida y la de mi esposa. Tenemos catorce años de casado y hasta hace dos años tuvimos nuestro primer y único hijo para los dos, especifico esto porque hoy en día las parejas, si no es el varón, es la mujer que tienen hijo por fuera de la pareja. No somos santos, somos pecadores, pero cuando somos tocado por el Padre, uno tiene que ir transformando la vida, buscando ser mejores CRISTIANOS CATOLICOS, nuestro hijo nació el 14 de Septiembre del 2010 acaba de cumplir 2 años, a raíz de todo lo que me ha pasado siento más la necesidad te tener a Dios y al Jesús en mi vida, y que el Espíritu Santo guie nuestras vidas, nuestro andar, nuestro pensar, nuestro actuar.

Hace cuatro año yo tuve un sueño y lo escribí, lo he compartido con muchos Sacerdotes, pero siempre me han contestado, que con el tiempo lo iría interpretando, se lo adjunto para que lo lea, lo escribí tal y como lo soñé, me gustaría leer sus comentarios.

A raíz de este sueño y posterior he tenido otros sueños, siempre relacionado con Jesús, comienza para mi esposa y para mí, ser testigo y escuchar hasta la vos de nuestra Madre La Virgencita María, cuando los sábados mi esposa y yo nos íbamos a ser el Santo Rosario aquí en las afuera de Managua esta la Gruta Javier, hoy se llama el Santuario de la Virgen de Lourdes, es un lugarcito sencillo pero muy lindo queda como en una colina, y cuando terminábamos un sábado el Rosario, habíamos solo cinco personas, ya que es un lugar alejado de la ciudad, y tenia identificado donde estaba cada quien, y al final escuche la voz de una dama, que decía así: “ESCUCHA HIJO MIO, LOS RUEGOS DE ESTOS HIJOS TUYOS”, al momento dirigí mi mirada hacia el lugar y no había nadie.

Luego con mi hijo nació estuvo un mes hospitalizado en neonato, todo ese mes mi esposa pasaba todo el día y la noche la acompañaba pues tenía que ir al trabajo, y todas las noches frente a la puerta de neonato, nos sentábamos en una banca, sacábamos la Biblia, una imagen de la virgencita en la vocación de CUAPA, y cada uno en mano el Santo Rosario, haciéndolo y mi hijo salió vivo.

¿Se reza o se ha rezado alguna vez el Rosario en tu familia? ¿Qué frutos han recibido? ¿Qué dificultades han encontrado? ¿Cómo las han superado? Danos tu aporte

Mi familia es mi esposa y yo y ahora nuestro hijo, el año pasado en noviembre mi hijo contrae el H1N1, y esta infección me lo llevo a otras complicaciones por negligencia médica, y de un hospital el 03 de diciembre 2011 me lo trasladaron al Hospital La Mascota siempre en Managua, donde estuvo hospitalizado 100 días, tuvo 7 infecciones de muerte, mi hijo completamente desnutrido, pues estaba en un ventilador al 100% no le daban vida, en un momento determinado el niño quedo ciego, en su corazón tenía problemas con una arteria, decían que si mi hijo de casualidad quedara vivo, iba a quedar conectado a un ventilador, y con problemas motores, y a ser totalmente un niño paralitico a causa del ventilador.

Yo cumplo año el 12 de diciembre, dormíamos en el carro en el parqueo del hospital, esa noche mi esposa y yo con lagrimas en nuestro corazón, le pedí a la Virgencita de Guadalupe, que me diera el regalo más grande de mi vida como era que ella Intercediera ante su hijito nuestro Señor Jesús, y el Padre, y le pidiera la sanación de mi hijo y el 03 de Marzo el niño estaba saliendo de UTI (Unidad de Terapia Intensiva) hacia un aislado, y 13 de marzo mi hijo estaba saliendo del hospital de alta, vivo y además mi hijo salió viendo Padre, el Señor me le devolvió la vista a mi muchachito.

Esto es parte del testimonio, pues esos cien días, y no le miento y tengo que cumplir en dar este mensaje, pues espero que tenga tiempo y lea el sueño que tuve con mi AMOR JESUS, y en realidad estoy comprendiendo este sueño, pues en una parte del Sueño Jesús me decía, El Padre, el hijo y el Espíritu Santo estarán siempre contigo. Y sabe Padre, en el parqueo por la noche y por el día y a toda hora, siempre rezábamos, el Santo Rosario, bueno y le aseguro, que en ese parqueo hay unas palmeras, y tres noches seguidas yo vi las imágenes propiamente en el palo pero donde están las palmas, al PADRE AL HIJO Y EL ESPIRITU SANTO, a eso de las 3 de la madrugada, y mi esposa los vio el cuarto día, que yo los vi, no tengo porque mentir, menos con algo tan sagrado.

Y la madre al virgencita María, no hace mucho el niño tuvo una recaída, una pequeña infección en la garganta, y no paraba de vomitar, nosotros en nuestro cuarto tenemos la imagen de la Virgen en la vocación de Fátima, estábamos llamando al Doctor, y no nos pudimos comunicar, cuando le veo la frente a mi hijo llena de escarche de todos colores, y a partir de ese momento el niño dejo de vomitar.

Padre son tantas vivencia espirituales, que cuando oro le digo al “Señor, Habla que tu siervo escucha”, pues le digo que le doy como mayor ofrenda la vida de mi hijo la de mi esposa y la mía propia al servicio de la iglesia, que me indique qué tengo que hacer.

Le digo Padre no invento esto, o lo poco que le he contado, porque hay mucho mas, es cierto. – I.Z., de Nicaragua.

Por que el infierno? Por que Satanas?

Muchos hoy no creen en el demonio y en el infierno; al menos los dejan en un silencio permanente. Sin embargo, hundirlos en el silencio es olvidar que Cristo nos habla del demonio con bastante frecuencia y avisa acerca del infierno sin ninguna ambigüedad (Mt 25, 31-46; Mt 10,28; Ap 21,8). Nuestros contemporáneos tienen derecho a recibir todo el Evangelio.

–¿Qué es el infierno?

Para observar un precipicio desde lo alto de una montaña es conveniente disponer de una sólida barandilla, que nos preserve del vértigo. Ese parapeto, en el peligroso tema que nos ocupa, es el infinito amor que Dios tiene por nosotros.

El Amor se desarrolla en libertad, y y en la libertad se da el riesgo del rechazo. La vida es para un cristiano un continuo aprendizaje de Amor, y ella implica la posibilidad de rechazar ese Amor.

Dios nos ama. Si al fin de la prueba hemos aceptado su Amor, conseguimos así nuestra felicidad. Si lo rechazamos, encerrándonos en nosotros mismos, eso es el infierno. El infierno es el aislamiento voluntario, el rechazo del Amor.

–¿Habrá muchas personas en el infierno?

Lo que podemos decir sobre este delicado asunto es lo siguiente:

1) La Iglesia, que se ha pronunciado infaliblemente sobre la gloria eterna de la que gozan muchos de sus fieles –canonizaciones de santos–, jamás se ha pronunciado sobre la condenación de ningún hombre.

2) Nunca la Iglesia ha prohibido rogar a Dios por la salvación de todos los hombres. Por el contrario, es ésta una costumbre piadosa, como la tenía el Padre Ch. de Foucauld, que repetía aquella frase de San Pablo: «Dios quiere que todos los hombres se salven» (1Tm 2, 4).

3) No se puede negar, sin embargo, que la condenación eterna es una posibilidad real, de la que Cristo quiere salvarnos a toda costa. Los sufrimientos voluntarios de su Cruz nos prohiben dudarlo.

–¿De verdad existe el Demonio?

Si bien la Iglesia no se ha pronunciado sobre la condenación eterna de ningún hombre, por el contrario sí lo ha hecho sobre ciertos ángeles a los que llamamos demonios.

No se trata aquí de recaer en el error maniqueo, doctrina antigua rechazada por la Iglesia, según la cual el bien y el mal habrían dado origen al mundo, como un doble principio contrapuesto. Satanás es una simple criatura, que se cierra al Amor. Pero se equivoca gravemente aquel que subestima la potencia del demonio, cuya astucia le lleva a confundirse tan sutilmente con el corazón del hombre y las realidades del mundo, que hay peligro de no creer ni en su acción ni en su presencia (Jn 8, 44).

–¡La Iglesia es muy pesimista!

Denunciando la existencia de Satanás, el Evangelio no deja de ser una Buena Noticia. Con esa verdad ilumina singularmente a la condición humana. El hombre no es fundamentalmente malo; por el contrario, lleva en sí mismo la huella de su bondad original, que procede de Dios. Pero su naturaleza ha sido herida por el mal ,y ha quedado débil: es el pecado original.

Proponiéndonos entrar en el ámbito de Cristo por el camino de la fe, el Evangelio nos permite escapar de la esfera del influjo demoníaco. Nos convierte así en los grandes vencedores, como dice San Pablo, gracias a «Aquél que nos ha amado» (2Tes 2,16; Ef 1,6).

Es de lamentar que nuestra generación, con su política del avestruz, esté haciéndole el juego al Adversario. Rechazando la existencia del espíritu del mal y su acción sobre nosotros, se ve obligada a oscilar entre dos extremos:

–o bien sobrevalora la debilidad del hombre, exonerándole de toda responsabilidad: todo se justifica por mecanismos psicológicos y presiones sociales; y el hombre así, despojado de responsabilidad, pierde toda su dignidad;

–o bien, sensible a la gravedad del mal que pesa sobre el mundo, no solamente se acusa el hombre, sino que se le ahoga en el odio y la desesperanza, y se le hunde en la náusea de un mundo absurdo, que no tiene remedio.

En ambos casos, el mal triunfa sin apelación. El mensaje del Evangelio es mucho más verdadero y humano. Jesús no viene ni a exculparnos, haciéndonos irresponsables, ni a abrumarnos y condenarnos. Viene realmente a salvarnos. Volviéndonos a Él por la fe, nos permite participar de su victoria:

«Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí», dice San Pablo (Gál 2,20).

• «Temed a quien puede precipitar vuestra alma y cuerpo en la gehenna» (Mt 10,28).

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

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