Congruencia

El semáforo se puso amarillo justo cuando un automóvil iba a cruzar y, como era de esperarse, el conductor hizo lo correcto: se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección.

La mujer que estaba en el automóvil detrás de ese estaba furiosa.

Tocó intensamente la bocina e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya ella no pudo avanzar a través de la intersección… y para colmo, se le cayó el celular y se le regó el maquillaje.

En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado. Allí, parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente. El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda.

Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:

– “Señora, lamento mucho este error”,- le explicó el policía. “La mandé bajar mientras usted se encontraba tocando bocina fuertemente, queriendo pasarse por encima al automóvil del frente, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces. Antes, mientras la observaba, me percaté que de su espejo retrovisor cuelga un Rosario; su carro trae un sticker que dice ” I LOVE JESÚS” tiene un letrero ecológico de ” Yo escojo la Vida”, y el emblema cristiano del PEZ. Como es de esperarse … supuse que el auto era “ROBADO”.

Esta simple y verídica historia muestra la importancia de “SER COHERENTES” entre lo que “DECIMOS SER O CREER” y lo que “REALMENTE SOMOS “

Texto remitido por Paola Moyano.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 12 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 12 de 12: Futuro.

* Son numerosas las INCERTIDUMBRES que plantea el futuro tanto inmediato como a largo plazo. Van en tres líneas: (1) Vocaciones; (2) Sostenibilidad de las obras; (3) Presiones externas (cambios en la población o en el gobierno).

* Además de las incertidumbres, hay PREGUNTAS que tensan y desestabilizan el corazón y el ambiente de comunidad. Destacan estas: (1) ¿Tiene sentido permanecer? (2) ¿Somos expresión de una vida acorde con el evangelio? (3) ¿Qué somos en comparación con el impulso y avance de los seglares/laicos?

* Estas preguntas nacen de FACTORES RECIENTES, relativamente hablando: (1) La ideología de mercado, que nos hace individualistas, materialistas, utilitarios; (2) La mentalidad de “desquite” que implica el amor al éxito y al progreso como lo presenta el mundo; (3) La llamada liberación femenina.

* Por eso hay PROPUESTAS que tienen cierta urgencia: (1) Una vida mucho más centrada en Jesucristo: pasamos demasiado tiempo pensándonos y mirándonos mutuamente; (2) Nuestro tesoro es una vida sabia, que sabe hablar de Cristo por experiencia cercana y profunda: eso no nos lo pueden quitar; (3) Necesitamos una “conversión de la mirada” para vencer la murmuración y el juzgamiento con la conciencia de que nuestros dones son distintos pero no opuestos; (4) Cada día hay que revisar nuestro interés por evangelizar a cada persona que esté en nuestro ambiente o en nuestras obras; (5) Hay que practicar el sano abandono, como personas y como comunidades, sabiendo que es el Señor el que da el querer y el obrar.

* Hay PROPUESTAS específicas para la promoción vocacional: (1) La tarea de motivar y acoger nuevas vocaciones no puede sencillamente delegarse en algunas: es labor de todas y cada una. (2) Los encuentro de promoción y el diálogo con las candidatas han de llevar muy abiertamente el sello de la cruz de amor, cruz bendita de Jesucristo: eso es darles un recurso y tesoro que no falla. (3) Es preciso invitarlas a apreciar la fecundidad de los tiempos de soledad, como encuentro con el Amado.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 11 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 11 de 12: Pobreza.

* Mientras que la obediencia y la castidad apuntan a realidades “interiores” como es la propia voluntad o los afectos, lo concerniente a la pobreza es mucho más visible precisamente porque alude a las cosas.

* Es lógico entonces que históricamente este voto haya sido ocasión de divisiones y disputas a distintos niveles, desde los cátaros hasta los luteranos; desde los fratricelli hasta los entusiastas de la teología de la liberación.

* Un peligro en el que muchos han caído es despojar el cuerpo para cargar de soberbia el alma: hacer de una práctica estricta o “profética” de la pobreza un arma arrojadiza contra los institucional en la Iglesia. Pero por otro lado, no se puede negar que muchas comunidades religiosas se han dejado seducir por la seguridad y bienestar que da el aliarse con los ricos y poderosos.

* La mendicancia, o en general, el depender de donaciones, parece algo evangélicamente elocuente al principio pero luego uno ve el peligro que entraña depender de quienes lo sostienen a uno o a las obras por las que se ha luchado tanto. Parece mejor conservar la independencia de acción y vivir con sobriedad y alegría del trabajo realizado.

* La “inserción” propuesta por la línea de la Teología de la Liberación contiene grandes dosis de despojo y de heroísmo pero es cuestionable como camino real de impacto social en la evangelización. Al perder el camino institucional los frutos quedan a menudo reducidos a ámbitos mínimos de vecindario, sin mayor futuro vocacional ni sostenibilidad a largo plazo.

* Todo ello nos lleva a preguntarnos por los excesos que se cometen en cuanto a nuestra manera de relacionarse con las cosas. Van en cuatro líneas: (1) Afán de acumular; (2) Uso indebido o irresponsable (desperdicio), con mentalidad de “potentado;” (3) Ostentación, por ejemplo en algunas edificaciones o en cosas de uso personal; (4) Deseo de estrenar, en parte por vanidad, en parte por creer uno que “no ha perdido nada” con hacerse religioso, pues sigue en la vanguardia de lo que el mundo ofrece.

* Recomendaciones prácticas: (1) Compartiremos con sabiduría, alegría y amor nuestros bienes si empezamos por compartir el gran Bien que es Cristo mismo. (2) Capacidad de autocrítica, si uno se siente voz profética de la pobreza: busque entonces la mansedumbre, la humildad y sobre todo, la caridad. (3) Las escapadas en solitario son estériles: quedan como anécdotas sin fruto; nuestra pobreza está ligada a la renovación de la comunidad como tal. (4) Jamás opongamos carisma e institución; lo nuestro no es atacar las instituciones sino buscar que sean vehículos del servicio al Evangelio y al Pueblo de Dios.

Todas las religiones son iguales?

Puede uno caer en la tentación de pensar así. ¿No es la sinceridad lo que cuenta en definitiva ante los ojos de Dios?

Y de hecho, si la religión es esencialmente el esfuerzo del hombre por encontrar a Dios, en la medida en que este esfuerzo se lleve a cabo con sinceridad, debe ser grato a los ojos de Dios y, por extensión, también le serán gratas aquellas religiones surgidas en otros tiempos y culturas, pero llevadas por un mismo deseo de búsqueda.

Sin embargo, el valor de una religión no debe medirse solamente por la sinceridad de su fundador o de sus adeptos. Se puede ser sincero en el error, basta con tener una información mala o insuficiente. Hace falta, pues, saber si Dios mismo, por su parte, no ha revelado un medio privilegiado para encontrarle. Esto pertenece ya al ámbito de la libre iniciativa de Dios que, cuando se manifiesta, tiene como contra partida, del lado del hombre, la fe.

No se puede negar la posibilidad de que Dios tome una iniciativa de esta naturaleza. La revelación es posible. Y si Dios se revela, no puede contradecir su propio mensaje. Su revelación, si se ha producido, ha de ser coherente consigo misma. En otras palabras, no es posible que existan varias religiones auténticamente reveladas por Dios.

Por tanto, admitiendo que, en principio, toda religión conlleva elementos de verdad en su credo, no puede ser éste, sin embargo, plenamente convincente más que en la medida en que se adhiera exactamente a la voluntad de Dios, claramente expresada por el mismo Dios.

Para el cristiano estos signos de la revelación existen, y se hallan en la milagrosa persona de Jesús, tal como nos la transmiten los evangelistas en el relato que hacen de su paso por la tierra y de su resurrección (cf. nº 4 y nº 12).

• «En esto está la vida eterna, en que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y al que has enviado, Jesucristo” (Jn 17,3)

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Grito de Independencia en Colombia

“En la ciudad de Santafé, a veinte de julio de mil ochocientos diez, y hora de las seis de la tarde, se juntaron los S. S. del M. I. C. en calidad de extraordinario, en virtud de haberse juntado el pueblo en la plaza pública y proclamado por su Diputado el señor Regidor don José Acevedo y Gómez para que le propusiese los vocales en quienes el mismo pueblo iba a depositar el Supremo Gobierno del Reino; y habiendo hecho presente dicho señor Regidor que era necesario contar con la autoridad del actual Jefe, el Excelentísimo señor don Antonio Amar, se mandó una diputación compuesta del señor Contador de la Real Casa de Moneda, don Manuel de Pombo, el doctor don Miguel de Pombo y don Luis Rubio, vecinos, a dicho señor Excelentísimo, haciéndole presentes las solicitudes justas y arregladas de este pueblo, y pidiéndole, para su seguridad y por las ocurrencias del día de hoy, pusiese a disposición de este Cuerpo las armas, mandando por lo pronto una Compañía para resguardo de las casas capitulares, comandada por el capitán don Antonio Baraya. Impuesto su Excelencia de las solicitudes del pueblo, se prestó con la mayor franqueza a ellas…”

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Espiritualidad de la Vida Apostolica, 10 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 10 de 12: Castidad.

* El martirio y la virginidad fueron quizás las novedades más grandes de la fe cristiana dentro del mundo pagano, un mundo que miraba la sexualidad como entretenimiento o vía de escape de la dureza de lo cotidiano.

* La verdad es que el corazón humano, hecho para el infinito, necesita alguna forma de ebriedad. El amor que da el Espíritu Santo proporciona una ebriedad que no daña. Ese el amor que queda particularmente manifiesto en una vida virginal. Y el mundo necesita ese tipo de amor, aunque lo ridiculice o margine.

* Siempre ha sido difícil la verdadera fidelidad en el voto de castidad pero hoy hay factores que añaden dificultad: (1) La enorme industria que, como pulpo, se lucra de todo tipo de desviaciones en el amor humano, desde la pornografía y la anticoncepción hasta el aborto. (2) El individualismo rampante. (3) Idolatría del amor sensual, cerrado, de pareja, en el que propiamente no interesa el sexo de los implicados. (4) El anonimato, que crea una falsa sensación de libertad en la intimidad.

* Claves para una castidad para el siglo XXI: (1) Recuperar el sentido de la clausura, aplicado a cada una de las pantallas (televisión, celulares, Internet…), que son como ventanas. (2) Tomar una postura activa: aprender a usar los nuevos medios como caminos de evangelización. (3) Transparencia: aprender a tener una presencia real y honesta en Internet, conocidos por la comunidad. (4) Sigue siendo válido que lo que hay que esconder seguramente está mal. (5) En el silencio ante Jesucristo tendrás el diagnóstico de tu uso o abuso de los medios que te rodean, y tendrás noticia del estado de tu voto.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 09 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 9 de 12: Introducción a los Votos. La obediencia.

* Anotaciones preliminares generales sobre los votos:

(1) La fuente y referencia primera de nuestros votos es la Persona de Jesucristo.

(2) La vida en comunidad es el voto “integral,” que en cierto sentido los contiene a todos.

(3) Los votos son solidarios entre sí: se viven todos o se pierden todos.

(4) Son la expresión y cauce de nuestra ofrenda y el modo de nuestra unión con el misterio de Cristo en su Pasión y su Pascua.

(5) Han de vivirse no de manera extrínseca, como reglamento impuesto, sino como expresión de una convicción y amor interior.

* Sobre la obediencia. El voto de obediencia empieza cuando nuestra mente y corazón se rinden al poder, la verdad y la hermosura de Cristo.

* Rendirse a Cristo es perder los planes pálidos y cortos que uno tenía, y abrirse con generosidad al plan nuevo, amplio, profundo y bello que él ha preparado para mí, junto con mis hermanos.

* Uno puede o podría vivir en obediencia a Cristo de muchas maneras pero algunos hemos encontrado en la vida de comunidad un modo ideado por el Espíritu Santo para hacer de cada aspecto de la vida un servicio directo y seguimiento cercano a Cristo. Esa es la vida religiosa.

* La obediencia se vive en plenitud cuando nos hemos rendido a Cristo, somos transparentes en la comunicación con el superior, y al final permanecemos disponibles para servir y amar donde sea requerido. La verdad es que pare el verdadero obediente el lugar o el modo importan poco porque en ningún lugar podrán apartarlo del amor de su Señor.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 08 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 8 de 12: María, Consagrada de Dios.

* Hay elementos de la vida de la Virgen María que conectan profundamente con nuestra vida consagrada; son tres especialmente: (1) La virginidad como “reservarse para Dios;” (2) La evangelización como “dar a Jesús;” (3) El misterio de Pentecostés como “sentirnos con y ser Iglesia.”

* Hay por lo menos otros dos elementos nuestros que no tienen una conexión tan evidente con María de Nazareth, y esa conexión no debe forzarse. Son ellos: (1) La convivencia con otras mujeres; (2) La evangelización a través de instituciones constituidas. Es importante ver que eso que parece diferenciar nuestra vida de la vida de la Virgen sencillamente muestra que ella pertenece a todo el pueblo de Dios.

* En cuanto al don virginal, hay que destacar que se trata de una opción libre y personal de ella, movida por el Espíritu Santo, y que sin embargo, la vivió en el contexto de un matrimonio que es verdadero pero que no implica ni contiene trato carnal.

* Este don se manifiesta en su mayor plenitud en Jesucristo. No consiste en represión sino en esa mirada que descubre relación a Dios y necesidad de Dios en todos, con lo cual el deseo no se oprime sino que no surge, porque se establece un tipo de relación distinta, a partir de la misericordia y del anhelo intenso del bien mayor del prójimo, Ciertamente podemos y debemos suponer que de esta clase es el don virginal en María.

* En cuanto al dar a Jesús: Las Bodas de Caná nos enseñan que la evangelización es un propiciar el encuentro con Cristo, que ha de permanecer como único protagonista, y no nosotros. La Visitación nos enseña que el primer recurso de la evangelización es nuestro propio ser, si está colmado de Jesús. La hora de la Cruz nos enseña que las almas cuestan, y que hay que amar a cada una y luchar con amor y confianza por cada una.

* En cuanto a nuestro ser Iglesia, Pentecostés nos enseña que acoger el propio don sólo tiene sentido desde el reconocimiento de los dones preciosos de los hermanos. María de Pentecostés nos educa en la unidad desde la diversidad.

Luchar por la fe

Padre, en la Cristíada, suceso de mexico, cuando se prohibio el culto a la iglesia catolica porque se decia que era un complot de la misma contra el estado, los cristeros decidieron luchar por su fe, si es para defender la fe, la guerra esta bien? — Preguntado en formspring.me/fraynelson

* * *

Pienso que la enseñanza del Catecismo, n. 2309, es muy esclarecedora:

Se han de considerar con rigor las condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza militar. La gravedad de semejante decisión somete a esta a condiciones rigurosas de legitimidad moral. Es preciso a la vez:

— Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto.

— Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.

— Que se reúnan las condiciones serias de éxito.

— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en la apreciación de esta condición.

Estos son los elementos tradicionales enumerados en la doctrina llamada de la “guerra justa”.

La apreciación de estas condiciones de legitimidad moral pertenece al juicio prudente de quienes están a cargo del bien común.