ROSARIO de las Semanas 2022/01/19

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

El juicio final

«Toda la bondad o malicia de la voluntad depende del último fin; porque cualquier bien que alguien quiere en orden a buen fin, bien lo quiere; y cualquier mal en orden al mal, aunque se mudable de lo querido a otra cosa, conservando, sin embargo, el orden al mismo último fin»

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Nuevo análisis sobre vacunas contra COVID-19

Fray, ¿cuál es su posición en este momento con respecto al proceso de imposición de l vacuna en el mundo? –Varios-

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Una pregunta hago yo a quien me pregunta: ¿cómo visualizas tú el poder detener la pandemia?

Si volvemos a los orígenes de esta pandemia encontramos: alta velocidad de contagio; numerosos casos de hospitalización; UCIs incapaces de atender al número de pacientes graves; y luego, importante número de muertos. Frente a esas realidades, ¿qué hacer? ¿Que se amontonen los cadáveres mientras se vuelve una enfermedad endémica?

El inicio de la pandemia condujo al desarrollo de la pandemia. El desarrollo de la pandemia condujo al colapso del sistema de salud. El colapso del sistema de salud y el crecimiento en el número de fallecidos llevó a buscar una manera de reducir las hospitalizaciones y las muertes. Así se llegó a las actuales vacunas. Las cifras actuales muestra que las hospitalizaciones son cerca de diez veces más numerosas entre los no-vacunados que entre los vacunados. Los fallecimientos son de 6 a 10 veces mayores entre no-vacunados que entre los vacunados. Estas cifras son consistentes en muchos países.

Las vacunas actuales no son perfectas, ni desde el punto de vista ético ni desde el punto de vista de su eficacia. Seguramente habrá mejores alternativas, en los dos sentidos, en algún tiempo. Mientras tanto, ¿qué? Mejorar el sistema inmunológico de las personas suena muy razonable pero las mismas preguntas que hacemos al camino de las vacunas habría que hacerlo frente a ese camino: ¿Cuántos muertos cuesta? ¿Qué tan realizable es (dado que en muchos países la posibilidad de mejorar la alimentación es utópica)? ¿Qué eficacia real tendría especialmente en las personas más vulnerables?

Miremos el tema del distanciamiento social. ¿Qué tan realizable es en estadios, grandes almacenes, cines, lugares de entretenimiento, iglesias? ¿Mandamos a la quiebra a la mayoría de esos lugares? ¿Y qué hacemos con las reuniones familiares y de amigos? ¿Siguen prohibidas, o por el contrario mandamos policías (que ya son escasos) a que vigilan, interrumpan y arresten a los infractores? ¿Es real algo así? por supuesto, no todo el mundo ve estas dificultades. los que tienen poco relacionamiento social o tienen un trabajo que puede hacerse a distancia no opinarán lo mismo que la personas que deriva su sustento como vendedor ambulante, taxista o en otro oficio que depende de la amplia y constante circulación de personas.

Es lamentable el hecho de los efectos secundarios que se han producido en un porcentaje de los vacunados. Lo primero para discernir esa información es preguntar por ese porcentaje. Cuando uno oye de 20 mil casos GRAVES eso parece muchísimo; hagamos el ejercicio de los porcentajes. En 20 millones de personas, 20 mil casos es el 0,1 %. En 40 millones de personas, es el 0.05 %. Compárese esa cifra con los efectos secundarios de muchos otros medicamentos. Y sobre todo, compárese con los efectos secundarios de tantas personas que han quedado con consecuencias notables después de haber padecido COVID sin vacunarse. Entre mis conocidos, que no son pocos, no cuento ningún efecto grave entre los vacunados mientras que tengo tres casos serios de consecuencias a largo plazo entre no-vacunados.

Frente a todo esto uno tiene que preguntarse: ¿qué es lo responsable? ¿Sería responsable dejar que un porcentaje inmenso de la población no se vacunara con lo que hemos dicho antes de hospitalizaciones, muertes y consecuencias entre aquellos que superan “naturalmente” la enfermedad?