Una meditación sobre la eternidad

“No podemos imaginar lo que nos espera, pues de poder hacerlo nuestra vida tomaría otro rumbo. ¿Quién no cambiaría si tuviese una visión de la Vida Eterna? Creemos, por la Palabra de Dios, que es una vida diferente y para siempre. En plenitud de gozo y felicidad, pero no podemos imaginar cómo, ni dónde, ni de qué forma…”

Haz click aquí!

Humildad auténtica

¡Qué bueno es saber rectificar!… Y, ¡qué pocos los que aprenden esta ciencia!

Aunque eres tan poca cosa, Dios se ha servido de ti, y continúa sirviéndose, para trabajos fecundos por su gloria. -No te engrías. Piensa: ¿qué diría de sí mismo el instrumento de acero o de hierro, que el artista utiliza para montar joyas de oro y de piedras finas?

Tu vocación -llamada de Dios- es de dirigir, de arrastrar, de servir… Si tú, por falsa o por mal entendida humildad, te aíslas, encerrándote en tu rincón, faltas a tu deber de instrumento divino.

«Quia respexit humilitatem ancillæ suæ» -porque vio la bajeza de su esclava… -¡Cada día me persuado más de que la humildad auténtica es la base sobrenatural de todas las virtudes! Habla con Nuestra Señora, para que Ella nos adiestre a caminar por esa senda.

Más pensamientos de San Josemaría.