La desconocida honradez cristiana de Cristóbal Colón

Un mundo sólo para Cristo

El 27 de noviembre Colón describe a los Reyes en su Diario, con particular emoción, las maravillas de aquel Mundo Nuevo. Y en seguida añade como conclusión más importante:

«Y digo que Vuestras Altezas no deben consentir que aquí trate ni haga pie ningún extranjero, salvo católicos cristianos, pues esto fue el fin y el comienzo del propósito, que fuese por acrecentamiento y gloria de la religión cristiana, ni venir a estas partes ninguno que no sea buen cristiano».

La primera petición fue cumplida; pero la segunda era imposible.

Honradez con los indios

El Almirante solía enviar al escribano «para que no consintiese hacer a los demás cosa indebida a los indios, porque como fuesen tan francos los indios y los españoles tan codiciosos y desmedidos, que no les basta que por un cabo de agujeta y aun por un pedazo de vidrio y de escudilla y por otras cosas de no nada les daban los indios cuanto querían, pero, aunque sin darles algo se los querrían todo haber y tomar, lo que el Almirante siempre prohibía, y aunque también eran muchas cosas de poco valor, si no era el oro, las que daban a los cristianos, pero el Almirante, mirando el franco corazón de los indios, que por seis contezuelas de vidrio darían y daban un pedazo de oro, por eso mandaba que ninguna cosa se recibiese de ellos que no se les diese algo en pago» (22 dic).

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

La supuesta encuesta del Vaticano sobre gays y divorciados

¿Con esta insólita encuesta que está enviando el Vaticano a todo el mundo está la Iglesia preparando un cambio en su enseñanza sobre algunos temas morales, padre Nelson? ¿Está por fin “poniéndose al día” en temas en que la Iglesia ha ido siempre a la retaguardia y a la defensiva? Le pido una respuesta honesta y no simplemente una defensa de posturas preestablecidas. Gracias. -E.E.

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Lo primero que hay que decir es que no es “insólito” que antes de un sínodo de obispos haya una encuesta. Es la práctica común por una razón muy sencilla: un sínodo acoge a obispos de muchos lugares del mundo y trata temas específicos. Es necesario preparar la reunión de la mejor manera y crear el ambiente que ayude a concentrarse en los temas más urgentes.

Lo segundo es que tampoco es cierto que la encuesta sea “a todo el mundo” como si se tratara de una “consulta a las bases.” Es una encuesta clara y unívocamente dirigida a los obispos. Al usar, seguramente de manera intencional, ese lenguaje de “pregunta a todos,” algunos medios de comunicación están creando la falsa expectativa de que la Iglesia tendrá que acoger la opinión de “la base,” a la manera como un partido político termina cambiando su plataforma ideológica si ve que una aplastante mayoría quiere un viraje. La Iglesia no es una democracia ni sus decisiones se toman por mayoría. La Cruz no fue definida por mayoría. La Eucaristía no salió de una votación. El pretender que hay que evangelizar a todas las naciones no es el fruto de plebiscitos realizados en todas las naciones. Así que quitemos esa idea de que el Papa Francisco “por fin” está democratizando lo que no es democratizable ni tiene por qué serlo.

Lo tercero, ¿tiene la Iglesia que ponerse al día con el mundo, o debe el mundo convertirse al Evangelio? A ver, situémonos en el siglo I. Suponte que eres el apóstol Pablo. Vas a cualquier puerto del mediterráneo y ves todo tipo de prácticas gays, divorcios y brujerías. ¿Tiene Pablo que adaptar lo que cree para que sea “aceptable” por personas que definitivamente disfrutan su modo de vida?

Y lo cuarto, ¿es represivo mostrar el camino del Señor? Decía San Alfonso María de Ligorio: “¿Pesan al ave sus alas? ¡Y sin ellas no puede levantarse!” El camino de la Iglesia no tiene que ser lo que gusta al mundo. Los Papas, incluyendo por supuesto a Francisco, han repetido a todos, y muy particularmente a los jóvenes, que para ser cristiano hay que aprender a ir contracorriente. Lo hizo Jesús. Lo vivieron los apóstoles y los mártires. No se espera algo menos ni más hermoso y noble para nosotros.

Valor histórico de los Evangelios

“Si se tiene en cuenta que en el año 70 Jerusalén fue destruida y la nación judía desterrada en masa, difícilmente un escritor posterior, con los medios que entonces tenían, habría podido describir bien los lugares; o simular los hebraísmos que figuran en el griego vulgar en que está redactado casi todo el Nuevo Testamento; o inventarse las descripciones que aparecen, tan ricas en detalles históricos, topográficos y culturales, que han sido confirmadas por los sucesivos hallazgos arqueológicos y los estudios sobre otros autores de aquel tiempo. Los hechos más notorios de la vida de Jesús son perfectamente comprobables mediante fuentes independientes de conocimiento histórico…”

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Cultivar la discreción

¿Cómo te atreves a encarecer que te guarden el secreto…, si esta advertencia es la señal de que no has sabido guardarlo tú?

Discreción es… delicadeza. -¿No sientes una inquietud, un malestar íntimo, cuando los asuntos -nobles y corrientes- de tu familia salen del calor del hogar a la indiferencia o a la curiosidad de la plaza pública?

Calla: No olvides que tu ideal [de servicio a Cristo] es como una lucecica recién encendida. -Puede bastar un soplo para apagarla en tu corazón.

¡Qué fecundo es el silencio! -Todas las energías que me pierdes, con tus faltas de discreción, son energías que restas a la eficacia de tu trabajo. -Sé discreto.

Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversaciones.

Más pensamientos de San Josemaría.