Cómo tomar mejores decisiones, 2 de 4, Por qué tomamos malas decisiones

[Predicación en evento organizado por la Comunidad Betania, en Santa Cruz, Bolivia.]

Tema 2 de 4: ¿ Por qué tomamos malas decisiones?

* Es muy doloroso encontrar personas que, años después de haber tomado un rumbo, sienten con horror que equivocaron el camino. No todo puede prevenirse, eso está claro, pero, ¿cuáles son los errores que más a menudo cometemos al tomar decisiones?

* Hay errores generales:

(1) No decidir es la peor decisión;

(2) Caer en alguno de los dos extremos mencionados. mis decisiones no cambian nada, o lo cambian todo.

* Hay errores en cuanto al objeto:

(1) Nos apresuramos. Queremos obtener de inmediato, o sin esfuerzo, o sin costo, lo que deseamos. Al final, lo perdemos.

(2) No valoramos lo que tenemos y los que tenemos cerca. En ocasiones consideramos que tal o cual amistad será de inmensa importancia y nos engañan las apariencias. En otras ocasiones pasamos por encima y omitimos a gente sencilla y generosa que podrían ser nuestros verdaderos aliados.

* Y hay errores en cuanto al sujeto, es decir, en cuanto a nuestra inteligencia y voluntad.

(1) Nuestra inteligencia se equivoca por ignorancia (a menudo, culpable), por error (inducido) o por confusión (exceso de opiniones disponibles).

(2) Nuestra inteligencia se equivoca cuando obra “por reacción” (buscando desquite, venganza o justicia por al propia mano); cuando se deja llevar por el deleite (y el encantamiento del bien esperado nubla la vista), o cuando lamentablemente cae en desesperación.

Cómo tomar mejores decisiones, 1 de 4, La vida misma es una decisión

[Predicación en evento organizado por la Comunidad Betania, en Santa Cruz, Bolivia.]

Tema 1 de 4: La vida misma es una decisión

* Está claro para todos que cada decisión que tomamos va dando forma a la propia vida. En algún sentido lo que somos es resultado de las decisiones que hemos tomado, a partir de lo que la vida misma nos ha dado a distintos niveles, por supuesto.

* Por ello hay que evitar dos extremos: creer que todo está decidido de antemano, y creer que uno puede hacer y conseguir todo lo que uno quiera por la sola fuerza de la propia decisión. El primer error peca por defecto y el segundo por exceso.

* Por defecto, uno se sustrae de decidir, o por lo menos de decidir bien, si cree que todo está determinado:

(1) Por el destino;

(2) por el pasado;

(3) por los golpes de la suerte;

(4) por Dios, entendido como un dios desconectado de nuestro propio querer.

* Se peca por exceso cuando uno cree que:

(1) uno es “superman” y puede con todo;

(2) uno cree que educando el cerebro o a través del control mental puede lograr lo que sea;

(3) uno cree que puede manipular las fuerzas cósmicas o mágicas del universo;

(4) una mujer cree que con la cantidad justa de seducción, inteligencia, intriga y cinismo se podrá salir con la suya.

Así recordaba Santa Teresa a sus padres

El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena. Era mi padre aficionado a leer buenos libros y así los tenía de romance para que leyesen sus hijos. Esto, con el cuidado que mi madre tenía de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nuestra Señora y de algunos santos, comenzó a despertarme de edad, a mi parecer, de seis o siete años. Ayudábame no ver en mis padres favor sino para la virtud. Tenían muchas. Era mi padre hombre de mucha caridad con los pobres y piedad con los enfermos y aun con los criados; tanta, que jamás se pudo acabar con él tuviese esclavos, porque los había gran piedad, y estando una vez en casa una de un su hermano, la regalaba como a sus hijos. Decía que, de que no era libre, no lo podía sufrir de piedad. Era de gran verdad. Jamás nadie le vio jurar ni murmurar. Muy honesto en gran manera.

Mi madre también tenía muchas virtudes y pasó la vida con grandes enfermedades. Grandísima honestidad. Con ser de harta hermosura, jamás se entendió que diese ocasión a que ella hacía caso de ella, porque con morir de treinta y tres años, ya su traje era como de persona de mucha edad. Muy apacible y de harto entendimiento. Fueron grandes los trabajos que pasaron el tiempo que vivió. Murió muy cristianamente….