El Parto de la Santísima Virgen

Amado padre:

Cuando salió la película que se llama María, hecha por hermanos separados, recuerdo que un sacerdote criticó que al momento del parto, presentaban a la Santísima Virgen contorsionándose por los dolores del parto, siendo que su parto fue virginal.

Después he visto que muchos católicos hablan de dolores de parto en la Virgen. Entonces le pregunté a nuestro sacerdote parroquial y el me contestó algo así como que ella participo con esos dolores en la redención.

La verdad que he quedado confundido, para mi, así como la Virgen de manera extraordinaria concibió sin concurso de varón, de la misma manera fue su parto, que creo que alguno de los Doctores de la Iglesia explicaba que fue como la luz cuando atraviesa un cristal, sin mancharlo ni romperlo, y por lo tanto, sin dolor.

Le agradeceré que nos ilumine al respecto.

Fraternalmente

José S.

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Sobre los escrupulos

Rechaza esos escrúpulos que te quitan la paz. -No es de Dios lo que roba la paz del alma. Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy…, la paz os dejo…, la paz sea con vosotros…, y esto, en medio de la tribulación.

Tristeza, apabullamiento. No me extraña: es la nube de polvo que levantó tu caída. Pero, ¡basta!: ¿acaso el viento de la gracia no llevó lejos esa nube? Después, tu tristeza -si no la rechazas- bien podría ser la envoltura de tu soberbia. -¿Es que te creías perfecto e impecable?

No pienses más en tu caída. -Ese pensamiento, además de losa que te cubre y abruma, será fácilmente ocasión de próximas tentaciones. -Cristo te perdonó: olvídate del hombre viejo.

No te desalientes. -Te he visto luchar…: tu derrota de hoy es entrenamiento para la victoria definitiva.

Más pensamientos de San Josemaría.

Cristo en tu casa, 2 de 2

[Predicación para un grupo de parejas, en la Parroquia de María Reina, en Guayaquil, Ecuador. Septiembre de 2012.]

* Podemos examinar la acogida que damos a Cristo sobre la base de un recorrido por la propia casa. En los distintos lugares, como las alcobas, el garaje, la sala de televisión o la cocina, se plantean distintas preguntas que nos ayudan a descubrir si el señor reina en el hogar.

Cristo en tu casa, 1 de 2

[Predicación para un grupo de parejas, en la Parroquia de María Reina, en Guayaquil, Ecuador. Septiembre de 2012.]

* Si estamos en las manos de Cristo estamos firmes y seguros. esa es una buena noticia pero debemos preguntarnos si nos hemos acercado a él, o si lo hemos recibido cuando ha querido venir.

* Recibir a Cristo es acogerlo en lo profundo del alma, en ese espacio personalísimo que llamamos nuestra conciencia y que es como un santuario interior.

ESCUCHA Las preguntas dificiles de la adolescencia y la juventud

[Predicación para jóvenes de ambos sexos, en la Parroquia de María Reina, en Guayaquil, Ecuador.Septiembre de 2012.]

* En la transición del ambiente de la casa a la realidad de un mundo más amplio pero también más diverso, los jóvenes han de completar también un camino interior que va de la protección y la autoridad paternas a la capacidad de tomar el timón de la propia vida. Esto implica poder decirse “no” con serenidad y de una manera consecuente y constructiva.

* El NO a los excesos del licor, o a los experimentos con drogas, es relativamente claro en muchas mentes juveniles. Les resulta menos claro poner límites cuando se trata de las expresiones afectivas en sus incipientes relaciones de pareja.

*Tres consejos pueden ser útiles: (1) No dejes que te traten como luego no te gustaría ver que trataran a tu reemplazo; (2) No colecciones ni hombres ni mujeres: a ti no te gustaría que tu verdadera pareja hubiera pasado por muchos brazos. (3) Cultiva más la amistad, alegre y generosa, y no caigas en la idolatría del amor romántico o sensual.

ESCUCHA, Aprender a Dar

[Predicación para amigos y benefactores de la Fundación Educar en Cristo, de Guayaquil, Ecuador, en Septiembre de 2012.]

* El verdadero dar alimenta al que da. Pero hay que aprender a dar.

* Al principio nuestro dar es como quitar una astilla de un mueble elegante: tratamos de que no se altere nuestro modo de vida. Pero cuando descubrimos que al dar estamos haciendo una diferencia en la vida de ALGUIEN, el dar ya no se rige por un criterio subjetivo de conservar la integridad de la vida que nos gusta, sino que pasa a un criterio más objetivo: la necesidad que hay que cubrir. Todavía caber un paso más: no limitarme ni por mi egoísmo ni por lo que la naturaleza parece dar; apelar directamente al Creador. El dar se convierte en oportunidad para manifestaciones sorprendentes de la Providencia, e incluso, ocasión de genuinos milagros.

* Mientras que los bancos de esta tierra siguen sujetos a lo que denunció Cristo, y la polilla los roe y los ladrones, a veces con elegancia, los defraudan, el banco del Cielo acumula aquello que es verdaderamente indestructible: el bien de caridad que sembramos en esta tierra.

* Por este camino llegamos a ser don, no necesariamente por seguir todos una misma vocación, sino por hacer de todo en nuestra vida una ocasión para servir mejor a quien más lo requiere.