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Sanación Profunda. Tema 3: Pasos en el camino de la sanación

(1) Hay que ser de Cristo, el cual dice: “Mis ovejas conocen mi voz.” Para reconocer la voz de Cristo hay que encontrarlo en los cinco lugares donde principalmente se le encuentra: la Sagrada Escritura, la Eucaristía, el servicio a los pobres, la comunión con la Iglesia, la oración que abre nuestra mente y nuestro ser hacia el Cielo.

(2) Autoexamen de nuestras motivaciones, de posibles mentiras, y de ventajas con que el pecado pretenda tenernos encadenados.

(3) Admitir la verdad de lo que realmente tenemos. En el caso de un perdón, dos cosas son muy importantes: (a) Saber que la persona que creíamos que teníamos, no está, no existe.

(4) Recordar que perdonar es abrir una nueva historia, y que esto sólo es posible desde Dios, pues sólo Dios es creador.

(5) Anhelo de cumplir de corazón la voluntad de Dios.

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Sanación Profunda. Tema 2: Obstáculos y bloqueos en la sanación

A menudo la sanación se detiene porque uno encuentra ventajas en estacionarse en el pecado.

(1) El garrote. A veces es grato declararse resentido para siempre, de modo que uno siempre pueda recordar a otros sus faltas.

(2) La manipulación. Es la tentación de ser perpetuamente un bebé que reclama toda la atención que quiere, y que nunca tiene responsabilidad de nada.

(3) El desquite: episodios de codicia, venganza e intenso egoísmo.

(4) El miedo–y la engañosa dulzura de encerrarse.

(5) El capricho: queremos sanarnos pero para seguir nuestros planes, y no los del Señor.

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Sanación Profunda. Tema 1: ¿Qué es estar sano?

Cinco identificadores de verdadera salud y sanidad:

(1) Bienestar. En el sentido de una sensación reposada, habitual de contento consigo mismo, y sobre todo, de apertura al bien y lo bueno.

(2) Paz. No sólo tranquilidad sino capacidad de estar uno consigo mismo.

(3) Crecimiento. Desarrollo de las propias potencialidades y talentos. Capacidad de conectar con diversas realidades y personas.

(4) Integridad. Aceptar y acoger cada aspecto de tu vida, tu pasado, tus raíces.

(5) Firmeza en el bien. Una persona genuinamente sana reacciona de un modo sano ante un mundo enfermo.