Influencia del demonio sobre el hombre

a) El asedio es acción contra el hombre desde fuera, como cercándolo, provocando miedo en él.

b) La obsesión es ataque personal con injurias, daño del cuerpo, o actuando sobre los sentidos.

c) La posesión es la ocupación del hombre por el dominio de sus facultades físicas, llegando hasta privarle de la libertad sobre su cuerpo. Contra la posesión y la obsesión la Iglesia emplea los exorcismos.

d) Existen otros modos de seducción, tales como los milagros aparentes que el puede realizar, y la comunicación con el demonio que se supone en algunos fenómenos de la magia negra, el espiritismo, etc.

e) Pero la manera ordinaria como el demonio ejecuta sus planes es la tentación, que alcanza todos los seres humanos. Se define por tal, toda aquella manipulación por la que el demonio, positivamente y con mala voluntad, instiga a los humanos al pecado para perderlos. Es muy importante percatarse que a pesar del indiscutible poder de la tentación diabólica, no puede su malicia actuar más de donde Dios lo permite, su poder es poder de criatura, poder controlado. Dios es fiel, y no permitirá que seais tentados más allá de vuestras fuerzas.(I Cor.l0,l3).

En concreto, conviene, pues, situarse en el justo medio: No olvidar su acción y su eficacia maligna, ni perder la serenidad y confianza en Dios.

Gracias Señor

Una alma recién llegada al cielo se encontró con San Pedro. El santo llevó al alma a un recorrido por el cielo. Ambos caminaron paso a paso por unos grandes talleres llenos con ángeles.

San Pedro se detuvo frente a la primera sección y dijo: “Esta es la sección de recibo. Aquí, todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración son recibidas.” El ángel miró a la sección y estaba terriblemente ocupada con muchos ángeles clasificando peticiones escritas en voluminosas hojas de papel de personas de todo el mundo.

Ellos siguieron caminando hasta que llegaron a la siguiente sección y San Pedro le dijo: “Esta es la sección de empaque y entrega. Aquí, las gracias y bendiciones que la gente pide, son empacadas y enviadas a las personas que las solicitaron.”

El ángel vio cuan ocupada estaba. Habían tantos ángeles trabajando en ella como tantas bendiciones estaban siendo empacadas y enviadas a la tierra.

Finalmente, en la esquina más lejana del cuarto, el ángel se detuvo en la última sección. Para su sorpresa, sólo un ángel permanecía en ella ocioso haciendo muy poca cosa.

“Esta es la sección del agradecimiento” dijo San Pedro al alma. “¿Cómo es que hay tan poco trabajo aquí?” – preguntó el alma. “Esto es lo peor”- contestó San Pedro. “Después que las personas reciben las bendiciones que pidieron, muy pocas envían su agradecimiento.”

“¿Cómo uno agradece a las bendiciones de Dios ?”

“Simple” – contestó San Pedro, “Solo tienes que decir dos palabras: “¡gracias, Señor!”

La Fuerza del Amor

El núcleo del amor es la fuerza, el valor que mostramos para luchar por lo que amamos, la fortaleza para defender lo que más apreciamos, enfrentar desafíos, superar barreras, derribar obstáculos.

Cuando el amor es auténtico surge con la fuerza de la audacia, el atrevimiento, la osadía que nos lanza a correr riesgos para conquistar lo que amamos; es en esa entrega sin condiciones donde surgen fortalezas donde antes no las había.

El amor nos da el valor de:

– Luchar por nuestros sueños.
– Dar la vida por los que llevamos en el corazón.
– Modificar nuestra propia existencia.
– Cambiar nuestro ser.
– Rebasar el límite de nuestras potencialidades.

El amor nos da la fuerza:

– Para respetar a los seres que amamos.
– Para sonreír a pesar de las adversidades.
– De la humildad para pedir perdón.
– La grandeza de la comprensión.
– La nobleza de perdonar.

El amor nos da el poder:

– Para manifestar nuestras emociones.
– Para alcanzar estrellas.
– Para convertir nuestros sueños en realidades.
– Entregar nuestra vida por un ideal.

El amor nos transforma en seres superiores, nos despierta nuestra capacidad de asombro, nos da la sensibilidad de la contemplación, nos impulsa a niveles infinitos, nos da la fuerza para recorrer nuestra vida con un espíritu invencible y nos impulsa a alcanzar lo imposible.

El amor es la fuerza que Dios deposita en el corazón de todos los seres humanos, a cada uno corresponde decidir vivir como un paladín o un cobarde, como un conquistador o un conformista, como un ser excelente o un mediocre, como un ser lleno de luz o quien permanece por siempre en la oscuridad, el amor hace nacer la fuerza para atrevernos a ser auténticos colaboradores en la grandeza de la creación.

Pregúntate:

Si de verdad amas, ¿Estás luchando con todas tus fuerzas para conquistar lo que deseas?

– El valor para luchar por tus hijos.
– Cuidar de tus padres.
– Conceder el perdón a tu enemigo.
– Pedir humildemente perdón a quien ofendiste.

Pregúntate:

¿Tienes la fuerza para amarte a ti mismo, de convertirte en el ser que estás llamado a ser?

¿Te atreverías a hacer de tu vida una obra magistral digna de las manos que te crearon?

¿Tendrás el valor de ser un auténtico hijo de Dios?

¿Tienes la fuerza del amor?

Disfruta la vida inmensamente, y sé feliz.

Razones de un cambio

Reza el proverbio: No reinventes la rueda. El propósito de nuestra sección de Noticias era ofrecer una lectura cristiana de acontecimientos recientes. Sin que repitan exactamente lo que yo quería, he encontrado propuestas que en otros sentidos rebasan lo que yo podría ofrecer.

Estoy pensando, por ejemplo, en estas ofertas, a las que remito a mis lectores y oyentes:

Eso no significa que no puedan enriquecerse esas opiniones autorizadas con algunas otras, quizá también la mía propia.

Pero se requiere un cambio de orientación. Más que “noticias” estás serán “notas” que se mueven en un espectro más amplio de intereses y campos, con una lectura desde la fe. Podemos decir que entramos así en el ámbito y estilo de un audio-cast católico con pretensiones de periodicidad y sobre todo, de servicio.