Mitos que impiden comprender la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad

[Predicación en Radio Betania de Santa Cruz, Bolivia.]

* La enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad de pareja suele encontrar dura resistencia. ¿Hay causas identificables para ello? Ciertamente las hay. Ante todo, tres mitos:

(1) El mito de la privacidad: “Hay espacios de mi vida donde nadie, ni siquiera Cristo ni la Iglesia, deben meterse.” Este mito niega el señorío de Cristo y además es una mentira: todo lo que uno es finalmente tiene repercusiones en la manera como obra en la sociedad.

(2) El mito del juguete: “El sexo es fundamentalmente un entretenimiento y la práctica sexual debe ser una actividad recreativa de l que no se esperan consecuencias.” por supuesto, esto es la pura trivialización de la intimidad, y además, es un aliciente importante en la línea de la infidelidad.

(3) El mito del placer: “La calidad de la vida sexual se mide exclusiva o muy principalmente por la intensidad del placer logrado.” Es falso sobre todo por el empobrecimiento progresivo de la comunicación, de lo cual suele resentirse la mujer.

* Quitados esos mitos, se entiende bien la propuesta de una sexualidad abierta a la vida, como la propone la Humanae Vitae de Pablo VI. El ideal de sexualidad auténticamente humana que este papa propuso sigue siendo la referencia válida incluso cuando es necesario distanciar los nacimientos.