126. Para ir al Desierto

126.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

126.2. Es preciso buscar la soledad, no como una especie de bien absoluto, sino como un instrumento para el conocimiento de sí mismo y la escucha más fiel de la voluntad de Dios.

126.3. Aunque la soledad es maestra, hay que saber escucharle sus lecciones. Dicho de otro modo: no todo aislamiento es genuina y fecunda soledad. Existe el aislamiento que nace del orgullo, del miedo, de la indiferencia o de la apatía. Aunque estas separaciones te aparten de los demás, no te apartan de ti mismo, y resulta que la verdadera soledad es como una peregrinación en la que lo primero que hay que dejar es el propio yo con todas sus pretensiones de imperialismo.

Continuar leyendo “126. Para ir al Desierto”

Curso Bíblico Básico (2 de 4)

Una mirada al Antiguo Testamento: El protagonista central del AT es el pacto con Moisés, en la que concurren varias cosas: (1) El sentido de la verdadera liberación, que conlleva servir a Dios desde la gratitud y el amor; (2) El enunciado de los mandamientos, que según nos muestra Jesús, tienen un valor permanente; (3) El comienzo de una historia de alianza. Precisamente ahí revela su límite el AT, porque logra mostrar el bien pero no da las fuerzas para alcanzar ese bien. En este sentido, el AT queda como una pregunta abierta, como un grito de dolor que clama, a la espera de la salvación. Véase Isaías 63,15-19.

Iglesia y Sexo: te apuesto a que lees esto

Los argumentos van de este orden:

A favor de Humanae Vitae:

Existe una ley natural, puesto que los seres creados no se han dado ley a sí mismos. Según esta ley, los fines procreativo y unitivo del matrimonio van juntos. La anticoncepción artificial supone un rompimiento voluntario con ese ordenamiento, y por ello es intrínsecamente inmoral, en cuanto a la naturaleza del acto conyugal mismo.

Además, la separación de lo procreativo y lo unitivo conduce–como lo estamos viendo–a la trivialización de la sexualidad, que queda reducida a un modo de entretenimiento y un objeto de comercio.

Además, la institución misma del matrimonio, que tiene como uno de sus constituyentes la intimidad conyugal, queda equiparada a cualquier forma de amistad con intercambio sexual que pueda darse entre adultos. En particular, el término matrimonio deja de significar unión estable entre hombre y mujer, y la puerta queda abierta no sólo a parejas del mismo sexo, sino en la práctica a cualquier forma de asociación entre adultos que logre reunir suficiente presión política sobre los cuerpos legislativos en los distintos países. Los grandes afectados por ese estado de cosas son, por supuesto, los niños.

Además, la mentalidad de anticoncepción a toda costa termina viendo en el niño a un enemigo, o en todo caso, como un obstáculo para una mentalidad que queda marcada por el disfrute a tope y a toda costa. No es raro que la anticoncepción frustrada, se le considere una fuente de “malestar mental” que automáticamente justifica el aborto.

Además, la idea misma de que el embarazo se puede controlar a base de anticoncepción artificial resulta contradicha por las estadísticas. Países con larga tradición de difusión de anticonceptivos y programas de supuesta “educación sexual” siguen teniendo tasas altísimas de aborto. De hecho, aborto y anticoncepción siguen creciendo más bien en paralelo.

En contra de la Humanae Vitae:

Continuar leyendo “Iglesia y Sexo: te apuesto a que lees esto”

Ejercicios sobre el perdón, 38

ORACIÓN DE PERDÓN

El poder sanador del perdón no tiene límites. Una madre tenía dos hijas que hacía tiempo no se hablaban: una era casada y la otra, soltera, y vivía con su madre, viuda. La soltera era bonita y simpática; la casada era menos atractiva, motivo por el cual envidiaba a su hermana y decía que su madre la prefería y, por ello no volvió a casa. Habiendo empezado la madre a orar con insistencia por sus dos hijas, ambas se dieron cuenta de su situación, oraron perdonándose mutuamente y, después de dos años se encontraron nuevamente en casa. Allí se perdonaron nuevamente y sellaron en ese momento con un abrazo las tres.

Un joven profesional cometió adulterio y su esposa, mal aconsejada, decidió no perdonarlo y separarse. El la buscaba desesperado, ella le huía y no quería verlo ni oírlo. El empezó a orar por ella, a pedirle perdón al Señor y a ella en su oración; además envió a su esposa un folleto sobre el perdón. Finalmente ella entendió que con su orgullo no restauraría su hogar. Con la gracia del perdón que los dos recibieron iniciaron nuevamente su vida de pareja cristiana.

Les invito a que hagamos una oración de perdón, aunque sea corta. Pero que les ayude a que también ustedes hagan algo parecido en sus vidas y que tomen la costumbre de estar perdonando con frecuencia y siempre que tengan algo contra alguna persona que les haya ofendido.

Continuar leyendo “Ejercicios sobre el perdón, 38”

Gustavo Gutiérrez, O.P., a los ochenta

La web de las Comunidades Eclesiales de Base ha publicado una interesante entrevista con Gustavo Gutiérrez, O.P. Estos apartes de las palabras de Gutiérrez creo que muestran el tono de sus respuestas, y a la vez invitan a nuestros comentaristas a hacer lo propio.

Yo me pasé prácticamente todos mis estudios de teología sumamente preocupado en la cuestión del método. De ahí la frase: ‘nuestra metodología es nuestra espiritualidad’.

Voillaume hablaba de que había que ser pobre. Sí, muy bien, ¿pero para qué? ¿Qué sentido tiene? No es únicamente para santificarme yo. Había que plantearse lo que significa para el otro.

La teología se hace para anunciar el evangelio, al servicio de la Iglesia, de la comunidad. Tantas facultades piensan en la teología como una metafísica religiosa, no como anuncio histórico de liberación.

Continuar leyendo “Gustavo Gutiérrez, O.P., a los ochenta”

125. Un Ángel Pequeño

125.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

125.2. Hay en el corazón humano una inmensa necesidad de sentirse “especial.” El otro día pensabas en voz alta a cuál de los Ángeles de la Biblia podía corresponder yo. Sé que quisieras sentirte relacionado con los grandes momentos del pasado y poder decir algo como “Dios ha enviado para mi custodia al Ángel que habló a los pastores en la noche de Navidad,” o algo parecido.

125.3. Hablando a la manera humana —la propia para este género de inspiraciones, desde luego— déjame decirte que me inspiras ternura. ¿Serías capaz de enorgullecerte y envanecerte hasta de eso: de cuál Ángel vienen las palabras que te iluminan? ¿Llegará a tanto tu insensatez que vas a medir la sabiduría y la providencia de Dios en términos de qué personajes selecciona para que te traten y te cuiden?

Continuar leyendo “125. Un Ángel Pequeño”

Viva la Poesía

El científico dice: “la estrella se ve” o “la estrella no se ve.” El poeta dice: “Tímida, la estrella se asoma.”

El técnico dijo: “Ese coche ya no funciona más; hay que venderlo por chatarra.” El poeta replica: “El camino… ¡cuántos caminos! se han agolpado en las entrañas de mi coche; ebrio de vida y de historia, necesita por igual del sueño y de la lucidez del recuerdo.”

El computador dice: “Se ha llenado este disco duro. Borre archivos o conecte un disco de mayor capacidad.” El poeta comenta: “Cada nuevo recuerdo, es un nuevo huésped de mi alma. Los demás salen a recibirlo y las historias del recién llegado a todos entretienen.”

El médico pragmático anuncia: “El paciente está en coma irreversible, y es cosa que debemos asumir. Punto.” El poeta dice: Aduardad un poco, que aún no se sabe si es un punto o un punto y coma.”

El negociante de la bolsa dice: “¡Es hora de comparar!” Y por la tarde dice: “¡Es hora de vender!” El poeta garrapatea: “Es hora de aprender; es tiempo de callar…”

El sepulturero dice: “Juan Pablo ha muerto.” El poeta escribe parsimonioso y convencido en su cuaderno: “Juan Pablo entregó la vida.”

El escéptico dice: “Mira, tu semilla, la de la esquina del jardín, se murió.” El poeta reclama: “¿Y ya viste cómo en esa esquina hay un brote nuevo donde ella estaba?”

Fr. Nelson Medina, O.P.

Ejercicios sobre el perdón, 37

EL DIFÍCIL ARTE DE PERDONAR: El perdón es una necesidad de nuestro tiempo. Esa imperiosa necesidad surge del hecho de que nadie está libre de heridas, como consecuencia de frustraciones, decepciones, penas de amor, traiciones. Las dificultadas de vivir en sociedad se encuentran por doquier. Conflictos en las comunidades religiosas, en la familia, personas divorciadas, en las parejas, entre patrones y empleados, entre compañeros. Todos tienen algún día necesidad de perdonar para restablecer la paz y seguridad viviendo juntos. Para descubrir la plena importancia del perdón en las relaciones humanas, intentemos imaginar cómo sería un mundo sin él. Estaríamos condenados a perpetuar en nosotros mismos y en los demás el daño sufrido. Cuando lesionan nuestra integridad física, moral o espiritual, algo sustancial que ocurre en nosotros: una parte de nuestro ser se ve afectada, lastimada, incluso mancillada, como si la maldad del agresor hubiera alcanzado nuestro yo íntimo. Nos sentimos inclinados a imitar a nuestro agresor como si un virus contagioso nos hubiese infectado. Quién ha sido maltratado buscará maltratar, determinará no dejarse maltratar más. Estará a la defensiva y con todos tendrá desconfianza.

Si perdonar significa olvidar, ¿qué ocurriría con las personas dotas de una excelente memoria? El perdón les sería inaccesible. Por lo tanto, el proceso del perdón exige una memoria y una conciencia lúcida de las ofensa; si no, no es posible la cirugía del corazón. La prueba del perdón no es el olvido; el perdón ayuda a la memoria a sanar; la herida poco a poco va cicatrizando; el recuerdo de la ofensa ya no inflige dolor. Una memoria curada se libera y puede emplearse en actividades distintas del recuerdo deprimente de la ofensa. Las personas que afirman “Perdono pero no olvido”, han comprendido que el perdón no exige amnesia.

Continuar leyendo “Ejercicios sobre el perdón, 37”

Las Monjas

El texto que sigue es de uno de los bloggers católicos más conocidos en lengua española, Francisco José Fernández de la Cigoña, que tiene su famoso blog: La Cigüeña de la Torre. Escribe prolijamente, como buen español, my por eos prefiero presentar aquí una selección de una interesante reflexión suya sobre lo que sucedió con la vida religiosa femenina. El crédito es completamente suyo pero todos los subrayados son míos.

Creyeron, o les hicieron creer, que, sin hábito, las monjas serían más cercanas a la gente, más atractivas ante posibles nuevas vocaciones. Y ocurrió todo lo contrario. Repelen. Y se comprende.

Hace unos días estuve en una primera misa de un joven sacerdote. La liturgia cuidadísima, la homilía un hermoso canto del sacerdocio, y lo que más llamaba la atención era la cantidad de jóvenes que acompañaban al misacantano. Muchos de sotana, el resto de clergyman. Después charlé con muchos en la casa donde al final del acto nos obsequiaron. Contagiaban alegría.

En la misa estaban delante de mí dos monjas. De esas que no llevan hábito pero se las reconoce a leguas. Y respondían a los dos modelos arquetípicos del género: la asténica y la pícnica. El pelo, corto y canoso. Unas blusas que no lleva nadie. Y unas faldas que tampoco. La gorda parecía una mesa camilla y sus piernas recordaban las de un elefante. Y yo pensé: no hay joven que quiera ser como eso. No dudo para nada de su vida de oración y de entrega. Puede ser que ejemplares. Pero atraer no atraían nada. Más bien repelían. Humanamente. El día anterior me había cruzado con dos hermanitas de la Cruz. Tal vez fueran mayores que las que comento, o más jóvenes, imposible saberlo. Las tocas ocultaban el pelo. El hábito la abundancia de carnes o la escasez de ellas. Eran otra cosa. Ciertamente mucho más atractiva.
Continuar leyendo “Las Monjas”

124. Sobre las palabras de maldición

124.1. Hay que hablar también de las maldiciones. No es tema grato, pero sí necesario, y contigo yo debo preferir lo necesario a lo grato.

124.2. La sola expresión “¡maldito!” hace temblar tu alma. Y sin embargo, la Escritura habla de maldiciones, así como habla de oscuridades y tinieblas. No puedes cambiar aquella promesa de Dios a Abrahán: «Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra» (Gén 12,3). El amor de Dios por Abrahán queda aquí dramáticamente manifiesto. Si bendecir significara simplemente “desear el bien,” y maldecir “desear el mal,” ¡Dios está diciendo que deseará bienes o males a los que se los deseen a Abrahán!

Continuar leyendo “124. Sobre las palabras de maldición”

Ya empezaron a “enfermar” al Papa

“¡Vuelve y juega!,” decimos en algunos países. Ya lo hicieron con Juan Pablo II; ahora ya empezaron a hacerlo con Benedicto XVI. Prepararse todos para el estribillo in crescendo: “el Papa está cansado; el Papa está débil; el Papa está enfermo; el Papa ya no gobierna; el Papa debería renunciar, porque quien manda es la Curia…” Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud no faltan los reportes de prensa que quieren introducir el tema… a ver si pega.

O sea, ya van a “enfermar” al Papa. ¿El best-seller de la Modernidad? Podría llamarse: “1001 modos de neutralizar a un Papa.” Estos son algunos de los capítulos en la sección dedicada a los periodistas:

1. Los Borgia, o cómo tener siempre tema.

2. Galileo, o cómo asegurarse que la Iglesia siempre esté en pugna con la ciencia.

3. Los escándalos del clero: será tu culpa si no aprovechas esa mina.

Continuar leyendo “Ya empezaron a “enfermar” al Papa”