Nuevo análisis sobre vacunas contra COVID-19

Fray, ¿cuál es su posición en este momento con respecto al proceso de imposición de l vacuna en el mundo? –Varios-

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Una pregunta hago yo a quien me pregunta: ¿cómo visualizas tú el poder detener la pandemia?

Si volvemos a los orígenes de esta pandemia encontramos: alta velocidad de contagio; numerosos casos de hospitalización; UCIs incapaces de atender al número de pacientes graves; y luego, importante número de muertos. Frente a esas realidades, ¿qué hacer? ¿Que se amontonen los cadáveres mientras se vuelve una enfermedad endémica?

El inicio de la pandemia condujo al desarrollo de la pandemia. El desarrollo de la pandemia condujo al colapso del sistema de salud. El colapso del sistema de salud y el crecimiento en el número de fallecidos llevó a buscar una manera de reducir las hospitalizaciones y las muertes. Así se llegó a las actuales vacunas. Las cifras actuales muestra que las hospitalizaciones son cerca de diez veces más numerosas entre los no-vacunados que entre los vacunados. Los fallecimientos son de 6 a 10 veces mayores entre no-vacunados que entre los vacunados. Estas cifras son consistentes en muchos países.

Las vacunas actuales no son perfectas, ni desde el punto de vista ético ni desde el punto de vista de su eficacia. Seguramente habrá mejores alternativas, en los dos sentidos, en algún tiempo. Mientras tanto, ¿qué? Mejorar el sistema inmunológico de las personas suena muy razonable pero las mismas preguntas que hacemos al camino de las vacunas habría que hacerlo frente a ese camino: ¿Cuántos muertos cuesta? ¿Qué tan realizable es (dado que en muchos países la posibilidad de mejorar la alimentación es utópica)? ¿Qué eficacia real tendría especialmente en las personas más vulnerables?

Miremos el tema del distanciamiento social. ¿Qué tan realizable es en estadios, grandes almacenes, cines, lugares de entretenimiento, iglesias? ¿Mandamos a la quiebra a la mayoría de esos lugares? ¿Y qué hacemos con las reuniones familiares y de amigos? ¿Siguen prohibidas, o por el contrario mandamos policías (que ya son escasos) a que vigilan, interrumpan y arresten a los infractores? ¿Es real algo así? por supuesto, no todo el mundo ve estas dificultades. los que tienen poco relacionamiento social o tienen un trabajo que puede hacerse a distancia no opinarán lo mismo que la personas que deriva su sustento como vendedor ambulante, taxista o en otro oficio que depende de la amplia y constante circulación de personas.

Es lamentable el hecho de los efectos secundarios que se han producido en un porcentaje de los vacunados. Lo primero para discernir esa información es preguntar por ese porcentaje. Cuando uno oye de 20 mil casos GRAVES eso parece muchísimo; hagamos el ejercicio de los porcentajes. En 20 millones de personas, 20 mil casos es el 0,1 %. En 40 millones de personas, es el 0.05 %. Compárese esa cifra con los efectos secundarios de muchos otros medicamentos. Y sobre todo, compárese con los efectos secundarios de tantas personas que han quedado con consecuencias notables después de haber padecido COVID sin vacunarse. Entre mis conocidos, que no son pocos, no cuento ningún efecto grave entre los vacunados mientras que tengo tres casos serios de consecuencias a largo plazo entre no-vacunados.

Frente a todo esto uno tiene que preguntarse: ¿qué es lo responsable? ¿Sería responsable dejar que un porcentaje inmenso de la población no se vacunara con lo que hemos dicho antes de hospitalizaciones, muertes y consecuencias entre aquellos que superan “naturalmente” la enfermedad?

Sobre la responsabilidad moral al ponerse vacunas contra COVID

Muchas reflexiones de usted, me parecen geniales. Por ello me ha sorprendido mucho su equivocacion tan grande en agarrar la línea provacuna, como si la “participación remotisima” (según su criterio) no fuera digna de analizarse… –S.M..

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Sí, por supuesto, se ha analizado. Es lo que contiene el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En una su parte central dice:

Sobre esta cuestión ya hay un importante pronunciamiento de la Pontificia Academia para la Vida, titulado “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células procedentes de fetos humanos abortados” (5 junio 2005). Además, esta Congregación se expresó al respecto con la Instrucción Dignitas Personae (8 de septiembre de 2008) (cf. nn. 34 y 35). En 2017, la Pontificia Academia para la Vida volvió a tratar el tema con una Nota. Estos documentos ya ofrecen algunos criterios generales dirimentes.

Dado que están ya disponibles, para su distribución y administración en diversos países, las primeras vacunas contra la Covid-19, esta Congregación desea ofrecer algunas indicaciones que clarifiquen este tema. No se pretende juzgar la seguridad y eficacia de estas vacunas, aun siendo éticamente relevante y necesario, porque su evaluación es competencia de los investigadores biomédicos y las agencias para los medicamentos, sino únicamente reflexionar sobre el aspecto moral del uso de aquellas vacunas contra la Covid-19 que se han desarrollado con líneas celulares procedentes de tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente.

1. Como se afirma en la Instrucción Dignitas Personae, en los casos en los que se utilicen células de fetos abortados para crear líneas celulares para su uso en la investigación científica, “existen diferentes grados de responsabilidad”[1] en la cooperación al mal. Por ejemplo, “en las empresas que utilizan líneas celulares de origen ilícito no es idéntica la responsabilidad de quienes deciden la orientación de la producción y la de aquellos que no tienen poder de decisión”.[2]

2. En este sentido, cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción.

3. La razón fundamental para considerar moralmente lícito el uso de estas vacunas es que el tipo de cooperación al mal (cooperación material pasiva) del aborto provocado del que proceden estas mismas líneas celulares, por parte quienes utilizan las vacunas resultantes, es remota. El deber moral de evitar esa cooperación material pasiva no es vinculante si existe un peligro grave, como la propagación, por lo demás incontenible, de un agente patógeno grave:[3] en este caso, la propagación pandémica del virus SARS-CoV-2 que causa la Covid-19. Por consiguiente, debe considerarse que, en este caso, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas. Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas.

4. De hecho, el uso lícito de esas vacunas no implica ni debe implicar en modo alguno la aprobación moral del uso de líneas celulares procedentes de fetos abortados.[4] Por lo tanto, se pide tanto a las empresas farmacéuticas como a los organismos sanitarios gubernamentales, que produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados.

5. Al mismo tiempo, es evidente para la razón práctica que la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser voluntaria. En cualquier caso, desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común.Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos. Sin embargo, quienes, por razones de conciencia, rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados, deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso. En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables.

6. Por último, existe también un imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos. La falta de acceso a las vacunas se convertiría, de algún modo, en otra forma de discriminación e injusticia que condenaría a los países pobres a seguir viviendo en la indigencia sanitaria, económica y social.[5]

[1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Dignitas Personae (8 diciembre 2008), n. 35; AAS (100), 884.

[2] Ibid, 885.

[3] Cfr. Pontificia Academia para la Vida, “Moral reflections on vaccines prepared from cells derived from aborted human foetuses”, 5 junio 2005.

[4] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instruc. Dignitas Personae, n. 35: “Cuando el delito está respaldado por las leyes que regulan el sistema sanitario y científico, es necesario distanciarse de los aspectos inicuos de esos sistemas, a fin de no dar la impresión de una cierta tolerancia o aceptación tácita de acciones gravemente injustas. De lo contrario, se contribuiría a aumentar la indiferencia, o incluso la complacencia con que estas acciones se ven en algunos sectores médicos y políticos”.

[5] Cfr. Francisco, Discurso a los miembros de la Fundación “Banco Farmacéutico”, 19 septiembre 2020.

El testamento del Cardenal Urosa

“Al día siguiente de su ingreso, el cardenal escribió un mensaje que puede considerase ya como su testamento a los venezolanos. «Ante la eventualidad de tener que pasar a terapia intensiva por un agravamiento de mi situación», dijo el purpurado, «quiero hacer una breve declaración de amor a Dios y amor a la Iglesia, y de amor al pueblo de Venezuela»…”

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Prueba de fuego para nuestras comunidades

Una frase famosa, y muy sabia, que se atribuye a diversos autores es esta: “En lo esencial unidad, en lo dudoso libertad, en todo caridad.”

Esa frase es importante por dos razones: (1) Nos muestra que hay cosas ESENCIALES, que no son negociables. Nuestra fe en Dios, como lo enseña la Biblia y como lo ha predicado siempre la Iglesia entra en ese campo. (2) Pero también nos muestra que NO TODO es “esencial” y que pretender que haya unanimidad hasta el último detalle termina siendo opresivo y contrario al Evangelio.

En temas de política, de interpretación de hechos históricos, o actualmente en temas de vacunación, muchos quieren volver todo “esencial” y obligar a todos a que piensen de una sola manera. No es buen camino y termina dejando divisiones y heridas. Parece más sabio reconocer que estamos ante hechos muy complejos en los que caben distintas posturas en nosotros como simples ciudadanos. Podemos exponer nuestros puntos de vista, y argumentarlos serenamente, pero pretender imponernos cosas unos a otros no ayuda ni a la sociedad ni a la Iglesia.

Se requiere, pues, serenidad, sensatez, prudencia y caridad. nuestras comunidades y grupos no tiene por qué pagar el precio de posturas inflexibles. estamos llamados a mejores cosas.

Más allá de nuestras diferencias

Hay que reconocer que una de las cargas que ha traído la pandemia es la dificultades que todos encontramos para comunicarnos que piensan distinto de nosotros en temas sensibles, como es lo de las vacunas contra COVID-19.

La mayor parte de la gente cree que el gran desafío es CONVENCER al otro (de que se vacune o de que no se vacune); en este momento yo diría que el desafío es diferente: está en el respetar las otras posturas sin necesariamente ceder en las propias convicciones. Sabiendo a la vez guardar la caridad y estar atentos a servir en lo que podemos servir.

Por supuesto, esto significa que en muchos lugares y en más de una ocasión habrá que tomar posiciones de este estilo: “Tú tienes tu convicción y yo tengo la mía; veo que en esto no logramos entendernos y no nos ayuda seguir discutiendo; así que vamos a respetarnos.” Eso, dicho de una manera serena y respetuosa puede ayudar a reconstruir tejido familiar y social.

En el fondo, es lo mismo que sucede también en otros temas, por ejemplo, de política, o en algunos lugares, con temas de deporte. Es bueno conservar la serenidad, entender que no se gana mucho cuando uno se obstina en ganar discusiones, y que el testimonio que hemos de dar va más por la capacidad de acogida, servicio y apoyo.

Papa Francisco: “vacunarse es un acto de amor”

“Por medio de un mensaje distribuido a través de YouTube, el Papa recuerda que “hoy tenemos vacunas para protegernos del COVID-19” y asegura que “ellas traen esperanza para acabar con la pandemia, pero sólo si están disponibles para todos y si colaboramos unos con otros”…”

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Persecución contra los no-vacunados

Varias personas me han pedido opinión sobre lo que ellos llaman persecución contra los que, por razones de conciencia, prefieren no vacunarse contra COVID-19…

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En síntesis, y como opinión personal: No creo que sea correcto el uso del término “persecución”. Yo por lo menos tengo claro que menos vacunación significa mayor carga viral en personas y comunidades, lo cual a su vez significa: más variantes con mayor letalidad.

Con todo el respeto para todos: la decisión de vacunarse o no, es personal pero también trasciende el ámbito de la persona individual, y esto por tres motivos principales:

1. Ninguna vacuna puede garantizar una inmunidad total, perfecta e irreversible. Cuanto mayor es la circulación del virus, mayor es la posibilidad de que los vacunados resulten afectados, de modo leve o incluso grave, por una carga viral que rompa sus defensas.

2. Los virus mutan y desarrollan nuevas cepas. El espacio de mutación–y potencialmente de mayor capacidad de contagio y/o letalidad del virus–crece en proporción de la población no vacunada. Las variantes al final nos afectan a todos.

3. Muchos vacunados tienen hijos pequeños que, por las condiciones actuales y el nivel de conocimiento científico, no serán vacunados en el futuro próximo. También ellos y sus familias serán afectados si hay una mayor carga viral en el ambiente.

EN CONCLUSIÓN: debemos todos buscar un balance entre el respeto a los derechos de la conciencia individual y el hecho científico del impacto que la decisión personal tendrá inevitablemente en el conjunto de la sociedad.

Creo que ello conduce a la protección de los espacios de mayor acercamiento interpersonal, verificando que quienes accedan estén vacunados o que, según pruebas recientes, no supongan un riesgo de contagio inmediato para otros. Dios ilumine y bendiga a todos.

Atención al sesgo de auto-confirmación

ATENCIÓN AL SESGO DE AUTO-CONFIRMACIÓN

El sesgo de pensamiento más generalizado parece ser el de “auto-confirmación.” Consiste en la tendencia a leer, escuchar o dar atención y respeto sólo a lo que confirma lo que YA pensábamos. Detectarlo EN UNO MISMO es difícil… ¡pero no imposible! De ello queremos hablar.

Varias controversias actuales tienen que ver con este sesgo. Ejemplos: vacunados vs. no-vacunados; Izquierda vs. Derecha; experiencia de los mayores vs. entusiasmo y creatividad de los jóvenes; Misa Tradicional vs. Novus Ordo. ¡Hay demasiada polarización en demasiados lugares!

Lo primero es descubrir la FUNCIÓN psicológica y emocional que cumple el sesgo de auto-confirmación: Nos hace sentir que estamos del lado “correcto,” que estamos haciendo las cosas bien y que, de hecho, somos de los “buenos.” Esta sensación es agradable pero engañosa.

Lo segundo es tomar conciencia de que vivimos en tiempos de grandes confusiones, relativismo en los valores, tolerancia de todo tipo de desviaciones y falta de Norte en muchos de nuestros líderes civiles o religiosos. Este ambiente alimenta la necesidad de encontrar SEGURIDAD.

Lo tercero es algo que afecta especialmente a las personas que tienen fuerte afiliación a un partido político o a un grupo religioso (pasa también en la Iglesia Católica). La auto-confirmación ayuda a afianzar el sentido de pertenencia y de capacidad de impacto.

Además, no hay que descartar la fuerza que lo sobrenatural, en forma de mensajes o apariciones, tiene en muchas personas, incluso si tales hechos no han sido reconocidos por la Iglesia, o si la Iglesia no los interpreta de la manera que lo hacen ciertos grupos.

Esto se nota en el caso de aquellas personas que sienten que si hacen tales o cuales acciones están desobedeciendo a Dios, o a la Virgen, y que por consiguiente quedan como “manchados” o “marcados” como enemigos de Dios, y listos para condenarse.

Después de entender la FUNCIÓN, o sea, por qué uno PODRÍA estar afectado de un sesgo de auto-confirmación, hay que estar vigilantes en cuanto a los SÍNTOMAS. El primero de ellos es la tendencia a clasificar siempre a las personas: “de los nuestros” vs. “contra nosotros.”

Segundo síntoma: Uno empieza a GENERALIZAR a los “adversarios.” A uno le parece que todos son irresponsables, o enceguecidos, o vendidos al sistema. Se pierde la capacidad de matizar, valorar lo que “los otros” hacen o los conocimientos o las fuentes que tienen.

Tercer síntoma: Uno pasa a disculpar sistemáticamente los errores o incoherencias del lado “de los buenos.” Las acusaciones son implacables contra “los otros” pero las justificaciones sobran cuando se trata de uno mismo o de los del grupo de uno.

Cuarto síntoma: uso de EVIDENCIA ANECDÓTICA como regla de verdad. El estilo es: “Yo conocí una persona que hizo lo que proponen (los adversarios) y le cayeron las desgracias, y murió…” Se pierde la capacidad de situar datos particulares en el conjunto de una estadística seria.

Por supuesto, también se utiliza la evidencia anecdótica como fuente de confirmación de lo de uno, con este lenguaje: “Fulano de Tal hizo lo que proponemos y ya no está afectado; nosotros sí conservamos la verdadera fe; cada vez más gente está con nosotros…”

Quinto síntoma: Descalificación radical de todas las fuentes que no coincidan con el propio punto de vista: Se piensa y se obra bajo la idea de que TODO está contaminado, TODOS están mintiendo, NINGÚN medio de comunicación informa bien; el gobierno SIEMPRE engaña…

Sexto síntoma: Inscribirse en numerosos grupos de WhatsApp, o en general, en redes sociales que le vayan repitiendo a uno y re-confirmando, lo que uno ya “sabe” que es la verdad. Se presenta aquí un fenómeno de refuerzo mutuo que es extremadamente fuerte.

Séptimo síntoma: Uno empieza a soñar con el tiempo de la victoria definitiva. Las controversias actuales se ven únicamente como una etapa que uno quiere imaginar que pasará pronto, de modo que “no debe estar lejos el triunfo de mis ideas y de mi grupo…”

¿Es posible SUPERAR EL SESGO de auto-confirmación? ¡Sí es posible! Y no, no consiste en caer en relativismo o falta de sentido crítico. Lo primero para el “tratamiento” es por supuesto evaluar cuáles de los siete síntomas uno tiene, y con qué intensidad.

En segundo lugar, es necesario PREGUNTARSE varias veces, en distintos momentos, y con la máxima honestidad posible: “¿En qué tiene razón el que no piensa como yo?” Y también: “¿Qué están haciendo bien los que no pertenecen a nuestro grupo o manera de pensar?”

La clave está por supuesto en reconocer cualidades en “los otros” y admitir, sin justificaciones fáciles, los defectos o errores en “nosotros.” Jesús hacía esto cuando presentaba como modelo de fe a un centurión romano, o modelo de caridad a un samaritano.

En tercer lugar, hay que ampliar las FUENTES DE INFORMACIÓN. De hecho, hoy es prácticamente imposible encontrar un medio informativo que sea completamente imparcial. Una y otra vez, cotejando a menudo distintas fuentes, uno debe hacer el esfuerzo de informarse mejor.

En cuarto lugar, capacitarse un poco más en asuntos de CIENCIA y de ESTADÍSTICA BÁSICA. A mí me asombra, por ejemplo, que hay personas que dicen: “vacunados y no-vacunados al final se mueren.” Por favor, revisar estadísticas, cotejar, gastar algo de tiempo en ello.

En quinto lugar, los que somos creyentes NO DEJEMOS DE ORAR, de pedir luz al Espíritu Santo; rogar a Dios que nos arranque del corazón toda tendencia de arrogancia, fariseísmo, desprecio al prójimo; y sobre todo: que nos abra siempre a la verdad. ¡Amén!

Grave deterioro en la salud mental de niños y adolescentes

“Aumentan exponencialmente los ingresos hospitalarios de niños y adolescentes con problemas de salud mental. Según informa Diario Médico, hospitales de toda España se están viendo obligados a aumentar el número de camas para acoger a preadolescentes y adolescentes que, en un volumen bastante más elevado del habitual, acuden a sus servicios de urgencias, con frecuencia por autolesiones e, incluso, intentos de suicidio…”

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Hay mucho que podemos hacer ahora mismo

El proceso que hemos vivido a lo largo de esta pandemia ha tenido diversas fases. Desde aquellas primeras fotos que nos mostraban las calles desiertas de Wuhan, enorme ciudad sometida a confinamiento total, hasta las cifras altísimas que vemos hoy en Suramérica y las noticias cotidianas de personas cercanas y muy afectadas, o incluso fallecidas.

Todo ha sucedido en un tiempo que se nos ha hecho a la vez muy largo, por el sufrimiento, y muy corto, por lo inesperado de todo lo sucedido, en rápida sucesión. Me decía una amiga colombiana: “Ya es difícil encontrar a alguien que no haya sido afectado por la pandemia, o en su propio cuerpo, o en amigos, parientes o vecinos muy cercanos.”

Las repercusiones médicas, laborales y económicas de una pandemia son relativamente fáciles de identificar y están continuamente en las noticias. Se miden en cifras de contagios, o en descenso del Producto Interno Bruto, o en número de vacunas aplicadas. Mucho más difícil es evaluar y tratar los daños emocionales, interpersonales y psicológicos que se van extendiendo y ahondando. Posiblemente necesitaremos años para dimensionar y empezar a restaurar ese daño interno.

Pero hay cosas que podemos empezar a hacer ya mismo. Si vemos que ya necesitamos ayuda profesional, psicológica, por ejemplo, creo que es un paso valiente que hay que dar. Es importante también prevenir y minimizar el daño que a veces nos causamos unos a otros. Los esfuerzos por la empatía sincera, por la escucha, por construir espacios donde el único tema no sea la pandemia, son realmente valiosos y marcan y marcarán diferencia.

Los creyentes sabemos además que hay recursos inesperados y muy abundantes en la oración, sobre todo si tiene las buenas características que nos han enseñado: humilde, confiada, perseverante, sincera.

A todos a quienes lleguen estas palabras, va mi abrazo fraterno, y una bendición.

Llamado respetuoso

Considero que es mi deber hacer un llamado respetuoso a todos para que, en el tiempo oportuno según cada lugar, reciban las dosis correspondientes de la vacuna contra COVID-19. Me mueve simplemente ver el nivel de dolor que han de padecer tantos en la sociedad por la pérdida de sus seres queridos; por las angustias de quienes saben que sus parientes están en condiciones extremas; por el cargo inhumana de trabajo que soporta el personal de la salud; por las secuelas que quedan en algunos que superan la enfermedad (he conocido casos). Por todo ello, y siempre respetando la conciencia de todos, invito a recibir las dosis necesarias contra esta dura pandemia. Dios bendiga a todos.

La total eliminación del culto religioso en Suiza por COVID-19 fue ilegal

“Un tribunal de Suiza se ha convertido en el último en dictaminar que una prohibición general del culto relacionada con el COVID-19 es ilegal. La prohibición casi total de los servicios y eventos religiosos se suspendió en una decisión provisional adoptada por la Sala Constitucional suiza en Ginebra en diciembre, y ahora se ha confirmado como una violación del derecho fundamental a la libertad religiosa. En su sentencia, el tribunal razonó que la prohibición era desproporcionada, incluso con sus limitadas exenciones para matrimonios y funerales. Habrían sido posibles medidas menos restrictivas sin dejar de proteger la salud pública…”

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¿Se debe vacunar a los sacerdotes?

“Hay que facilitar a los sacerdotes, al menos a aquellos en cura de alma, en el ejercicio del ministerio, la administración de la vacuna. Es la exhortación que envía a las autoridades civiles el prefecto de la Congregación para el Clero, el Cardenal Beniamino Stella, en una entrevista concedida a las Agenzia SIR…”

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El Papa inició el maratón de Rosarios para pedir el fin de la pandemia

“Encomendar a las manos de María «a toda la humanidad, dolorosamente afectada por la pandemia», este es, en palabras del papa Francisco, el objetivo del «maratón de oración» que comenzó esta sábado 1 de mayo en la Basílica de San Pedro, y en el que participan treinta santuarios marianos de todo el mundo, que cada día se turnarán para guiar el rezo del Rosario…”

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