¿Qué es madurar?

  1. Madurar es tomar conciencia de cuántas cosas, que uno ha dado por descontadas, eran y son en verdad grandes dones.
  2. Madurar es tener muy claro cuánta energía se desperdicia conservando vivo un resentimiento.
  3. Madurar es adquirir la capacidad de quererse y el gusto de reírse de uno mismo, sin que una cosa impida la otra.
  4. Madurar es comprender que “No entiendo,” “No me gusta” y “No quiero” todavía no son razones.
  5. Madurar es saber valorar el entusiasmo sin depender de su fuerza o su dulzura.
  6. Madurar es entender en paz, sin desesperación ni arrogancia, que muchas cosas estarán mejor después que uno se haya ido.
  7. Madurar es ver a alguien que desperdicia una buena oportunidad y descubrir que se parece bastante a lo que uno ha hecho más de una vez.
  8. Madurar es comprender que hay algunos que nunca han llevado las cadenas que nosotros hemos padecido.
  9. Madurar es poder llenarse de alegría cuando el bien que uno hace sólo tiene a Dios por testigo.
  10. Madurar es la serenidad sin cinismo y la expectativa sin prisa, cuando llega la hora de la muerte.

Primero publicado en mi cuenta de Twitter.

Mindfulness

¿Qué es mindfulness y por qué parece ser tan importante para tantas personas hoy? – M. Caicedo.

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Qué es y por qué resulta tan popular

Mindfulness o ‘conciencia plena’ — dice la Wikipedia a comienzos de Junio de 2015 — consiste en prestar atención, momento por momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por “aceptación” -una atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no-. El cerebro se enfoca en lo que es percibido a cada momento, en lugar de proceder con […] el pasado o el futuro.

Es una palabra muy frecuente hoy porque describe un ideal dentro de la meditación de tipo budista, sobre todo de una rama llamada “vipassana.” Como muchas personas tienen alto aprecio por ese tipo de meditación, es explicable que la “mindfulness” aparezca hoy en los más diversos contextos, desde el tratamiento a niños con atención dispersa hasta los esfuerzos por mejorar la productividad y las relaciones interpersonales en altas corporaciones.

¿Es un tratamiento realmente efectivo?

Al escuchar la definición uno puede pensar que es un concepto neutro, que no niega ni se opone a la religión ( o al ateísmo) sino que sencillamente mira a los procesos psicológicos básicos que todos, como seres humanos, realizamos. Sin embargo, los estudios científicos más detallados no muestran que, en cuanto terapia, el esfuerzo por lograr “conciencia plena” tenga efectos más allá de lo que obtienen otras vías de tratamiento, en particular, la terapia cognitiva, que en cierto sentido tiene un enfoque opuesto, en cuanto que no se centra en el solo presente.

¿Entraña peligros esto de la llamada conciencia plena?

Como terapia la búsqueda de “conciencia plena” no ofrece mucho más que una especie de distensión o relajación, lo cual, nadie lo duda, puede ayudar a cambiar la perspectiva sobre las inquietudes y tensiones que cada persona tiene. Esto significa que allí donde requiere analizar causas y consecuencias la “conciencia plena” es notoriamente deficiente: no ayuda a descubrir verdaderas causas ni tampoco a definir propósitos específicos.

¿Es compatible con la fe cristiana?

En la medida en que se convierte en una práctica habitual de mucha gente, la aspiración a la mindfulness va erosionando la conciencia de la responsabilidad personal. Obsérvese que el énfasis en este tipo de ejercicio cerebral es aceptar, aceptar y aceptar. Pero la sola aceptación puede encadenarnos a justificaciones tácitas de lo que somos. De tanto aceptarse uno puede considerar naturales las deformaciones propias del pecado. Y de tanto aceptarse uno termina perdiendo toda urgencia real de conversión. Por supuesto, sin arrepentimiento y sin conversión no hay posibilidad de lenguaje de redención. El adormecimiento propio del budismo termina aprisionando a la persona en un ser absolutizado y en la reflexión que al final se convierte en perseguir la nada.

Nadie entonces lo dude: un poco de relajación y respirar profundo todos lo podemos necesitar, como quien toma un buen vaso de agua fresca. Pero la llamada “conciencia plena” es al final conciencia sedada, que no verá camino y que solo rechazará cortésmente a Cristo.

El Mundo Se Divide…

#ElMundoSeDivide entre los que tienen resultados y los que tienen excusas.

#ElMundoSeDivide entre los que esperan sentirse bien para empezar a cambiar y los que empiezan a cambiar para sentirse bien.

#ElMundoSeDivide entre los que quieren que las leyes hagan buena a la gente y los que quieren que la gente buena haga las leyes.

#ElMundoSeDivide entre los que piensan para hablar y los que hablan para pensar.

#ElMundoSeDivide entre los que esperan que llegue el amor perfecto y los que perfeccionan el amor que tienen.

#ElMundoSeDivide entre los que callan cuando sufren y los que sufren cuando callan.

#ElMundoSeDivide entre los que están seguros de que el invierno volverá y los que están seguros de que el invierno terminará.

#ElMundoSeDivide entre los que toman decisiones que consideran realistas y los que enfrentan realidades que consideran decisivas.

#ElMundoSeDivide entre los que dicen que más población es más problemas y los que saben que menos gente no significa mejores soluciones.

#ElMundoSeDivide entre los que clasifican a las personas y los que observan cómo la gente se clasifica ella misma.

Primero publicado en mi cuenta de Twitter.

Claves para vivir el tiempo litúrgico “ordinario”

Terminado el tiempo pascual con la fiesta de Pentecostés, se cierra el gran ciclo Cuaresma – Pascua, que tuvo su comienzo unos tres meses atrás, con el Miércoles de Ceniza. Durante estas semanas, primero de recogimiento y penitencia, y luego de gratitud y alabanza, hemos centrado nuestra mirada en el misterio central de nuestra fe: Cristo, que por nosotros aceptó duro padecer, y luego humillante muerte, pero que ahora, levantado del sepulcro, vive y reina para interceder por nosotros. Esa contemplación no se queda afuera de nosotros sino que culmina en el asombro de vernos nosotros mismos transformados por la gracia y poder del Espíritu Santo. Es lo que celebramos en Pentecostés. ¿Qué sigue ahora, entonces?

Litúrgicamente estamos entrando al Tiempo llamado “Ordinario.” Este adjetivo no indica baja o menor calidad sino que hace alusión a “ordo,” en latín, que quiere decir: orden. Nuestros ojos no se apartan de Cristo, amor único de su Esposa, que es la Iglesia. Lo que sucede es que durante esta serie extensa de semanas, que llegará hasta fines de noviembre o comienzos de diciembre, llevamos un “orden”, un recorrido, una ruta para contemplar la vida y la obra, los milagros y las palabras de Nuestro Señor Jesucristo.

Así pues, hay que entrar a este nuevo tiempo litúrgico con ojos ávidos de la verdad y la belleza que Cristo y solamente Cristo tiene. Con la guía de una lectura progresiva, bien dosificada, de las lecturas del Antiguo y el Nuevo Testamento, avancemos como Iglesia celebrando, contemplando, escuchando y sobre todo, rindiendo el homenaje de nuestra obediencia a Cristo Jesús, a quien sea la gloria por los siglos.

Decálogo de Santa Catalina de Siena

01 No existe paz fuera de la verdad.

02 La vida cristiana empieza su camino en serio a partir del conocimiento de sí mismo a la luz de Dios.

03 O escogemos el Puente, que es Cristo, o nos devora el río, que es el torrente de las promesas falsas y amenazas falsas del mundo.

04 El que no arde de amor por la Iglesia que no piense que ama mucho a Cristo.

05 Todos han de tener inmenso aprecio por la celebración cotidiana, digna y fervorosa, de la Eucaristía.

06 Aprendemos a orar como aprendimos a hablar: oyendo a otros y repitiendo con sabiduría y amor.

07 Rechazar el camino de la obediencia es elegir el camino del capricho, y de ahí lo que sigue es muerte.

08 La vida de los consagrados es como el avance de un bote; quienes no tienen comunidad nadan solos.

09 Nuestra voluntad es tan débil como la distancia que nos separa de la voluntad de Dios: a mayor distancia, mayor debilidad.

10 La santidad es el fruto propio del bautismo, y por consiguiente, la meta natural de todo bautizado.

[Primero publicado en mi cuenta de Twitter.]

Orar por nuestros sacerdotes

Recuerda la frase famosa: “Los sacerdotes son como los aviones: sólo salen en las noticias cuando alguno cae…

A nombre de miles y miles de hermanos en el sacerdocio, te pido que nos conserves en tu oración, sobre todo en la Santa Misa, el santo rosario y la adoración eucarística.

Recuerda que tu intercesión es el mayor bien que puedes regalarnos a los sacerdotes para que, a imagen del Buen Pastor, seamos generosos y solícitos del rebaño que Cristo adquirió a precio de su Sangre preciosa.

Dolor en Pascua

Hay una imagen que no se borra de mi mente. No es una obsesión sino un deseo inmenso de hacer algo por personas como Julieta (nombre ficticio – historia real).

Julieta es una jovencita que quiso conversar conmigo no hace mucho. Resulta que a sus quince años, cumplidos no hace mucho, conoce lo que es tener sexo pero no sabe lo que es saberse amada ni tampoco respetada. Sabe protestar pero no sabe qué cosas merecen una protesta suya. Sabe reírse a carcajadas–por ejemplo, en ruidosas reuniones con sus amigas–pero no sabe qué es sentirse feliz. Sabe emborracharse y sabe sacar fotos ridículas pero luego no sabe cuál es su verdadero rostro entre tantas payasadas. Sabe que la vida se le va pero no sabe a qué vino a la vida. Sabe que la muerte es aburrida pero no sabe si la muerte ya empezó o está todavía para llegar.

¡Cuánto deseo Pascua para Julieta y para tantas y tantos como ella!

¡Resucitó Cristo, nuestra esperanza!

¡Resucitó Cristo, nuestra esperanza! Este es el grito que resuena en la Iglesia y en el mundo desde hace más de dos mil años en cada Pascua. Pero ¿Es posible hoy seguir esperando? Sí, Cristo ha resucitado y nos empuja a descubrir que lo imposible también forma parte de nuestra vida, porque Dios se ha metido en nuestra historia de una vez y para siempre.

Creer en la resurrección significa no resignarse a que el mundo siga de la misma manera. Celebrar la pascua es creer con toda la fuerza de nuestro corazón que Cristo sigue viviendo en medio de nosotros y que es capaz de transformarnos desde dentro para ayudarnos a construir el mundo y la vida que anhelamos, y que nos parece tan lejana.

Celebrar la pascua es dejar que el Resucitado venza nuestro miedo y desconfianza. La noche terminó. La luz que se ha encendido en medio de la oscuridad nos muestra un mundo nuevo. La piedra que encerraba a “la vida” fue arrojada lejos por Cristo. Él es la vida que no puede quedar sepultada por nada ni por nadie.

Esta Pascua tiene que ser más que nunca un paso de Dios por nuestra vida y por la historia que nos toca vivir; una invitación, casi como un deber, a ser esperanza de un mundo que agoniza resucitándolo con el testimonio de la fraternidad y la solidaridad, de la lucha por la verdad y la justicia, de la confianza y el amor, del perdón y la reconciliación, de la generosidad y la entrega.

(Del mensaje de Pascua de la Madre Elfi Pozo Aguilar, O.P., Dominica de la Inmaculada Concepción)

Germanwings, vuelo 4U 9525

En días recientes el mundo ha presenciado con ojos desconcertados una catástrofe que parece tomada de una película de terror: según las evidencias actualmente disponibles, el copiloto de un avión comercial ha decidido suicidarse estrellando el avión que en ese momento estaba completamente a su cargo, después de impedir deliberadamente que el piloto pudiera regresar a la cabina de mando; así han muerto con él 149 inocentes. Hasta el momento no hay señal ni razón alguna que ayude a comprender su fatal decisión por lo que el trágico accidente no puede ser calificado de acto terrorista sino de algo así como un acto demencial a la máxima potencia. La investigación se encamina en este momento a tratar de indagar los motivos y circunstancias que pudieron llevar a ese hombre a actuar de un modo tan absurdo y tan cruel.

Es difícil asomarse al abismo de dolor y al pozo oscuro de preguntas que deben estar persiguiendo a los parientes y amigos de aquellos desventurados pasajeros. Es aún más difícil tratar de imaginar el infierno que experimentaron aquellos viajeros que de repente tuvieron la certeza espantosa de que su viaje iba a terminar demasiado pronto y que jamás llegarían al destino planeado. Un acto absurdo, una voluntad impuesta de muerte los obligó a desembarcarse de esta vida en circunstancias de un horror sin límites. ¿Qué pensamientos cruzaron por aquellas mentes exasperadas, llegadas al colmo de la angustia, sencillamente condenadas a morir? ¿A quiénes recordaron? ¿Con qué imagen quisieron o tuvieron que despedirse de su paso por esta tierra? ¿Hubo creyentes entre ellos? ¿Se elevaron súplicas a Dios, primero para que los salvara de semejante momento, y luego, al ver llegar lo inevitable a 800 kilómetros por hora, para que se apiadara de ellos en la hora de entrar a la eternidad?

¿Y qué hay de ese otro abismo, el de la mente del suicida que llevó a la muerte a sus compañeros de vuelo, incluyendo al piloto con el que había conversado minutos atrás de modo amigable e informal? Apenas sucedido el accidente, las entrevistas de los periodistas buscaban con afán a mecánicos, ingenieros y técnicos de aviación. Ahora sabemos que todo apunta a que el desperfecto no estaba en las máquinas. Los motores, cables y estructuras estaban en buenas condiciones; el corazón, la mente y las decisiones de quien iba a manejar toda esa maravilla tecnológica, no lo estaban. Ironía de nuestra sociedad: hacemos naves con alto grado de perfección pero alguna vez las entregamos a pilotos con terribles desperfectos. Por eso, con referencia este caso, los periodistas ya no preguntan a los ingenieros sino que interrogan a psicólogos, sobre todo a aquellos que parecen tener mas conocimiento de la gravedad de la depresión, o de la capacidad de mentira y máscara que tiene el ser humano.

No te quedes mirando la máquina; mira a quien debe guiarla. Tener un buen avión es el logro de nuestra sociedad; nos falta todavía saber cómo podemos tener magníficos seres humanos que guíen esos magníficos aparatos. El avión es un medio; corresponde al piloto llevarlo a su meta o destino. Y la meta puede ser un feliz aterrizaje, seguido de abrazos y risas; o puede ser un lugar remoto en los Alpes, seguido de lágrimas de rabia y desconsuelo.

Tenemos cada vez herramientas y medios mejores, como nuestros aviones, pero nos estamos olvidando demasiado de los fines, los propósitos, los genuinos valores. ¿De qué sirven los GPS, radares, mapas y brújulas de la máquina si el corazón ha perdido su brújula, o si su único Norte es la muerte y la nada?

Somos una sociedad desorientada y perpetuamente distraída que se olvida de que ha perdido su brújula mirando con orgullo las brújulas de los aparatos. Muchas personas han perdido todo motivo para seguir adelante pero se distraen viendo que por lo menos la batería de su celular está bien cargada. Multitud de jóvenes no saben qué es valioso en la vida pero, en triste compensación, sí saben cómo ganar puntos en el videojuego de moda. Estamos orgullosos de conquistar la materia pero esa arrogancia nos ha hecho descuidar nuestra dimensión más espiritual y permanente.

Nada que yo diga; nada que nadie diga podrá devolver a las familias en luto el abrazo de sus seres queridos. Pero si queremos que algo bueno brote en aquel rincón perdido de los Alpes franceses esta puede ser la lección: No descuides tu herramienta pero cuida aún más a quien ha de usarla. Atiende los medios y caminos pero pon tu corazón en la meta verdadera.

Para quienes hemos recibido el don de la fe, esa meta tiene nombre propio: Jesucristo.

Que sea esta la sobria meditación de nuestra Semana Santa, y que el Señor nos conceda renovarnos en su Pascua. Amén.

Doce cosas para #AprenderAntesDeMorir

  1. El valor de los tiempos de silencio y soledad.
  2. La fuerza liberadora del perdón.
  3. El poder transformante de la oración de alabanza.
  4. La alegría incomparable de abrirse al asombro, la admiración y el elogio sincero.
  5. La paz que solamente nace de haber hecho lo que era correcto.
  6. El valor que se necesita para acceder al lenguaje de la ternura.
  7. La sabiduría que sólo alcanzan los que toman en serio el examen del pasado.
  8. La necesidad de acompasar nuestro esfuerzo con los ritmos más profundos de la vida, la naturaleza y la historia.
  9. La libertad de quienes saben reírse de sí mismos, sin por ello considerarse ridículos o irrelevantes.
  10. La conciencia de cuánto vale el instante, que no puede perderse sin herir la eternidad.
  11. La fecundidad escondida en los tiempos de perplejidad, aburrimiento o desilusión.
  12. La sensatez para pasar con humildad y en paz a segundo plano, llegado el momento.

[Primero publicado en mi cuenta de Twitter.]

Meditación en el atardecer de la vida

Nos vamos quedando con lo único disponible: recuerdos de proyectos pasados, historias que terminaron mal y otras que anduvieron mejor, sueños inconclusos, experiencias inolvidables y otras que hay que olvidar porque no aportan nada o muy poco.

Nos vamos quedando con ganas y deseos que a veces una circunstancia feliz nos permite realizar; otras veces preferimos ignorarlos porque cobran muy caro o porque nos veríamos un poco ridículos.

Nos quedamos con la piel cansada de sentir, con la memoria de amores pasados, con las manos temblorosas, con olvidos repentinos, con ciertos dolores que revelan algo más que años, con unas pocas fotografías viejas de días felices y otros no tanto.

Nos quedamos con historias de viajes increíbles a lugares exóticos, aeropuertos inmensos y otros perdidos en la provincia, una pequeña valija negra, un libro que se quedó en la repisita de una cabina telefónica, noches de insomnio en una habitación de hotel al otro lado del mundo o un tren que avanza a paso de hombre en las alturas del desierto más seco del planeta.

Nos quedamos con preguntas imposibles de hacer porque no hay nadie que pueda responderlas, ideas revolucionarias que al fin no cambiaron nada, novelas que no se pueden escribir porque no se tiene el oficio, poemas que después de unos años estamos seguros que no tiene sentido alguno publicarlos – ni mostrarlos a nadie.

Nos quedamos con un silencio saludable, una soledad reparadora, una renuencia a aceptar que nos impongan condiciones y reglas, unas manías que nosotros no más entendemos y una bronca feroz contra el sistema y sus instituciones.

Nos vamos quedando con unas visitas de tanto en tanto a las hijas y a los nietos, una reunión familiar que agradecemos no se prolongue más allá de las diez de la noche, llamadas telefónicas para ponerse al día y asegurar que todo anda más o menos bien porque perfecto nunca va a estar y eso lo sabemos bien todos aunque a veces no queramos reconocerlo.

Nos vamos quedando con intuiciones que a veces aciertan medio a medio y otras que no andan ni por las tapas. Adquirimos una especie de cinismo y no hacemos caso de las cosas que entusiasman a los más jóvenes o a los inexpertos que creen que el mundo es como se ve.

Nos vamos quedando sólo con el asombro porque eso es algo que jamás deberíamos perder. Nos vamos quedando con unas pocas personas y algunos lugares que no cambiaríamos por ningún otro en el mundo. Nos vamos quedando con algunas penas definitivas y algunas alegrías inesperadas. Con eso es más que suficiente…

[Recibido en correo de A. Rojas]

Así habla un santo

“Te doy mi voluntad. Con ella te amo, te amo, te amo. Quiero vivir repitiendo siempre lo mismo, y así quiero morir, diciendo: Dios mío, te amo.”

San Alfonso María de Ligorio

Para entender el combate espiritual

Como estamos #EnCombate, es bueno conocer las 10 principales estrategias del enemigo.

01 El demonio no quería que tú existieras porque cada ser humano es imagen de Dios. #EnCombate

02 Si el demonio no logró que te abortaran, y entonces ya naciste, no quiere que sepas nada de Dios ni de tu hermosa dignidad. #EnCombate

03 Si el demonio no pudo impedir que conocieras a Dios y sus sabias leyes, quiere seducirte con diversas formas de pecado. #EnCombate

04 Si el demonio no logra que peques abiertamente, entonces intenta que te envanezcas y llenes de soberbia. #EnCombate

05 Si el demonio no logra fomentar en ti soberbia y vanidad, intenta abrumarte con tedio y aburrimiento de lo bueno y del bien. #EnCombate

06 Si el demonio no logra aburrirte con el tedio, intenta engendrar una tristeza profunda y sin razón. #EnCombate

07 Si el demonio no consigue envenenarte con la tristeza, te amenaza con lo que te puede pasar, para que el miedo te paralice. #EnCombate

08 Si el demonio no logra que el miedo te frene, te advierte mucho sobre lo que puedes perder, a ver si te encierra en egoísmo. #EnCombate

09 Si el demonio no puede encarcelarte en el egoísmo, intenta saturarte de dudas sobre la fe, la Iglesia y los sacramentos. #EnCombate

10 Si el demonio no logra quitarte la fe ni le sirve nada de lo dicho, brama con odio, y se aleja… esperando otra oportunidad. #EnCombate

[Primero publicado en mi cuenta de Twitter.]

#RutaSacerdotal

Doce recomendaciones especialmente para mis hermanos en el sacerdocio, como saludo de Navidad.

  1. Hay demasiado poca diferencia entre un sacerdote sin adoración a Cristo y un opaco funcionario de lo sagrado.
  2. Hermano sacerdote: Cristo se pone en tus manos; si no estás tú en las manos de Cristo, lo tratarás como una cosa.
  3. La única manera de evitar un extremo sin caer en el contrario es tener el centro en Jesucristo.
  4. El primer don en la vida del sacerdote es el mismo de la vida cristiana: FE para saberse amado, escogido y enviado.
  5. El instrumento primero del sacerdote es su manera de amar en Cristo y desde Cristo; si ahí empieza bien, lo demás sigue.
  6. La única definición de amor que es realmente útil al sacerdote es esta: Amar es buscar el verdadero bien del otro.
  7. No se puede amar como Cristo sin Cristo; y no se puede estar con Cristo sin darle tiempo que sea completamente suyo.
  8. Después de un corazón colmado del amor a Cristo y desde Cristo, lo que más requiere el sacerdote es doctrina sana.
  9. ¿Te ha concedido Dios fe robusta, caridad ardiente y sana doctrina? Sólo la humildad sabe cómo custodiar semejantes tesoros.
  10. No se crea humilde quien no tiene obediencia, ya sea porque a nadie obedece o porque siempre escoge a quién obedecer.
  11. Fe que se abre al amor divino; amor que se abre a la necesidad del prójimo; doctrina que se abre a la fe de la Iglesia.
  12. Humildad que se abre a la sana desconfianza de sí; obediencia que se abre confiada al querer de Dios; y hambre de Cielo.

Primero publicado en mi cuenta de Twitter.

¿A quiénes llamamos santos?

Santos, ni más ni menos, son aquellos que, en la Montaña de las Bienaventuranzas, encontraron y renovaron, una y otra vez, su pasión y su carnet de identidad. Los que, abriendo la ventana de su corazón, permitieron que entrase la luz divina y, con esa luz eterna, quisieraon agradar totalmente a Dios sin olvidar al hombre. Son, esos hermanos nuestros que fueron grandes por su inmensa sencillez; en la oscuridad, nunca se cansaron de buscar al Señor, y en la luz del mundo, nunca lo dejaron perder.

Admirar y bendecir

Hoy quiero concentrarme en los pétalos
y no en las espinas.

Hoy quiero admirar el azul del cielo
sin quejarme de las nubes.

Hoy hago un gozoso balance de mis dones
y bendigo al Señor por todos mis talentos
y por su amor sin límites.

Hoy tengo tiempo para valorar a mis seres queridos
y dar gracias por mi trabajo, mis bienes y mi salud.

Destierro el pesimismo y entierro al desaliento
porque me abro jubiloso a la experiencia
de alabar y agradecer.

En lugar de envidiar me dedico a elogiar,
en lugar de destruir me dedico a construir.

Hoy tengo ojos y corazón para asombrarme
con las flores, los árboles, las aves y los peces.

Hoy contemplo el universo con ojos nuevos
y aprecio tantas maravillas.

Hoy cambio mis lamentos por bendiciones.
Hoy veo mis problemas como oportunidades
y me animo a seguir adelante con la ayuda
de Dios y de quienes aman.

Hoy elijo vivir en lugar de morir.

Basado en un mensaje de A. Rojas.