ROSARIO de las Semanas 20200827

#RosarioFrayNelson para el Jueves:
Contemplamos los Misterios de la vida pública del Señor

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que es bautizado por Juan en el Jordán y recibe la unción del Espíritu Santo.
  2. En el segundo misterio de la vida pública contemplamos que el diablo tienta a Jesús en el desierto pero al final tiene que retirarse derrotado.
  3. En el tercer misterio de la vida pública contemplamos las bodas en Caná de Galilea, donde Cristo dio su primera señal como Mesías.
  4. En el cuarto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que predica la Buena Nueva a los pobres.
  5. En el quinto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que llama a algunos discípulos para que estén con él y sean sus apóstoles.
  6. En el sexto misterio de la vida pública contemplamos la transfiguración del Señor, verdadero anuncio de su pasión y de su pascua.
  7. En el séptimo misterio de la vida pública contemplamos la institución de la Eucaristía y el mandamiento de amar como Jesús nos ha amado.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA GRACIA 2020/08/28 No juzgar por el pasado

FIESTA DE SAN AGUSTÍN, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

Cuántas veces juzgamos a las personas por lo que fueron, sin tener en cuenta que salieron de ahí, que hubo un proceso, un camino, una conversión.

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LA BIBLIA – Día 239 de 365

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 239 de 365

https://www.youtube.com/watch?v=0lhe2frYs7k

2 Macabeos 3–4
Sabiduría 3
Lucas 12,32-59

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

Los santos mártires de las reducciones

Los santos mártires de las reducciones

Los jesuitas, como tantos otros misioneros de América, entraban muchas veces en regiones que la Corona española no había podido dominar. Así, concretamente, iniciaron sus misiones en Guayrá y la región baja del Paraná, entrando a los indios, como dice el padre Cardiel, «sin más escolta ni más armas, entre gente tan feroz, que una cruz en la mano, que servía de báculo» (51).

Ya vimos en el capítulo dedicado a La región del Río de la Plata en qué situación se hallaban aquellos indios… Se comprende, pues, que el intento de hacerles pasar de aquella vida tan salvaje a una vida civilizada y cristiana no podía ir adelante sin gravísimos riesgos para los misioneros, por parte sobre todo de los caciques, y más aún de los brujos y hechiceros.

Lo raro es que en las reducciones sólamente se produjeran treinta y dos mártires. Juan Pablo II ha canonizado de ellos al padre Roque González de Santa Cruz (1576-1628), que fue párroco de la catedral de la Asunción, antes de ser jesuita, y que es el primer santo de Paraguay, y a los padres Alonso Rodríguez y Juan Castillo, nacidos en tierras de España, en Zamora el primero (1598-1628) y en Belmonte (Cuenca) el segundo (1596-1628). Estos dos fueron connovicios del padre Nieremberg, que hizo la crónica de su vida y martirio (en Varones ilustres de la Compañía de Jesús, 4, Bilbao 1889, 358-375). Con fingimientos primero, y con el ensañamiento habitual después, los tres fueron muertos por caciques que antes fueron amigos, y después se revolvieron contra las reducciones.

Los tres habían sido beatificados en 1934 por Pío XI. Y Juan Pablo II, en la homilía de canonización, hizo un gran elogio de la acción misionera en las reducciones, subrayando también que «la labor inmensa de estos hombres, toda esa labor evangelizadora de las reducciones guaraníticas, fue posible gracias a su unión con Dios. San Roque y sus compañeros siguieron el ejemplo de San Ignacio, plasmado en sus Constituciones: “Los medios que unen al instrumento con Dios y lo disponen a dejarse guiar por su mano divina son más eficaces que aquellos que lo disponen hacia los hombres” (n.813). Fundamentaron así, día a día, su trabajo en la oración, sin dejarla por ningún motivo. “Por más ocupaciones que hayamos tenido -escribía el padre Roque en 1613-, jamás hemos faltado a nuestros ejercicios espirituales y modo de proceder”» (16-5-1988).

Fueron, sí, muchos los misioneros mártires. El padre Cipriano de Barace (1641-1702), navarro roncalés de Isaba, fundó misiones entre los indios mojos (moxos), al norte de Bolivia, durante 27 años, evangelizando también entre los vecinos baúres, guarayes y tapacuras. Autor de varios escritos -Doctrina cristiana en lengua moja, Costumbres y vida de los indios chiriguanos, con algunas aportaciones sobre su lengua, Cánticos en honra de la Virgen Nuestra Señora en lengua castellana y moja-, murió flechado y a golpes de macana en una entrada misionera a los baúres. Era el 16 de setiembre de 1702, fiesta de San Cipriano, patrón de Isaba. Murió aferrado a una cruz, y diciendo «Jesús, María, padre San Francisco Javier».

Fueron muchos los misioneros mártires. En 1711, por ejemplo, se da otro martirio, el del padre Lucas Caballero, fundador de la reducción de Nuestra Señora de la Concepción. Fue atacado por indios infieles puyzocas, y según refiere el jesuita Juan Patricio Fernández, murió de rodillas ante una cruz que llevaba consigo, «ofreciendo la sangre que derramaba por sus mismos matadores e invocando los dulcísimos nombres de Jesús y de María» (Tentación 109).


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.