Un concurso con premios para el primero, segundo y tercer puestos

Queridos amigos,

Hace poco publiqué un canto que considero inspirado y que me gusta mucho para la mañana:

/ No se qué será de este día, eso yo no lo sé. /
/ Pero una cosa entiendo: miedo jamás tendré.
Cuando voy o cuando vengo, siempre yo estoy en FE. /

Ahora quiero proponerles un concurso: se trata de hacer y grabar un video con una coreografía de esa canción.

El primer premio será de $600.000 pesos colombianos, el segundo lugar obtendrá un premio de $300.000 y el tercer lugar recibirá un premio de $100.000.

Estas son las condiciones:

1. Pueden participar grupos de al menos 2 personas.

2. Pueden participar personas de toda condición, incluidos menores de edad con permiso escrito de sus padres o acudientes, con la sola excepción de los parientes de los miembros del jurado, en primer grado de consanguineidad, que aquí se entiende como: cónyuge, padres, hijos o hermanos.

3. El grupo debe hacer una coreografía con este canto sin cambiar la letra ni la música, pero con libertad de uso de instrumentos musicales, repeticiones, arreglos, etc.

4. Todas las voces e instrumentos deben ser en vivo, no grabadas.

5. El grupo interesado en participar debe enviar un correo a amigos@fraynelson.com. La persona que firme el correo deberá identificarse con su documento propio (cédula, DNI o pasaporte) en caso de ganar el premio.

6. Una vez inscrito, el grupo publicará su video en YouTube, y enviará el vínculo respectivo al correo artes@fraynelson.com. este video debe ser PÚBLICO y no puede tener opción de monetización acrtivada para evitar conflictos de derechos de autor.

7. Cada grupo participará con un solo video.

8. El jurado estará conformado por Diego Pérez, gerente de Ministerios de Familia Espiritual; Paula Roberts, directora del Ministerio de Artes de FE; y Fray Johan Andrés Salas, O.P., estudiante dominico colombiano con sólida formación musical.

9. El parecer del jurado, al descalificar un video o al asignar los premios, es inapelable. La persona que informará del resultado de ganadores es Paula Roberts, mediante correo de ella a amigos@fraynelson.com.

10. Para que el concurso asigne los premios es necesario que hayan enviado sus producciones por lo menos cinco (5) grupos. Si no se alcanza esa cifra el concurso se declarará desierto.

11. Este concurso se declara abierto desde el 21 de septiembre de 2018, fiesta liturgica de San Mateo, apóstol y evangelista, y los enlaces a las producciones deben llegar al correo antes mencionado antes de la medianoche de Colombia del día 15 de octubre de 2018, fiesta de Santa Teresa de Jesús. Los resultados del concurso se publicarán en la página de Facebook de Familia Espiritual el día 1 de Noviembre de 2018.

12. Los premios se entregarán solamente en persona y en efectivo, durante Asamblea de Familia Espiritual, en Bogotá, en fecha que se avisará oportunamente.

365 días para la Biblia – Día 020

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura. – Día 020 de 365

Génesis 28–29
Salmo 19
Mateo 12,1-21

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

ROSARIO de las Semanas 20180920

#RosarioFrayNelson para el Jueves:
Contemplamos los Misterios de la vida pública del Señor

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que es bautizado por Juan en el Jordán y recibe la unción del Espíritu Santo.
  2. En el segundo misterio de la vida pública contemplamos que el diablo tienta a Jesús en el desierto pero al final tiene que retirarse derrotado.
  3. En el tercer misterio de la vida pública contemplamos las bodas en Caná de Galilea, donde Cristo dio su primera señal como Mesías.
  4. En el cuarto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que predica la Buena Nueva a los pobres.
  5. En el quinto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que llama a algunos discípulos para que estén con él y sean sus apóstoles.
  6. En el sexto misterio de la vida pública contemplamos la transfiguración del Señor, verdadero anuncio de su pasión y de su pascua.
  7. En el séptimo misterio de la vida pública contemplamos la institución de la Eucaristía y el mandamiento de amar como Jesús nos ha amado.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA GRACIA del Viernes 21 de Septiembre de 2018

FIESTA DE SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA

Pidamos que quienes piensan y sienten que Cristo no tiene nada que ofrecer escuchen su voz y en Él recibir todo tesoro como lo recibió el apóstol Mateo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

José Kentenich, un instrumento en manos de María

“El 15 de septiembre de 1968, tras la celebración de la Misa, murió el padre José Kentenich, fundador del movimiento de Schoenstatt, que es eminentemente mariano. De hecho, una de las oraciones más difundidas entre los miembros del movimiento es la muy conocida «Oh, Señora mía, oh, Madre mía…». Esta plegaria, ligeramente modificada por Kentenich, finaliza con estas palabras: «Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame, defiéndeme, utilízame, como instrumento y posesión tuya». Es la expresión de una relación activa con María. Ser instrumentos de la Mater, como la llaman cariñosamente los hombres y mujeres de Schoenstatt, es fiarnos de quien nos quiere y, por tanto, dejar nuestra vida y libertad en sus manos en estos tiempos difíciles y desafiantes…”

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Cuando Martín de Porres entró a la Orden de Santo Domingo

Martín dominico

El convento dominico de Nuestra Señora del Rosario, edificado en Lima sobre un solar donado por Francisco Pizarro y ampliado por el Consejo municipal en 1540, era un edificio inmenso, en el que había múltiples dependencias -iglesia, capillas, portería, talleres, escuela, enfermería, corrales, depósitos y amplia huerta-, y en donde vivían con rigurosa observancia unos doscientos religiosos, y un buen número de donados y también esclavos o criados.

Entre los dominicos de entonces había tres clases: los padres sacerdotes, dedicados al culto y a la predicación, los hermanos legos, que hacían trabajos auxiliares muy diversos, y donados, también llamados oblatos, que eran miembros de la Orden Tercera dominicana, recibían alojamiento y se ocupaban en muchos trabajos como criados. Padres y hermanos llevaban el hábito completo, y en aquella provincia era costumbre llevar dos rosarios, uno al cuello y otro al cinto. Los donados llevaban túnica blanca y sobrehábito negro, pero no llevaban escapulario ni capucho.

Cuando Martín, un muchacho mulato de 16 años, en 1595, solicitó ser recibido como donado en el convento del Rosario, el prior, fray Francisco de Vega y el provincial, fray Juan de Lorenzana, que ya debían conocerle, le admitieron sin ninguna dificultad. No tardó en enterarse don Juan Porres de que su hijo había dado este paso, y aunque aprobaba que se hiciera religioso, hizo cuanto pudo para que fuera hermano lego, y no se quedara como donado, ya que esto era como hacerse un criado para siempre. Pero Martín se resistió decididamente: «Mi deseo es imitar lo más posible a Nuestro Señor, que se hizo siervo por nosotros». Tomó, pues, el hábito dominico de donado, y al día siguiente recibió ya su primer ministerio conventual: barrer la casa.

Un fraile humilde

Conocemos muchas anécdotas de la vida de fray Martín, recogidas como testimonios jurados en los Procesos diocesano (1660-1664) y apostólico (1679-1686), abiertos para promover su beatificación. Buena parte de estos testimonios proceden de los mismos religiosos dominicos que convivieron con él, pero también los hay de otras muchas personas, pues fray Martín trató con gentes de todas clases.

Pues bien, de las informaciones recibidas destaca sobremanera la humildad de San Martín. Acerca de ella tenemos datos impresionantes.

Fray Francisco Velasco testificó que, siendo él novicio, acudió a la barbería del convento, y como fray Martín no le hiciera el arreglo como él quería, se enojó mucho y le llamó «perro mulato». Respuesta: «Sí, es verdad que soy un perro mulato. Merezco que me lo recuerde y mucho más merezco por mis maldades». Y dicho esto, le obsequió luego con aguacates y un melocotón.

En otra ocasión, no habiendo podido acudir inmediatamente a atender a un fraile enfermo que reclamaba sus servicios, éste le dijo cuando por fin llegó: «¿Esta es su caridad, hipocritón embustero? Yo pudiera ya haberlo conocido». A lo que fray Martín le respondió: «Ése es el daño, padre mío; que no me conozco yo después de tantos años ha que trabajo en eso y quiere vuestra paternidad conocerme en cuatro días que ha que me sufre. Como esas maldades e imperfecciones irá descubriendo en mí cada día, porque soy el peor del mundo».

Otra vez estaba fray Martín limpiando las letrinas, y un fraile le dijo medio en broma si no estaría mejor en el arzobispado de México, a donde quería llevarlo el Arzobispo electo. El respondió: «Estimo más un momento de los que empleo en este ejercicio que muchos días en el palacio arzobispal».

Pero una de las muestras más conmovedoras de su humildad fue la siguiente. En el convento del Rosario se produjo un día un grave aprieto económico, y el prior tuvo que salir con algunos objetos preciosos para tratar de conseguir algún préstamo. Enterado fray Martín, corrió a alcanzarle para evitarlo. El sabía que los negros vendidos como esclavos eran bien pagados, hasta unos mil pesos. Y recordaba que Santo Domingo se ofreció como esclavo a los moros para sustituir al hermano de una pobre viuda. Mejor, pues, que desprenderse de objetos preciosos del convento, era otra solución: «Padre, yo pertenezco al convento. Disponga de mí y véndame como esclavo, que algo querrán pagar por este perro mulato y yo quedaré muy contento de haber podido servir para algo a mis hermanos». Al prior se le saltaron las lágrimas: «Dios se lo pague, hermano Martín, pero el mismo Señor que lo ha traído aquí se encargará de remediarlo todo».


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.