Así Funciona el Mundo

–Las 40 Mentiras y Medias Verdades más frecuentes de nuestro Tiempo–

A. La Verdad y la Libertad

1. Entendemos por “normal” aquello que hace, piensa o dice la mayoría. Entendemos por “anormal” –o por lo menos “sospechoso”– aquello que contradice nuestro modo de vida o pretende criticar a fondo los principios que siguen.

2. La verdad como tal no existe, pero hay dos aproximaciones útiles: la explicación de los expertos, dentro de su propio campo, y el consenso entre los que representan intereses de grupos o colectividades.

3. Una verdad olvidada, callada, inútil o perjudicial ya no es verdad.

4. Una mentira, si se repite el número suficiente de veces, se vuelve una verdad.

5. Prudencia es lo mismo que astucia; por lo mismo, la verdad es en general imprudente.

6. Felicidad significa triunfo, ganancia, poder, disfrute, o una combinación de ellas.

7. Cada persona sabe lo que es mejor para sí misma. Si no lo sabe, peor para ella.

8. No interesa a la sociedad lo que acontece en la vida privada de sus miembros. Aunque también se pueden abrir mercados vendiendo privacidad.

9. Interferir en la decisión que alguien toma sobre sí mismo es irrespetar su libertad. Así que no es necesario salvar a nadie de sí mismo.

10. Una vez que una persona es adulta, nadie debe impedir sus palabras o sus actos, a menos que sea en nombre de los derechos de otros interesados. Si es preciso frenar a alguien, hay que buscar una ley que venga al caso, o alguien de fiar que haga el trabajo sucio, en palabras o en obras.

11. Arrepentirse es volverse débil; lo que hay que hacer, en último y extremo caso, es “reinventarse”.

12. La fidelidad o la lealtad, cuando no coinciden con la propia conveniencia, son sencillamente esclavitud y estupidez.

B. El Estado, la Familia y la Justicia

13. El que no tiene poder básicamente no existe.

14. Conservar el poder es el arte de dar la palabra, con toda gracia, al que piensa como yo, y negarla, con adecuado disimulo, al que cuestiona mis premisas.

15. Sin embargo, ningún poder dura mucho si no obedece a la antigua fórmula: “Pan y Circo”.

16. Lo grave no es que haya injusticias, sino que a la gente le quede tiempo libre para descubrirlas o voces incómodas para hacerlas ver a menudo.

17. La justicia existe exclusivamente dentro del marco de leyes avaladas por el poder del Estado.

18. A veces es mejor entretener hoy a un cachorro que enfrentar mañana a un león. Domestica a las revolucionarios; tírales de cuando en cuando una presa de carne, y no tendrás que temer a las revoluciones.

19. Las leyes no brotan de la naturaleza de las cosas; nacen de los votos, y los votos vienen de los votantes.

20. La justicia del Estado deberá parecer imparcial. Sin embargo, no es necesario que sea igualmente ágil, exhaustiva o recursiva para con todos.

21. Con respecto a los niños: si las pretensiones de la familia y las del Estado entran en conflicto, hay que dar la razón al Estado. En cualquier caso, será siempre más fácil gobernar a gente sin raíces.

22. Hay que limitar el crecimiento de la población. Los demás son tu competencia; tratarán de quitarte lo que tienes o de acusarte por lo que no les das. Esto último vale sobre todo para los países y personas pobres.

23. La mujer es dueña de lo que suceda en su cuerpo, incluso cuando se trata de otro cuerpo ya vivo.

24. Los fetos no votan; los agonizantes tampoco; los que están incómodos con ellos, sí.

C. La Economía y el Mercado

25. La riqueza requiere esfuerzo y talento, pero estos dos son inútiles si uno no sabe vender las propias ideas.

26. La persona, familia o pueblo que es pobre de tiempo atrás, es culpable de algo. Pierdes tu tiempo tratando de absolverlos.

27. Ya sea en el mercado “visible” o en el mercado “negro”, puedo ofrecer prácticamente lo que yo quiera, porque no estoy obligando a nadie a que me compre.

28. Es preciso que todos entiendan, o por lo menos que asuman, que “nuevo” significa “mejor”.

29. Sólo cuando la gente piensa que lo mejor siempre se vende más, se despreocupa de su bajo nivel de éxito y deja de protestar por las injusticias.

30. Una empresa más grande es una empresa más fiable. Ayudar al pequeño es genialidad, en unos pocos casos, pero es estupidez en el resto.

31. Necesitamos de la moda; sin el recurso a la moda –en vestidos, ideas, tecnología, costumbres– perdemos una parte demasiado importante del impulso que mueve al mercado.

32. La moral se autorregula en el mercado, o por lo menos esa será nuestra defensa: “si algo fuera realmente dañino, la gente lo evitaría.”

33. Somos justos al abrir el mercado a todos los productores, aunque sean disímiles en sus recursos y capacidades de inversión previos, porque el consumidor es libre de elegir.

34. Lo que es tecnológicamente posible se hará realidad tarde o temprano, no importa cuáles sean las consideraciones éticas. Por eso, un estadista inteligente hablará en términos de leyes y principios, pero pensará en términos de beneficios y elecciones.

D. La Religión

35. La religión es un hecho privado; equivale en la práctica a las aficiones o hobbies que algunas personas tienen, y por tanto no puede concedérsele relevancia oficial alguna más allá del ámbito de las reuniones que los creyentes hagan entre sí.

36. Sólo el ejercicio de la razón puede discernir entre las pretensiones de las distintas religiones. No hay que convencerse de ello, pero sí hay que predicarlo.

37. Toda religión tiene cosas malas y cosas buenas. Si necesitas desacreditar a alguna, ventila a menudo sus males, y cuando te veas obligado a presentar algo bueno de ella, muéstralo en los términos de tu lenguaje y tus metas, y no en el lenguaje o los intereses de ella.

38. En particular: lo que había de bueno en la llamada “caridad cristiana” ha sido transferido a la filantropía. En consecuencia, a quien le haga falta hacer algo “por los demás”, remítelo a alguna organización no confesional, hasta que se le pase.

39. Hay que ser lo suficientemente “democrático” como para dejar que prediquen las religiones, y lo suficientemente astuto como para que sus predicaciones nada cambien en la agenda de gobierno ni en las decisiones de la economía.

40. El peligro de las religiones es que cada una tiene su propio diccionario. Ninguna religión es completamente “segura” para un Estado liberal democrático que quiera regirse por los principios expuestos en esta lista.