Iluminados por Cristo en su Pasion

Escuela de Vida Interior, Tema 17: Iluminados por la Pasión de Cristo.

Ante el amor aparece la verdad de lo que uno es, de lo que uno quiere, de lo que uno sabe y de lo que uno puede. Como no hay amor más grande que la Pasión del Señor, es de suponer que en la cruz de Cristo se concede el verdadero conocimiento.

Cuatro historias tomadas de los evangelios demuestran que esto no es necesariamente así. Herodes, superficial y curioso; Pilatos, arrogante y cínico; Judas Iscariote, ofuscado y desesperado, no lograron esa luz. El ruido de sus apegos a la codicia, el poder o la vanidad no les permitía oír la voz interior del Señor.

Pedro, en cambio, fue alcanzado por la mirada y la misericordia de Cristo, y por su humildad, humillación y apertura a la verdad recibió el don de arrepentirse de sus culpas. llego a conocerse ante Dios, y fue confirmado en su vocación de apóstol.

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Teorias y Modelos del Yo, 1 de 2

Escuela de Vida Interior, Tema 18: Teorías y modelos del YO.

Para distinguir entre el falso y el verdadero conocimiento de sí mismo conviene hacer un recorrido por la historia, la filosofía y la psicología, aunque sea brevemente.

En Egipto se da un modelo “panal.” Así como entre las abejas todo gira en torno a la abeja reina, y el sentido de la vida de las abejas obreras es sólo la reina, así también en Egipto sólo importa la vida y la muerte del faraón. Es tanta la distancia que le separa de los demás mortales que ni siquiera puede emparentar con los que no sean de su familia: el incesto es una obligación en el antiguo Egipto.

En Grecia y Roma el panorama es distinto, pero sólo parcialmente. No es un individuo sino una clase social la que tiene todos los derechos. Son los “ciudadanos.” El resto son esclavos y su vida sólo tiene significado al servicio y atención de los ciudadanos, que son una minoría. El trato a los esclavos cambia de lugar a lugar pero lo que no cambia es que el YO del libre no se puede comparar con el YO del esclavo.

En la India se da un sistema de castas. El Yo de los sacerdotes, casta de los brahamanes, es fundamental y central. De ahí se desciende según los oficios y los orígenes de las diversas personas en la sociedad, como por una escalera, hasta llegar a los parias, que no interesan ni existen. El YO paria es sólo un estorbo; una basura.

Siddhartha Gautama, educado en el hinduísmo, tiene en su juventud lo que considera una gran iluminación: el sufrimiento nace del deseo; el deseo brota de la ficción o mentira permanente de la permanencia del YO. El “buda,” el iluminado, viene entonces a declarar la guerra al YO, una guerra que se supone que se gana a través de una cierta disciplina, mucha meditación y momentos privilegiados de iluminación. Por supuesto, la muerte del YO es también la muerte del TÚ. Si el budista quiere ser consecuente, sabe que no puede asir nada ni querer ser asido por nada, y esto excluye una propia vida social y familiar.

En el mundo shinto, que ha tenido tan amplia influencia en la cultura japonesa, lo que interesan son aquellas experiencias inesperadas de armonía, revelación y trascendencia que pueden estar ligadas a lugares incluso muy sencillos. El YO tampoco interesa y más bien estorba;si acaso sirve a manera de ofrenda anónima que ayuda a construir una armonía superior. Esto pareciera estar a la base del potente sentido de pertenencia que muchos empleados tienen con respecto a sus empresas, así como su lealtad al gobierno o al emperador.

Uno que en cambio ve la afirmación del YO como paso necesario para llegar a ser plenamente humano es Friedrich Nietzsche. Es ridículo y vergonzoso constreñir al YO dentro de los moldes de un “deber ser.” Sólo la corriente vital que no reconoce superior; sólo aquellos que tienen moral de “señores” y no de “esclavos” son capaces de una vida dionisíaca, plena, feliz, que no pide permisos ni se excusa ante nadie. Este YO gigantesco no puede tener peor enemigo que Dios, porque según Nietzsche la idea misma de Dios implica la afirmación de un orden debido, y eso coarta la explosión y el fluir mismo de la vida.

Para Sigmund Freud el YO es una entidad compleja que va más allá de lo que uno cree que conoce y piensa que desea. Además del YO visible hay un YO subconsciente que contiene multitud de tensiones no resueltas y de represiones de impulsos profundos que uno ha tenido, sobre todo en razón de los conflictos a que lleva el impulso sexual (libido). Además, todos hemos introyectado voces de maestros, papás y autoridades que conforman un “super-yo” que sigue adoctrinándonos e imponiéndose sobre las decisiones del YO y los requerimientos del inconsciente y del subconsciente.

La postura de Freud ha sido criticada desde varios ángulos: su “pansexualismo” no llegó a convencer del todo ni siquiera a sus más cercanos discípulos. Además, sus métodos para acceder al inconsciente, por ejemplo a través de la interpretación de sueños, han sido duramente criticados como faltos de rigor científico.

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Teorias y Modelos del Yo, 2 de 2

Escuela de Vida Interior, Tema 19: Teorías del YO que han cimentado el relativismo.

Para distinguir entre el falso y el verdadero conocimiento de sí mismo conviene hacer un recorrido por la historia, la filosofía y la psicología, aunque sea brevemente. En esta ocasión nos referimos a tres personajes del siglo XX que ilustran las raíces del pensamiento subjetivista y relativista de nuestra época.

Carl Gustav Jung (1875-1961) fue por un tiempo discípulo de Sigmund Freud, con el cual tiene algunas coincidencias. Lo mismo que Freud, Jung considera que la luz de lo consciente es comparativamente muy pequeña, de manera que la mayor parte de lo que uno “es” pertenece al dominio de lo inconsciente.

Pero Jung se distancia de Freud en varias cosas. Para Jung lo inconsciente no necesariamente está determinado por contenidos de origen sexual o libidinoso. Freud cree haber encontrado algunas puertas hacia lo inconsciente, por ejemplo, la libre asociación (el hablar sin inhibiciones, tipo desván), la interpretación de los sueños, o el examen de los mecanismos de defensa. Para Jung, en cambio, el inconsciente es lo no-consciente y no-conscienciable: no existe un método real que lleve a lo no conocido y cognoscible.

Otra diferencia entre estos dos pensadores es que para Jung lo inconsciente no es individual en su origen. Todo lo contrario. De hecho, el proceso más importante del crecimiento personal es la “individuación,” es decir, el proceso que lleva desde el “inconsciente colectivo,” que es como un depósito profundo e indiferenciado de arquetipos, hacia las opciones y decisiones de la persona como individuo. El proceso de “negociación” entre el subsuelo de imágenes y referencias comunes, por un lado, y las opciones que el individuo va tomando, es exactamente lo que constituye el “crecimiento personal.”

Debe destacarse que, por su misma naturaleza de “inconsciencia,” los arquetipos no son ni buenos ni malos, ni verdaderos ni falsos. Desde una perspectiva Jungiana no tiene sentido preguntarse si Dios existe o si el demonio realmente tienta a las personas. Lo único que importa es que hay seres humanos para los cuales hay colosales arquetipos como “la divinidad” o “la maldad en persona.” Por eso la religión no pertenece, según Jung, al terreno de lo verdadero.

La lógica consecuencia es que el proceso que él llama de “individuación” no está ligado a parámetro alguno de tipo objetivo. Simplemente, cada uno ha de aprender a reconciliarse con sus zonas oscuras y aprender a convivir con sus demonios (algo muy semejante predicó Anselm Grün en Colombia, 2012).

Jean Paul Sartre (1905-1980), filósofo francés, icono del existencialismo de la postguerra, llegó a convertirse en una especie de profeta para un mundo profundamente desencantado, incapaz de fiarse de los grandes relatos de la razón o de la fe.

En continuidad temática con el existencialismo de Kierkegaard, pero en profunda discontinuidad con la atmósfera cristiana de este último, Sartre percibe la contingencia infinita de la vida misma. Declara entonces que la vida es “una pasión inútil;” no se puede extraer sentido o significado de la vida: hay que dárselo. Según él, la existencia precede a la esencia, es decir: cada quien, en las opciones que toma por el camino del existir, va configurando su esencia, lo que es.

Si es un hecho firme que la vida carece de significado más allá de las decisiones del individuo, predicar un sentido para la existencia es engañar, y si de tal engaño se vale uno para crear una institución robusta y poderosa, como puede ser un gran partido político o una gran comunidad de creyentes, hay que hablar de “mala fe.” La mala fe, según Sartre, es el modo de obrar de aquel que sabe, porque no puede ignorar, la contingencia de la vida, pero pretende actuar como si las cosas no fueran así.

La única manera de librarse de la mala fe, es instalarse en la desprotección honesta de la autenticidad, esto es, asumir la existencia sin lo que él considera “máscaras” o mentiras. Por supuesto, esto implica “liberarse” de la idea de Dios y avanzar sin esperar nada de las cosas (ni de las personas).

John Lennon (1940-1980) puede bien considerarse como el profeta de otro modo de individualismo. Su muy famosa canción Imagine describe un mundo en el que hay paz porque ha desaparecido toda autoridad y toda referencia sobrenatural. Para Lennon lo único realmente importante es que cada quien encuentre algo que realmente lo apasione y luego se deje guiar por esa inspiración o llamado. desde esa perspectiva, las instituciones que pretenden señalar caminos y comportamientos a las personas, por ejemplo, las iglesias, los partidos políticos, o los patriotismos, son prisiones para la verdadera libertad y para el verdadero yo.

Una idea semejante encontramos en el escritor popular Paulo Coelho. Según éste, cada persona tiene que seguir el llamado del propio corazón, porque cada uno va escribiendo en cada día de su vida una página más de un relato irrepetible. Tales pensamientos son de muy buen recibo en una cultura que quiere centrarlo todo en las decisiones de un yo desconectado de cualquier referencia exterior, bajo la premisa de que toda influencia es negación, opresión o supresión.

El mundo postmoderno, el mundo que vive bajo el doble eclipse de la razón y de la fe, ha sido denunciado por el Papa Benedicto XVI, quien ha mostrado con agudeza que no es verdad que el declinar de la fe sea victoria de la razón, ni mucho menos que el oscurecimiento de la razón sea un amanecer para la fe. Muy al contrario, nuestros contemporáneos, especialmente nuestros jóvenes, sufren la fragmentación, incluso la pulverización, de su yo bajo la tiranía del dogma que prohíbe al corazón alcanzar la Verdad con mayúscula.

Otro será el lenguaje si entra Cristo en la escena.

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Yo en la Biblia

Escuela de Vida Interior, Tema 20: ¿Qué enseña la Biblia sobre el YO?

De la Sagrada Escritura aprendemos, ante todo, que el ser humano se descubre y se construye en diálogo con Dios. Así como el bebé requiere que se le hable para alcanzar su estatura racional y emocional, así el hombre crece a medida que la Palabra hace su casa en él.

Y en ese diálogo el hombre descubre a Dios como su CREADOR. Ser creatura implica saberse sostenido por Dios, pues ha sido ante todo su designio quien no ha dado el ser. Quien esto descubre ya no tiene que justificar su existencia: no vive para demostrarle nada a nadie. Es libre. Pero no es caprichoso ni su vocación puede ser el egoísmo: ser creado es descubrirse hermano de las demás creaturas.

En el diálogo entre Dios y el hombre se descubre la realidad protuberante del pecado, única verdadera amenaza a la nobleza y hermosura de nuestro origen. Pero el pecado está vencido en Jesucristo, de modo que una sana antropología bíblica siempre llamará “perdonado” y amado al hombre.

Además, el don del Espíritu nos conduce a la plenitud en la vía de la restauración del daño causado por el pecado, ajeno o propio, hasta el punto de saber que somos coherederos con Cristo: es indistinguible el amor que él tiene del que nos Padre nos prodiga con ternura. El Espíritu no viene a nosotros como extraño, que invade u oprime, sino como dueño a su propia casa. Nunca soy tanto yo mismo como cuando Él está.

Otros dos elementos bíblicos fundamentales son la VOCACIÓN, que responde a la pregunta “¿Para qué he vivido lo que he vivido?” y la MISIÓN, que apunta a la pregunta: “¿Para quiénes he recibido lo que he recibido?”

La antropología bíblica es rica, de tono positivo y realista a la vez; anclada en la realidad de lo concreto pero abierta a la trascendencia hermosa e infinita de los cielos.

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El lenguaje de la fe

Escuela de Vida Interior, Tema 21: El lenguaje de la fe

* Deseamos ahondar en nuestra fe siguiendo el credo. No es una exposición completa sobre el credo sino más bien un modo de descubrir el acontecer de la fe en el creyente.

* Partimos de esta base: No conocemos la fe como se conoce un microbio. La fe la descubrimos aconteciendo adentro de nosotros pero no como pura subjetividad o fantasía. ¿Cómo sucede esto?

* La clave está en descubrir la diferencia entre el preguntar de la ciencia y otras formas de preguntar. El científico controla circunstancias que hagan su observación independiente de sí mismo. Pero la vida trae sorpresas, positivas o negativas. El inesperado apoyo de un amigo, que llega justo a tiempo, o la decepción por la distancia egoísta que una hija ha creado, son dos ejemplos de esa clase de sorpresas.

* Las “sopresas” son, en el lenguaje de Edward Schillebeeckx, experiencias que nos llevan al límite de lo que comprendemos sobre nosotros mismos y sobre el sentido de nuestros esfuerzos. Una experiencia límite me dice algo no sólo sobre lo que está “afuera” sino también sobre mí mismo. Tal es el tipo de conocimiento y de lenguaje de la fe.

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ESCUCHA, Dios Creador

Escuela de Vida Interior, Tema 22: Dios Creador

* Muchos asocian la enseñanza sobre la creación con el dato científico del “Big Bang,” que establece que el universo visible, tal como lo conocemos, proviene de una colosal explosión sucedida algo más de 13.500 millones de años. Pero, ¿es eso lo que enseña la Biblia? ¿Es la enseñanza sobre la creación un simple dato cosmológico que pueda demostrarse o negarse sobre la base objetiva del conocimiento que da la ciencia?

* La verdad es que el pueblo de Dios llegó a la fe en el Dios Creador por un camino muy distinto. Se puede decir que fue un camino “experiencial,” en el sentido de que ellos experimentaron su “nada” y en ella descubrieron que Dios está más allá de todo lo que existe y a la vez es sustento de todo lo que existe. El contexto para este descubrimiento fue, con gran probabilidad, el tiempo del destierro a Babilonia.

* Y para entender qué significó para los hebreos el destierro conviene hacer la comparación con el tiempo en que fueron liberados de la esclavitud en Egipto. En el libro del Éxodo se explica bien cómo el faraón egipcio pretendía actuar como dueño de vidas humanas, es decir, pretendía asumir el lugar de un “dios” que dispone quién tiene derecho a crecer, y quién puede multiplicarse. La victoria de YHWH sobre faraón no es sólo una prueba de fuerza sino sobre todo una demostración de quién es el verdadero Dios. Esto sucedió en el siglo XIII antes de Cristo.

* Unos siete siglos después, un general caldeo, Nabucodonosor, se burla con arrogancia de todo lo que es sagrado para los hebreos: profana, saquea y destruye el templo; asesina a los hijos del rey judío, Sedecías, y luego lo deja ciego y lo lleva como esclavo a Babilonia. La multitud de exiliados experimenta de modo espantoso la humillación, o podemos decir: el sabor de la muerte y la aniquilación. En contraste con lo que se narra en el Éxodo, esta vez parece que los dioses caldeos han sido más poderosos. Parece que YHWH es falso o no existe. Las contradicciones y preguntas quemantes se amontonan en la mente atribulada de ese grupo de desterrados.

* Para que sea mayor su dolor, los judíos saben para qué los han llevado a Babilonia: ellos son un pueblo, entre muchos otros, y su tarea es trabajar como esclavos en la edificación y embellecimiento de Babilonia. La confusión de lenguas no oculta el hecho de que los caldeos quieren levantar su ciudad hasta los cielos. Se supone que todos, incluidos aquellos judíos, deben servir a esa meta que parece la expresión más pura del orgullo y la idolatría. En el colmo de la humillación, los caldeos tratan las oraciones y cánticos de los judíos como si fueran materia de entretenimiento: “¡Cantadnos un cantar de Sión!”

* Desde su nada, los judíos se atreven a preguntarse qué ha sucedido para que lleguen a tal calamidad. Y dan varios pasos:

(1) Se dan cuenta que son pecadores. No se puede echar la culpa a nadie de fuera: el pueblo mismo debe reconocer que ha sido infiel, y que pecar tiene consecuencias. ya lo advirtieron los profetas, desde Amós, especialmente.

(2) Pero Dios no los ha extinguido. ¿Por qué? Si es verdad que nada merecen, sino muerte, cual ha sucedido a otros pueblos, y también a las Diez Tribus del Norte, que se llamaron “Israel,” ¿por qué ha sobrevivido el Reino del Sur, que se llamó “Judá”? La única explicación es el amor: ni siquiera la violencia y la arrogancia de los caldeos ha podido destruir el amor de Dios. Después de todo, parece que hay algo que es mayor y más fuerte que los horrendos dioses caldeos.

(3) Además, el odio y la violencia no son verdadera victoria. El pueblo que hoy oprime mañana será oprimido. A todo astuto le sale otro astuto peor, y cada violento debe esperar la hora de caer a manos de otro violento. El único triunfo es el del amor que permanece, es decir, el triunfo de la misericordia y la fidelidad, y ese es el triunfo del Dios verdadero. Lo demás es vanidad; es confusión, y se disuelve en el caos y en la nada.

* Dios aparece así como “el Dios de los comienzos,” el Dios que abre caminos insospechados; el Dios que, a partir de la nada, y sin pedir consejo ni ayuda a ningún otro, realiza su voluntad con poder, bondad y sabiduría. Sólo es Señor de todos, y su señorío es real y verdadero, en contraste con las vanas seguridades de los ídolos. Dios es Creador, y su actuar no se puede comparar con la de nadie porque a todos supera, y todos le son deudores.

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ESCUCHA y descubre a Dios como Padre

Escuela de Vida Interior, Tema 23: Dios Padre

* El centro de nuestra vida cristiana radica en estas dos revelaciones: (1) La revelación de Dios como Padre de Nuestro Señor Jesucristo; y (2) La revelación de Dios como Padre de cada uno de quienes en Cristo acogen el don del Espíritu Santo. Hay santos, como Teresa del Niño de Jesús y Francisco de Asís que han vivido con particular intensidad ese sentido de filiación. Otros, como San Agustín o San Cipriano, son reconocidos por sus comentarios a la oración cristiana por excelencia, el Padrenuestro. Finalmente, hemos de considerar como normativo y especialmente rico lo que nos enseña el catecismo sobre Dios como Padre, y lo que nos enseña sobre la oración de Jesús.

* Es rasgo común a muchas culturas el hablar de una mezcla o fusión de lo humano y lo divino pero a excepción del cristianismo, esta combinación o mezcla es privilegio de unos pocos. Son los “héroes” de la mitología griega o la casta real de los egipcios o los incas. La audacia de la fe cristiana hunde su raíz en la audacia del dato biblico fundamental del génesis: el hombre, todo hombre, es imagen y semejanza de Dios. Por ello mismo, todo ser humano es, cuando menos en potencia, hijo de Dios, y ello le da una dignidad inmensa que es anterior a toda institución humana y que por consiguiente nadie le puede arrebatar. Históricamente, este ha sido el origen de la enseñanza, tan apreciada en Occidente, sobre los Derechos Humanos. Allí donde se ha proclamado a Dios como Padre, y allí donde se ha reconocido a todo ser humano como potencial hijo de Dios, avanzan los Derechos Humanos.

* En cambio, cuando se oscurece la idea de Dios, a lo sumo queda un respeto por la capacidad pensante del hombre. Pero esta capacidad no se puede detectar en todos. Sucede en nuestra sociedad, que adora la racionalidad, que los embriones y fetos humanos, los enfermos terminales, los intelectualmente deficientes, los que padecen Alzheimer u otra enfermedad degenerativa ya no son tan “humanos” como los demás, y por eso se impone la idea funesta de que puede disponerse de ellos.

* La fuente de la novedad cristiana está en la novedad que es Cristo mismo. Sus contemporáneos se maravillan de que habla con autoridad (Marcos 1,27). Sus adversarios quedan avergonzados y confundidos frente a la luminosa sencillez de su lenguaje (véase por ejemplo la controversia con los saduceos en Lucas 20,27-38) y la perfecta coherencia de su vida (véase Juan 8,46). No acepta elogios ni grandezas mundanas sino que cuando todos los aclaman, él prefiere retirarse a la soledad y a la oración (Juan 6,15). Todo su secreto está en esa oración.

* De esa misma oración nos habló el Señor en el Sermón de la montaña cuando dijo: “tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6,6). En aquel espacio y aquel tiempo en el que tú no tienes que ser nada para nadie, allí es donde está tu secreto; allí es donde sencillamente “eres,” y allí es donde la oración y la unión con Dios Padre acontecen. El Papa Juan Pablo II identifica ese lugar espiritual con el santuario de la conciencia, y afirma: “todos los condicionamientos y esfuerzos por imponer el silencio no logran sofocar la voz del Señor que resuena en la conciencia de cada hombre. De este íntimo santuario de la conciencia puede empezar un nuevo camino de amor, de acogida y de servicio a la vida humana” (Evangelium Vitae, 24).

* En la experiencia de simplemente “ser,” que no es otra cosa que experiencia de recibir el ser, el orante se descubre hijo amadísimo. Tal amor lo hace libre porque le quita la durísima tarea de estar mendigando amor de las creaturas. Amado sin condiciones, y transparente a un amor que le sobrepasa, se hace capaz de amar sin negociar.

* Son así tres los principales frutos de la experiencia de ser hijo: (1) la paz, más allá de la tranquilidad frágil que promete el mundo; (2) la libertad, que no degenera en egoísmo ni en indiferencia; (3) el amor, que no depende de la retribución y que verdaderamente refleja de quién somos y qué naturaleza hemos recibido.

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ESCUCHA la flor de la libertad solo brota en el jardín de la verdad

Escuela de Vida Interior, Tema 24: La verdad y la libertad

* La proclamación de Jesús como Señor encuentra dos graves dificultades en nuestro tiempo, como dos lentes oscuros que dificultan percibir la fuerza y la belleza de esa proclamación de fe.

(1) La idea de que el ser humano individual está llamado a la autonomía, y por consiguiente sólo es libre aquel que no reconoce ningún Señor.

(2) La idea de que la única manera de hacer posible la vida en sociedad, tratándose de individuos autónomos, es lograr acuerdos convencionales, de modo que la discusión sobre lo bueno y lo malo se confunde y reduce a la constatación de qué es lo legalmente aprobado. Por supuesto, si no hay un orden moral propiamente dicho, sino que todo se reduce a lo legal, entonces no hay espacio para ninguna instancia y ningún Señor aparte de lo puramente simbólico. El señorío de Cristo queda así reducido a un recuerdo cultural, neutro e inocuo.

* Esa idea de autonomía se apoya en un concepto de libertad que circula como moneda corriente, a saber, que la libertad consiste en hacer lo que a uno le parece o “le da la gana.” Tal definición tiene que ser superada y para ello en realidad basta la pregunta: ¿Es que en realidad la voluntad humana opera en el vacío? Ello equivale a preguntar: ¿Y de dónde sale lo que a ti se te da la gana? ¿No hay acaso influencias reales, guiadas por intenciones buenas o perversas, que son capaces de inducir lo que luego la persona experimenta como su “gana”? ¿No demuestra la experiencia que la seducción y la manipulación existen, y que la retórica y la moda, entre otras muchas realidades, son capaces de generar el deseo que luego la persona hace suyo y convierte en su prioridad?

* La única consecuencia válida es que la libertad sólo existe realmente cuando se sitúa en el ámbito de la verdad. Es lo mismo que sucede en toda elección, incluyendo las elecciones llamadas “democráticas”: sólo se elige con libertad cuando se elige con una amplia base de información de parte del votante, y de transparencia de parte del candidato. Ese principio, enunciado ya por Thomas Jefferson, ¿qupe está diciendo? Solamente que para ser libre hay que declararse esclavo irrestricto de la verdad, a la que hay que buscar con integridad, constancia y generosidad interior.

* Por este camino se descubre también el engaño que implica la falsa oposición entre la razón y la fe. Tal oposición fue completamente extraña a los sabios y científicos hasta el siglo XVII. Fue el siglo siguiente, de la llamada “Ilustración” el que extendió la idea de que para pensar hay que dejar de creer y para creer hay que dejar de pensar. Los emergentes burgueses y los llamados “intelectuales” del XVIII necesitaban desacreditar a la Iglesia para abrirse un espacio en su deseo de poder, y por ello plantearon ese falso dilema, que pareciera declarar incompatibles la verdad racional y la verdad de fe. Superado ese engaño uno se da cuenta que el poder pensar y el poder creer son en realidad dones del único Dios.

* Sobre la base de la convicción de que la libertad existe sólo en dependencia a la verdad, y que esta verdad no está fracturada sino que goza de unidad en su fuente y término, que es Dios mismo, quedamos preparados para reconocer la verdad que Cristo trae a nuestra vida, y admitir así su reinado que nos hace más libres cuanto más nos une a su luz admirable.

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ESCUCHA, Todo fue por nosotros y por nuestra salvación

Escuela de Vida Interior, Tema 25: Todo fue por nosotros y por nuestra salvación

* En la versión larga del Credo afirmamos que Cristo “por nosotros y por nuestra salvación” bajó del Cielo, y se hizo hombre, y padeció… Todo ha sucedido por nosotros y por nuestra salvación. Es el mismo lenguaje que usa san Pablo, al decir resueltamente: Cristo “me amó, y se entregó por mí” (Gálatas 2,20).

* Sin la conciencia clara de una experiencia real de salvación, el creyente está en riesgo de reducir la fe a un código de conducta, un conjunto de normas que en ciertos momentos pueden ser útiles pero que tarde o temprano se estrellarán contra los caprichos y seducciones de la voluntad. Y cuando ese conflicto sucede, el cristiano que sólo conoce normas se siente constreñido y asfixiado. Su reacción usual es desechar la norma o interpretarla a su acomodo.

* Pero, ¿qué es saberse y sentirse salvado? Un examen a siete experiencias distintas puede ayudarnos a conectar con lo que seguramente ya Dios ha venido haciendo en nuestras vidas:

(1) Ser sanado. El triunfo sobre la enfermedad física o emocional tiene un valor único para hacernos sentir tocados por el amor de Dios.

(2) Ser perdonado. El pecado no es un simple inconveniente o un error del cual uno pudiera librarse simplemente no prestando atención. Cometer pecado es meterse en un callejón del que uno mismo no puede salir porque no puede detener las consecuencias permanentes del mal causado. Ser perdonado es recibir la posibilidad de un nuevo comienzo. A menudo, los perdonados encuentran de hecho un orientación radicalmente nueva para su vida.

(3) Ser liberado de la ley, es decir, no actuar por una costumbre, normativa, conveniencia social, sino desde la alegría de saberse amado y de encontrar en lo que Dios propone el mayor bien para uno.

(4) Encontrar sentido en la vida, que no es otra cosa sino abrirse a la vocación primera del ser humano, esa que Dios puso en nosotros y que sólo se alcanza amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.

(5) Salir de la soledad que causa estrago hoy, porque hace de cada quien un náufrago listo para agarrarse a cualquier tabla, y eso significa, a menudo, a cualquier vicio o relación dañina.

(6) Abrir paso a la verdadera justicia social, no como fruto del odio entre clases sino de una conciencia cada vez mayor de la dignidad de cada persona humana, amada primero por Dios.

(7) Victoria sobre la muerte, con lo cual hallan su valor y significado hasta los elementos más pequeños y los sacrificios más ocultos de cada historia.

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ESCUCHA, El Espíritu y la Unción

Escuela de Vida Interior, Tema 26: El Espíritu y la Unción

* El Credo afirma que Cristo fue concebido “por obra y gracia del Espíritu Santo.” ¿Qué relación tiene Cristo con el Espíritu? ¿Y por qué necesitamos ese Espíritu los cristianos?

* Un buen punto de partida es el Evangelio de Lucas, que destaca a lo largo de toda su obra el papel irreemplazable del Espíritu Santo, sobre todo en el capítulo 4 de su Evangelio, cuando describe la misión entera de Jesús con las palabras del profeta Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí…”

* Otro punto de partida es ver la práctica que siguieron los profetas con los reyes, ya desde la época en que Samuel señaló a Saúl como primero de aquella serie. El signo de la elección y de la presencia permanente de Dios es la unción. Mesías quiere decir “ungido;” es la misma palabra que en la lengua griega se dice “christós.”

* Mientras que el agua corre sobre la piel, el aceite de la unción penetra. Con la unción se quiere hablar de la presencia penetrante y transformante de Dios. En efecto, el solo precepto exterior, por sabio y justo que sea a ojos de nuestra mente, no quita el atractivo del mal; esa especie de “encanto” que causa división interior.

* El Espíritu, llegando a nuestro corazón, pacifica esos cuatro “perros bravos” que a menudo contienden entre sí: lo que yo entiendo, lo que quiero, lo que puedo y lo que debo. La unidad interior que trae el Espíritu, al obrar sobre nuestro deseo, genera paz duradera y libertad interior.

* Por otra parte, la unción que recibían los reyes era ungüento aromatizado, de fragancia intensa y penetrante para los de su entorno. Recibir unción es ser capaz de transformar un ambiente.

* Sucede, en efecto, que los mejores talentos se desperdician por tensiones ridículas; o que muchas parejas que hubieran podido ser muy felices se desgastan en interminables conflictos de poder. La acción del Espíritu, al revelar a cada uno su verdad, y al orientarlo hacia la unidad en Cristo, hace posible no sólo cambios interiores sino la renovación misma del tejido social.

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ESCUCHA, ABC del Misterio de la Cruz

Escuela de Vida Interior, Tema 27: ABC del Misterio de la Cruz

* En el Credo proclamamos la verdad de la muerte de Cristo como elemento integral de nuestra fe. ¿Por qué es así? ¿Por qué en el caso de tantos otros líderes religiosos, como Mahoma o Confucio, el tipo de muerte y el hecho mismo de morir no tienen más trascendencia que la que tienen en cualquier otra persona, mientras que para los cristianos es evidente que la muerte en Cruz significa algo fundamental?

* Para responder, cabe destacar en primer lugar que la Cruz, ante todo, avanza en perfecta continuidad con la enseñanza de Cristo. El que tantas veces habló de amar a los enemigos hizo lo que había predicado pues manifestó un amor de inmensa generosidad hacia los mismos que le causaban tan terrible daño. podemos decir que la Cruz es MENSAJE. Su carácter ejemplar es profunda inspiración para todo el que quiera llevar una vida humana a su más sublime altura.

* Pero si uno se pregunta de dónde viene la fuerza para esa coherencia encontramos algo más que un esfuerzo de la voluntad. Jesucristo puede permanecer en su tarea y misión gracias a la unión con Dios Padre. La Cruz es REVELACIÓN de lo que significa ser hijo de Dios; es incluso revelación de Dios mismo. La hora “de las tinieblas” como la llamó Cristo al padecer se convierte en hora “de luz” que muestra la verdad del hombre y de Dios.

* Frente a la Cruz uno se descubre entonces deficiente, incompleto, incoherente. La Cruz es DENUNCIA. No solamente pecador por cuenta de los pecados más grandes y visibles sino sobre todo pecador por la multitud de omisiones, complicidades, egoísmos infantiles, mentiras cobardes e ignorancias preferidas.

* Mas el tamaño de nuestros pecados no opaca sino que agranda la revelación de la piedad infinita de Dios manifiesta en el sacrificio mismo de su Hijo que quiso entregarse por nosotros y por todos. La Cruz es así la FUENTE DE GRACIA y de esperanza porque es fuente de misericordia. Es el lugar donde son acogidos los no-compadecidos.

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Este tema pertenece al Capítulo 03 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 03 está aquí:

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ESCUCHA, Por qué la resurrección es esencial a la fe cristiana

Escuela de Vida Interior, Tema 28: Por qué la resurrección es esencial a la fe cristiana

* En el Credo afirmamos la resurrección de Cristo, y también nuestra propia resurrección corporal. ¿Por qué es tan importante esa proclamación, hasta el punto de que Pablo dice que sin ella nuestra fe sería “vana” (1 Corintios 15,4)?

* Ante todo, observemos que una visión del cristianismo como un simple conjunto de normas, para guiar la vida personal o para mantener la cohesión del tejido social, no necesita en realidad de ninguna noticia más allá de la muerte. La resurrección, desde este ángulo, es un dato agregado, de difícil comprensión y mal ajuste con el propósito que supuestamente debería cumplir la religión.

* Debe notarse también que una preceptiva es un modo auto-destructivo de presentarse la religión en la esfera pública. Los no creyentes dirán siempre que una propuesta simplemente racional es suficiente, y que por tanto todo lo sobrenatural, litúrgico y canónico estorba. Al presentar su discurso de normas mutiladas para consumo de los no creyentes, lo que logra la religión es hacerse despreciable e inútil en sí misma.

* Si nuestra religión es MÁS que un grupo de normas, ¿qué es? Es RELACIÓN: es la relación que nace del encuentro creyente con un Dios que por amor se ha dejado conocer de nosotros. En segundo, lugar, es relación entre aquellos que, escuchando una misma palabra de salvación, han acogido una misma gracia, y por eso se saben nacidos de un mismo Padre, y de ese modo, hermanos en Cristo y su Iglesia.

* Para quienes entienden así la religión cristiana, es claro el mensaje esencial que aporta la noticia de la resurrección. Se puede recordar con la palabra nemotécnica MEJOR:

(1) MIEDO.- Es el instrumento favorito de dominación de los tiranos; pero pierde poder cuando se sabe que ni siquiera la muerte física tiene la última palabra en la historia definitiva de un creyente.

(2) ESFUERZO.- El camino hacia el bien es empinado y estrecho. El mundo hace todo lo que está en su poder para desalentar nuestro empeño, cuando presenta de manera apabullante el poder y la presencia del mal. ¿Quién podrá sembrar sin descanso, sino el que cree que su esfuerzo tendrá sentido aunque no se le vea ahora?

(3) JUSTICIA.- Numerosas son las desigualdades, y no menos numerosos los abusos de lenguaje que se cometen a nombre de una supuesta justicia (el caso más prominente es el del igualitarismo, en sus diversas expresiones). ¿Cómo trabajar por un mundo más justo, si no hay retribución posible a la vista? Los que creen en la resurrección tienen una respuesta.

(4) OBEDIENCIA.- La vida cristiana es seguimiento de Cristo. Si él no hubiera resucitado, estaríamos siguiendo a mayor de los fracasados de la historia.

(5) REGALO.- Nuestra capacidad racional no es la medida última de nuestros deseos. La resurrección anuncia un bien que sobrepasa “lo que el ojo vio y lo que el oído oyó…”

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ESCUCHA, ¿Es indispensable creer en la Iglesia?

Escuela de Vida Interior, Tema 29: Creer en la Iglesia

* En el Credo hay una afirmación que resulta particularmente difícil de aceptar hoy: “Creo en la Iglesia…” Por supuesto, los ateos no dirán que creen en la Iglesia, y eso no nos extraña. El fenómeno que, en cambio, se da hoy es que un número no pequeño de católicos de origen y de formación han pasado a declararse “espirituales pero no religiosos.” Consideran que hay en ellos una dimensión trascendente y espiritual pero no se declaran parte de ningún culto organizado ni de ninguna religión.

* ¿Por qué la gente gusta hoy de declararse espiritual mientras se distancia de la religión como institución? Hay tres razones principales:

1. Al distanciarse de las religiones tradicionales se sienten y quieren ser vistos como personas “sin pasado.” Los desmanes y errores vergonzosos de los creyentes de otras épocas no les rozan, y eso da una sensación y un halo de pureza original: una sensación cómoda hacia adentro, consigo mismos, y hacia afuera, ante los demás.

2. En nuestra época, tiene un aire de “mente abierta” eso de no quedarse con ningún credo en particular. Parece elegante la imagen conocida de la montaña: a la sabiduría se puede ascender por muchos caminos (por ejemplo, las distintas religiones), y esos caminos no importan: lo que importa es la cima, que está más allá de las religiones o filosofías particulares. Ser así “espiritual” sin religión concreta alguna es un modo de considerarse “avanzado” y en un nivel superior a los pobres que se debaten en el fanatismo y en lo particular de sus cultos y ritos.

3. Es muy cómodo eso de no tener arriba de uno ninguna autoridad. El que no tiene dogmas qué suscribir tampoco tiene normas por las cuales guiarse. Su moral será seguir lo que le parezca: el subjetivismo degenera pronto en relativismo, y el relativismo degenera aún más pronto en capricho, anarquía y ley de la jungla. Ello es un desastre pero, para quien disfruta de no tener ley, es una herramienta mental y social útil.

* Obsérvese que hay algo de diabólico en eso de igualar las religiones. En la confusión de tantas propuestas, todas equivalentes, el mensaje es ahogado por el ruido. Donde todo puede ser verdadero nada debe ser verdadero.

* ¿Y la Escritura apoya que uno pretenda encontrarse con Dios, o con Cristo, al margen de la Iglesia? De ninguna forma. Dijo el Señor: “El que a vosotros escucha, a mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.” (Lucas 10,16). Y téngase en cuenta: ciertamente Cristo sabía bien qué clase de persona eran ellos. Y sabiendo quiénes eran les dio autoridad y declaró que no se puede rechazarlos sin rechazarlo a Él y a su Padre del Cielo.

* ¿Por qué Cristo quiso darnos como apóstoles a hombres tan imperfectos y a menudo faltos de luces? Esa pregunta nos ayuda a descubrir el lugar de la Iglesia, también imperfecta, en el plan de Dios. Hay tres razones por lo menos, si nos basamos en santo Tomás de Aquino:

1. El llamado y el camino de conversión de hombres como los apóstoles da esperanza a los pecadores de todos los tiempos.

2. Una Iglesia imperfecta muestra claramente que es Dios quien la sostiene y renueva, una y otra vez.

3. Saber que somos parte de una Iglesia peregrina, que a menudo avanza arrastrando sus propias limitaciones, es un llamado muy fuerte para que todos pongamos de nuestra parte en ese avance con la oración y la virtud, y para que no nos desgastemos hablando mal unos de otros.

* Con respecto a la Iglesia sólo se puede colaborar en su construcción o colaborar en su destrucción. Escoge. Y al escoger elige tu eternidad. La división y el odio mutuo son la fiesta del demonio. es preciso trabajar con todas nuestras fuerzas por la unidad. pero no al precio de sacrificar la verdad que, para ser revelada, requirió que Cristo vertiera su Sangre.

* Hay que buscar, a la vez, la verdad y la paz. El que busca la verdad sin la paz en realidad sólo quiere ganar discusiones. El que busca la paz sin la verdad sólo quiere que lo dejen tranquilo con sus intereses. Lo difícil, pero también: lo grandioso y lo indispensable, es buscar a la vez la verdad y la paz.

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ESCUCHA, La Comunión de los Santos, remedio a un gran mal de nuestro tiempo

Escuela de Vida Interior, Tema 30: Creo en la Comunión de los Santos

* La fe es casa que acoge a los que han acogido a Cristo; perderla es someterse a durísima orfandad.

* Y es un hecho que en nuestro mundo hay millones que viven emocional y afectivamente sin hogar. De hecho, la soledad es uno de los dramas más serios de nuestro tiempo. Si no es causa inmediata, sin duda es concomitante a muchos de los daños que de padecen muchos hombres y mujeres hoy.

* Niños educados por pantallas electrónicas, adultos mayores abandonados de sus familias, jóvenes desorientados y criándose a sí mismos en el dudoso ambiente de pandillas, son algunas de las manifestaciones de esta soledad y aislamiento generalizado.

* ¿Qué ha causado este estado de cosas? Cuatro fuentes hay que señalar:

1. Autonomía racionalista (Kant) que ha hecho creer que porque todos piensan, sus pensamientos les llevarán a obrar de manera razonable. Al final, el subjetivismo se impone, y con él, el relativismo.

2. Positivismo legal, que considera que la única norma vinculante es la ley escrita y promulgada por los parlamentos de los distintos países. De ese modo, queda señalado un ámbito, el de la “privacidad,” en que el individuo queda supuestamente “libre” pero radicalmente solo.

3. Principio de anti-solidaridad: si cada persona obra como emperador de su pequeño imperio, nadie puede ni debe entrar en el terreno del otro. El respeto se convierte en cómodo desentenderse del prójimo.

4. Capitalismo salvaje: el dios “Mercado” necesita más clientes, y para tal fin son verbos incómodos: prestar, apoyar, ayudar. Interesa que el individuo quede acompañado sólo de sus codicias, complejos y carencias.

* Jesucristo es el “Dios-con-nosotros.” Su ser mismo es PUENTE. Su obrar es un misil de amor que rompe las barreras de egoísmo, miedo y culpa. La potencia de su gracia abre los cadalsos y exorciza el demonio de esa soledad que reseca y destruye.

* El que así se siente alcanzado por Cristo, se sabe también partícipe de una realidad nueva que crece a partir de su misericordia. Jesús instaura un lenguaje nuevo, que va más allá de la coincidencia de intereses, y trae una capacidad de bondad que va más allá de la simple solidaridad, o de la filantropía: es caridad, que rebasa los diques de la indiferencia y de la ingratitud.

* Ese amor, el propio de Cristo, ha superado incluso a la muerte, y por eso la comunión, el tejido de los lazos del amor divino que él ha puesto en nosotros, no descuida a los difuntos, y se goza con la santidad de los bienaventurados en el cielo.

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ESCUCHA, Orar con los salmos

Escuela de Vida Interior, Tema 31: Orar con los salmos

* Sin oración no hay vida interior sino sólo repetición externa, y finalmente fatigosa, de esfuerzos por ser o parecer bueno. ¿Cómo aprender a orar, no sólo con la liturgia de la Iglesia, sino como parte de un modo de vida, algo que sea parte de nuestro ritmo cotidiano?

* La respuesta de la Iglesia ha apuntado con muchísima frecuencia hacia el Padrenuestro y hacia los salmos. En esta cuarta serie o cuarto capítulo de nuestra Escuela de Vida Interior queremos acudir a la enseñanza y la práctica de los salmos como un camino real de interioridad y de vida.

* Los salmos como escuela de oración tienen las más altas credenciales: tienen a su favor el hecho de ser palabras inspiradas por Dios mismo; textos que han guiado a los santos; expresiones variadas de prácticamente todos los estados de ánimo y situaciones en que el creyente pueda encontrarse; balance perfectísimo entre la expresión de la fe comunitaria y la fe personal.

* Pero los salmos son también una oración que puede causar perplejidad a algunos:

(1) Pertenecen a un mundo que es culturalmente muy distante del nuestro: lugares, nombres y prácticas nos resultan distantes.

(2) Expresan a veces sentimientos que riñen con lo que uno considera edificante o ejemplar.

(3) Ponen el acento o insisten mucho en elementos propios de la Antigua Alianza, como la Ley, el templo, o el rey.

* Hay respuesta a estas inquietudes:

(1) Lo mismo que al conocer a una persona nos vamos familiarizando con los nombres y lugares de su historia, también con los salmos, y con la Biblia en general. A medida que perseveramos, lo que era extraño se hace al final cercano y significativo.

(2) La dureza de sentimientos que aparece en los salmos es en primer lugar un espejo que nos ayuda a ver la realidad de lo que sentimos y que a veces tendemos a disimular o reprimir. Y luego, lo que hemos de hacer es descubrir la aplicación espiritual de esas palabras. Los enemigos a derrotar, en nuestra perspectiva, no son ya hombres o pueblos sino pecados y demonios.

(3) Siguiendo la dinámica que va del Antiguo al Nuevo testamento, más que rechazar las imágenes propias de la Alianza antigua, hemos de verlas como figuras y anticipaciones de la novedad que sólo llegó con Cristo. por ejemplo: Él es el verdadero templo; su Espíritu es la Nueva Ley, y así sucesivamente.

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Este tema pertenece al Capítulo 04 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 04 se está publicando aquí:

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ESCUCHA, Meditación sobre el Salmo 1

Escuela de Vida Interior, Tema 32: Meditación sobre el Salmo 1

* El texto utilizado es el de la Liturgia de las Horas:

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto a su tiempo
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

* Una primera sorpresa al llegar al libro de los Salmos es este primer texto. No contiene peticiones, ni súplicas de perdón, ni tampoco acciones de gracias, ni alabanzas. Es más bien una meditación.

* La primera lección es que los salmos no se dirigen solamente a nuestra sensibilidad o a nuestros deseos. A través de ellos, todo nuestro ser aprende a sintonizar con el plan de Dios. Y al decir “todo nuestro ser” aludimos a la memoria, la imaginación, la capacidad de razonar, los deseos, nuestra realidad corporal, los instrumentos de música con que expresamos lo que vivimos y somos. Los salmos son “integrales” en ese sentido.

* Este salmo nos invita a descubrir tres palabras: libertad (siempre hay un margen de decisión, o en lo que sucede, o en la manera como uno asume lo que sucede, o en la respuesta que uno da); responsabilidad (lo que uno haga o deje de hacer traerá consecuencias); y felicidad ( la propuesta de obediencia al plan de Dios trae un bien inmenso para nosotros, y verdadero disfrute).

* El salmo también nos ayuda a descubrir algunos rastros escondidos de la maldad. Al reflexionar sobre quiénes son los impíos; o al relacionar la senda de los pecadores con lo que Cristo dice del camino ancho que lleva a la perdición; o al descubrir como abunda el cinismo hoy en la reingeniería social, uno está haciendo verdadera meditación. Recordemos que la meditación cristiana no es un suspenso en el vacío, con la mente en blanco, sino un encuentro nutritivo con el Dios que alimenta todo nuestro ser.

* La clave entonces en el proceso de meditación es tomar en serio las palabras, con su riqueza de significado, y relacionarlas entre sí, con otros textos, y también con realidades vividas personal o comunitariamente.

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Este tema pertenece al Capítulo 04 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 04 se está publicando aquí:

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