ESCUCHA, Meditación sobre el Salmo 1

Escuela de Vida Interior, Tema 32: Meditación sobre el Salmo 1

* El texto utilizado es el de la Liturgia de las Horas:

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto a su tiempo
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

* Una primera sorpresa al llegar al libro de los Salmos es este primer texto. No contiene peticiones, ni súplicas de perdón, ni tampoco acciones de gracias, ni alabanzas. Es más bien una meditación.

* La primera lección es que los salmos no se dirigen solamente a nuestra sensibilidad o a nuestros deseos. A través de ellos, todo nuestro ser aprende a sintonizar con el plan de Dios. Y al decir “todo nuestro ser” aludimos a la memoria, la imaginación, la capacidad de razonar, los deseos, nuestra realidad corporal, los instrumentos de música con que expresamos lo que vivimos y somos. Los salmos son “integrales” en ese sentido.

* Este salmo nos invita a descubrir tres palabras: libertad (siempre hay un margen de decisión, o en lo que sucede, o en la manera como uno asume lo que sucede, o en la respuesta que uno da); responsabilidad (lo que uno haga o deje de hacer traerá consecuencias); y felicidad ( la propuesta de obediencia al plan de Dios trae un bien inmenso para nosotros, y verdadero disfrute).

* El salmo también nos ayuda a descubrir algunos rastros escondidos de la maldad. Al reflexionar sobre quiénes son los impíos; o al relacionar la senda de los pecadores con lo que Cristo dice del camino ancho que lleva a la perdición; o al descubrir como abunda el cinismo hoy en la reingeniería social, uno está haciendo verdadera meditación. Recordemos que la meditación cristiana no es un suspenso en el vacío, con la mente en blanco, sino un encuentro nutritivo con el Dios que alimenta todo nuestro ser.

* La clave entonces en el proceso de meditación es tomar en serio las palabras, con su riqueza de significado, y relacionarlas entre sí, con otros textos, y también con realidades vividas personal o comunitariamente.

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Este tema pertenece al Capítulo 04 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 04 se está publicando aquí:

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