Hermosura de la verdadera compasión

La compasión es una virtud que se deriva del valor del amor.

La verdadera compasión consiste en percibir la angustia ajena y hacerla nuestra.

La compasión no puede esperar, hay que actuar en el preciso instante en que alguien nos necesita.

Muchas veces es más cómodo no involucrarnos en la angustia de los demás, bajo pretexto de que somos discretos y prudentes; cuando en realidad lo que sucede es que estamos siendo controlados por nuestro egoísmo.

Las siguientes palabras, resumen de una manera poética, en qué consiste la compasión:

No es lo que has hecho, sino lo que no has hecho lo que causa congoja al caer el sol.

La tierna palabra olvidada, la carta que no escribiste, las flores que no enviaste, son fantasmas en la noche.

La piedra que no apartaste del camino de un hermano, el consejo alentador que no te atreviste a dar, esa caricia afectuosa, esa palabra amorosa en la que nunca pensaste, sumido en tus propias penas.

Margaret E. Sangster

Sí a la misericordia pero no a su versión “light”

En la preparación del Jubileo de la Misericordia, ofrecido a toda la Iglesia por el Papa Francisco, conviene dejarse interpelar por esa palabra, que consideramos tan propia de nuestra tradición y de nuestra espiritualidad: misericordia.

Pero, atención, porque lo mismo que sucede con tantas otras palabras centrales de la fe cristiana, también pasa con esta. Así como hay un amor falso y puramente sensual y mundano, que quiere usurpar el lugar del amor cristiano, así también hay una misericordia de contrabando, que mejor deberíamos llamar complicidad, y que quiere usurpar el lugar de la verdadera misericordia. Así como el amor, también la misericordia hay que aprenderla de Cristo y de los santos, testigos de su Evangelio.

La genuina misericordia obliga a salir de las propias comodidades, incluyendo la comodidad de ser bien aceptados por aquellos de quienes nos compadecemos. ¿Era Cristo compasivo con los publicanos y no lo era con los fariseos? Sólo sugerirlo es herejía. La ternura y la denuncia salían de un mismo corazón; el abrazo y el reproche tenían una misma fuente; el consuelo y la corrección provenían del mismo Señor y Mesías.

Estas consideraciones deben liberarnos de una noción “light” de misericordia que más bien consiste en una mediocridad cómoda y en el fondo egoísta.

[De la Carta de Pentecostés, del Prior Provincial de los Dominicos de Colombia.]

Tríptico de la Misericordia, 3 de 3: Testigos de la Misericordia

[Retiro con los Misioneros de Jesús, en Union City, NJ]

Tema 3 de 3: Testigos de la Misericordia

* Mateo 18, 23-35 contiene una parábola que identifica muy bien el centro de este tema sobre el testimonio de la misericordia. es la historia de uno al que se le perdonó mucho pero luego quiso perdonar muy poco.

* Por lo menos tres cosas muy importantes nos enseña esta parábola:

(1) Ante Dios todos somos servidores.

(2) Es necesario crecer en la gratitud y la alabanza para apreciar lo que Dios nos ha dado y así poder asumir con sinceridad actitudes de misericordia.

(3) Cuando Dios se hace hombre, aparece toda su misericordia; cuando el hombre pretende hacerse Dios, aparece toda su crueldad.

Tríptico de la Misericordia, 2 de 3: Transformados por la Misericordia

[Retiro con los Misioneros de Jesús, en Union City, NJ]

Tema 2 de 3: Transformados por la Misericordia

* La misericordia divina no es un mero sentimiento: es fuerza transformante. Para descubrir por qué, conviene hacer una pregunta muy sencilla: ¿Por qué nos ama tanto Jesucristo?

* La Palabra de Dios nos enseña que somos imagen y semejanza divina: en nosotros, en lo más profundo de nuestro ser, Dios ha querido dejarse ver. Pero esa imagen divina ha sido lastimada por el pecado y oscurecida por la ignorancia. El amor de Cristo quiere restaurar esa belleza original, y quiere llevarnos a la plenitud del plan de Dios, que es único y precioso en cada uno de sus hijos.

Tríptico de la Misericordia, 1 de 3: Bendecidos por la Misericordia

[Retiro con los Misioneros de Jesús, en Union City, NJ]

Tema 1 de 3: Bendecidos por la Misericordia

* Aunque hay muchos amores buenos y lícitos que se fundamentan en la reciprocidad, lo verdaderamente extraordinario de la misericordia es que es un amor de pura donación, que brota al contacto con la necesidad de otro.

* Es esencial el lugar de la misericordia en la historia de la salvación porque ante Dios todos somos indigentes, de modo que su manera de amarnos tiene como primera expresión y lenguaje común la misericordia.

Bula “Misericordiae Vultus”

El Papa Francisco ha concedido un año jubilar por medio de la Bula “Misericordiae Vultus,” con motivo de los 50 años d ela clausura del Concilio Vaticano II. El sitio oficial de noticias del Vaticano nos explica:

La Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia titulada ”Misericordiae vultus” se compone de 25 números. El Papa Francisco describe los rasgos más sobresalientes de la misericordia situando el tema, ante todo, bajo la luz del rostro de Cristo. La misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para reconocer, contemplar y servir. La Bula se desarrolla en clave trinitaria (números 6-9.) y se extiende en la descripción de la Iglesia como un signo creíble de la misericordia: “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (n. 10).

El Papa Francisco indica las etapas principales del Jubileo. La apertura coincide con el quincuagéismo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II:” La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo”.(n. 4). La conclusión tendrá lugar “en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el próximo futuro. “(n. 5) .

Una peculiaridad de este Año Santo es que se celebra no sólo en Roma, sino también en todas las demás diócesis del mundo. La Puerta Santa será abierta por el Papa en San Pedro el 8 de diciembre y el domingo siguiente en todas las iglesias del mundo. Otra de las novedades es que el Papa da la posibilidad de abrir la Puerta Santa también en los santuarios, meta de muchos peregrinos.

El Papa Francisco, recupera la enseñanza de San Juan XXIII, que hablaba de la “medicina de la Misericordia” y de Pablo VI que identificó la espiritualidad del Vaticano II con la del samaritano. La Bula también explica algunos aspectos sobresalientes del Jubileo: primero el lema “Misericordiosos como el Padre”, a continuación el sentido de la peregrinación y sobre todo la necesidad del perdón. El tema particular que interesa al Papa se encuentra en el n. 15: las obras de misericordia espirituales y corporales deben redescubrirse “para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.”. Otra indicación atañe a la Cuaresma con el envío de los “Misioneros de la Misericordia” (n. 18). Nueva y original iniciativa con la que el Papa quiere resaltar de forma aún más concreta su cuidado pastoral. El Papa trata en los nn. 20-21 el tema de la relación entre la justicia y la misericordia, demostrando que no se detiene en una visión legalista, sino que apunta a un camino que desemboca en el amor misericordioso.

El n. 19 es un firme llamamiento contra la violencia organizada y contra las personas ”promotoras o cómplices” de la corrupción. Son palabras muy fuertes con las que el Papa denuncia esta “llaga putrefacta” e insiste para que en este Año Santo haya una verdadera conversión: “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.”(n. 19).

La referencia a la Indulgencia como tema tradicional del Jubileo se expresa en el n. 22. Un último aspecto original es el de la misericordia como tema común a Judios y Musulmanes: “Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma de violencia y de discriminación. “(n. 23).

El deseo del Papa es que este Año, vivido también en la compartición de la misericordia de Dios, pueda convertirse en una oportunidad para “vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida.. (…) En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: ” Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos”.

La Bula misma puede leerse o bajarse haciendo click aquí.

ESCUCHA, Meditación sobre el Salmo 103

Escuela de Vida Interior, Tema 37: Meditación sobre el Salmo 103

* Texto utilizado:

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

El perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
el rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura;
el sacia de bienes tus anhelos,
y como un águila
se renueva tu juventud.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen
nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.

Como un padre
siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro.

Los días del hombre
duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla.

Pero la misericordia del Señor
dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.

El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz de su palabra.

Bendecid al Señor, ejércitos suyos,
servidores que cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor, todas sus obras,
en todo lugar de su imperio.

¡Bendice, alma mía, al Señor!

* El mensaje de la misericordia ha caracterizado desde su comienzo al pontificado del Papa Francisco, que además ha querido un año jubilar, a iniciarse el 8 de diciembre de 2015, bajo el título de Misericordiae vultus, en conmemoración de los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II. No sólo con su enseñanza sino sobre todo con sus gestos, el Papa ha destacado el lugar central de la misericordia en la vida cristiana y en el hoy de las necesidades de la Iglesia y del mundo.

* La misericordia nos habla de poner o llevar a nuestro corazón las necesidades de nuestros hermanos, sobre todo las de aquellos que se ven incapaces de superar sus obstáculos. A la vez, la misericordia nos recuerda nuestra condición de radical indigencia, como camino que finalmente nos lleva a descubrir a un Dios que, sin necesitarnos hace suyas nuestras necesidades.

* La misericordia atraviesa toda la Sagrada Escritura. hay que librarse de la idea falsa que pretende poner toda la dureza de Dios en el Antiguo testamento para luego afirmar que en el Nuevo Testamento ha llegado por fin su ternura. En efecto:

(1) Como muestra el salmo 103, hay múltiples y muy hermosas expresiones del amor compasivo de Dios en el Antiguo testamento, así como de su ternura incomparable. Véase particularmente Isaías 49,15: “¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré.”

(2) Mucho de lo que consideramos como “violencia” en el Antiguo Testamento es sencillamente expresión del celo de Dios por su pueblo, o de la indignación que causa la injusticia–y que es normal que cause.

(3) Otra parte de esa violencia tiene que ver con la extrema rudeza de aquellos tiempos y lugares. Sin un sistema de justicia más allá de la venganza personal, familiar o del clan, es de temer que las acciones de todos los implicados sean extremadamente agresivas.

(4) En el Evangelio, y específicamente en la enseñanza de Cristo no faltan severísimas advertencias sobre lo que implica rechazar su mensaje. En concreto, nadie en la Biblia habla tanto del infierno como Jesucristo. Y esto lo debemos ver como una expresión de su misma ternura que ciertamente no desea que ninguno de nosotros llegue allá.

* En todo caso, el tono de la predicación del Señor, ya anticipado en textos de tanta hermosura como el salmo 103, refleja ante todo el deseo inmenso, infinito como es Dios mismo, de que todos acojamos su mensaje de amor y alcancemos la plena amistad y comunión con Él.

* * *

Este tema pertenece al Capítulo 04 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 04 se está publicando aquí:

is.gd/vida_interior_04

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

Del mar de la indiferencia al océano de la misericordia

[Predicación para el Encuentro organizado por la Casa de la Misericordia, de Cúcuta. Segundo Domingo de Pascua, 2015.]

* A partir de un dato doloroso y vergonzoso, a saber, que miles de personas mueren en el Mar Mediterráneo intentando entrar a Europa, el Papa Francisco ha hablado de la “globalización de la indiferencia,” y luego también de cómo la misma indiferencia, en cuanto marca cultural de nuestra época, se ha convertido ella misma en un “mar” en el que tantas vidas se hunden sin esperanza.

* Es importante saber que, así como las aguas de los ríos llegan al mar y le dan buena parte de su tamaño, así también la suma de nuestros egoísmos, que nos parecen pequeños, y de nuestras cobardías, orgullos y durezas, van creando un ambiente que hace la vida ardua e incluso insufrible para muchos.

* Por supuesto, las víctimas son siempre los más pequeños y frágiles: el niño por nacer, el anciano tratado como una carga inútil, los que padecen una limitación mental o una enfermedad incurable, los que están privados de su libertad.

* Muy a menudo, también los hijos y los jóvenes de familias que parecen bien constituidas padecen sus propias soledades, frustraciones y sensación de absurdo, de modo que desarrollan conductas de bullying (matoneo) activo o pasivo, desorientación sexual, vandalismo u otros males que efectivamente los dejan náufragos de la vida y vacíos de esperanza.

* Hace mucho daño, y acrecienta mucho el volumen del “mar de la indiferencia” el hecho de que mucha gente cree que es buena simplemente porque no se considera “mala,” pues entienden que la maldad sólo se da en los criminales. Esa “bondad” mediocre y autosuficiente alimenta un egoísmo de gruesa piel que poco o nada se conmueve frente al dolor ajeno y que siempre ve responsables afuera.

* Impresiona ver cómo el mensaje de Cristo es exactamente lo contrario a ese mar de indiferencia. Sus entrañas se conmueven, y Él sabe y ama posponerse para dar vida, y vida abundante. Quienes somos testigos de semejante amor estamos llamados a ser “islas” de misericordia, capaces de acoger a quienes se sienten extraviados, agotados, lastimados o engañados.

* También hay que aprender a ser barcos de carga, transbordadores, que como el ferry, sepan llevar a los necesitados adonde quizás pueden recibir mejor ayuda, pues es claro que no todo puede resolverlo uno mismo.

* Y por supuesto, hay que saber que la meta final, el puerto de llagada, es la entrada misma en la eternidad y la bienaventuranza.