Una carta a Emma Watson

“Emma siendo muy sincero, hay algo que no logro comprender, a pesar de haber escuchado con escrúpulo cada segundo de tu discurso. No entiendo cuál es el afán de asumir monumentalmente que “el hombre y la mujer somos iguales en todo“. Creo con toda la convicción del mundo, que la hermosura de la vida social humana descansa en una verdad hermosa: “el hombre y la mujer somos complementarios”…”

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Mujeres evangelizadoras

No es posible desdeñar la colaboración de “la mujer en el apostolado”.

“Algún tiempo después -se lee en el capítulo VIII de San Lucas- andaba Jesús por las ciudades y aldeas predicando, y anunciando el reino de Dios, acompañado de los doce y de algunas mujeres, que habían sido libradas de los espíritus malignos y curadas de varias enfermedades, de María, por sobrenombre Magdalena, de la cual había echado siete demonios, y de Juana, mujer de Cusa, mayordomo del rey Herodes, y de Susana y de otras que le asistían con sus bienes”. Copio. Y pido a Dios que, si alguna mujer me lee, se llene de una santa envidia, llena de eficacia.

Más recia la mujer que el hombre, y más fiel, a la hora del dolor. -¡María de Magdala y María Cleofás y Salomé! Con un grupo de mujeres valientes, como ésas, bien unidas a la Virgen Dolorosa, ¡qué labor de almas se haría en el mundo!

Más pensamientos de San Josemaría.

Dimensión comunitaria de la sanación, 2 de 3, hombre y mujer los creó

[Retiro con la comunidad Cristo Vive de Madrid, España. Junio de 2014.]

Tema 2 de 3: Hombre y mujer los creó

* La familia es la primera escuela de diversidad dentro de la comunión y la reconciliación. El plan de Dios no es la uniformidad pretendida por el modelo comunista pero tampoco es el individualismo exaltada por el modelo capitalista. El plan de Dios se llama comunión en la diversidad, la complementariedad, la construcción y celebración del bien común; y el primer y fundamental espacio propio para todo ello es la familia.

* Dos diferencias de complementariedad son cruciales en la familia: la que existe entre el hombre y la mujer, y la que se da entre los chicos y los mayores. A su modo, estas diferencias constituyen riqueza y deben ser objeto de conocimiento, gratitud, contemplación, alegría. ¿Qué sentido tiene que admiremos la diferencia entre las razas de gatos o de conejos, y a la vez declaremos irrelevantes las ricas diferencias y la complementariedad entre el hombre y la mujer?

* Estas diferencias hunden sus raíces en la neurología, la biología y la fisiología. Por recordar solo algunos datos: la conectividad y el modo de procesamiento de información en la mujer corresponde a un modelo y un “ancho de banda” muy distinto al del varón. Tal distinción hace que la mujer se relacione de un modo rico y múltiple con su entorno, su pasado, su futuro, y sus emociones. El varón, por su parte, tiende a concentrar su energía en objetivos determinados y en procedimientos secuenciales que lo conduzcan a la meta.

* En términos generales, pues, la mujer tiende a lo integral y el varón a lo esencial. El varón necesita de la mujer porque su esfuerzo no puede ser perpetuo, aunque su orientación a la meta sea clara. Para llegar a su plenitud necesita de compañía, refrigerio, apoyo, alegría. La mujer necesita del varón de otro modo: su riqueza interior puede volverse inundación, devaneo, mucho empezar y poco concluir. Cuando encuentra a un varón digno de su admiración, para el que ella sea relevante y guste su compañía, puede establecerse una simbiosis en que se complementan desde aquello que cada uno tiene.

Dimensión comunitaria de la sanación, 1 de 3, ni relativistas ni agresores

[Retiro con la comunidad Cristo Vive de Madrid, España. Junio de 2014.]

Tema 1 de 3: Ni relativistas ni agresores

* El libro del Apocalipsis saluda a Jesucristo como “El que era, El que es, y El que viene” (Apocalipsis 1,8). La certeza de que Cristo es “El que viene” contrasta agudamente con la respuesta que muchos darían a la pregunta: “¿Y ahora qué viene para mí?” o “¿Qué viene para España, o para Europa?” La respuesta creyente es solamente una: lo que viene para Europa; El que viene para Europa es Cristo.

* El miedo con que muchos miran el futuro, y las consecuencias que ello trae para asumir compromisos a largo plazo, están indicando la necesidad de una sanación profunda que va más allá de circunstancias puramente individuales y personales. por eso conviene hablar de la dimensión comunitaria de la sanación.

* La primera diversidad que encontramos en la sociedad humana es la diferencia entre hombre y mujer. Pero la ideología de género quiere hacernos pensar que tal diferencia es una pura construcción cultural que puede por tanto reformarse según los intereses o antojos de las personas individualmente consideradas. Si se admite el argumento de que la familia se construye como respuesta a los deseos, convertidos en derechos, de los individuos adultos, entonces queda abierta la puerta para llamar familia a cualquier cosa, o lo que es lo mismo, queda abierto el campo entero de devastación de la familia.

* Por eso el cristiano no puede admitir el relativismo que campea en nuestra época. Pero el cristiano tampoco puede ser agresor que pretende por la fuera o por la ironía o la descalificación despreciar a los que por ejemplo tienen una tendencia homosexual. Ta agresión o desprecio es algo contrario al Evangelio, incluso si se pretende justificar como respuesta a las agresiones y descalificaciones que sufren con frecuencia creciente quienes defienden el plan de Dios para la familia.

* Así que la pregunta es si sólo hay esa alternativa: ser un relativista cómplice de la corrupción legal que se extiende hoy como un cáncer, o ser un agresor que oscurece el mensaje de salvación y gracia del Evangelio.

* La verdad es que sí hay otra posibilidad, y es la que nos muestra el mismo Cristo, a partir del hecho de la elección de discípulos tan diversos en su origen y en sus posturas por ejemplo políticas. Ese es el camino que pasa por un itinerario de comunidad: cruz, arrepentimiento, experiencia de gracia; oración compartida y efusión del Espíritu.

* Hay que anotar que la sanación así concedida pronto extiende sus bienes a otras personas. Así por ejemplo, un varón sanado en su masculinidad es una presencia de bendición que ayuda a que la mujer descubra su propia riqueza femenina.

Familias firmes en la fe, 2 de 2

[Predicaciones a un grupo de parejas y otros laicos, en San Salvador. Junio de 2014.]

Tema 2 de 2: Pequeño catecismo sobre la familia

* ¿Por qué es indispensable la defensa de la familia, de cara al futuro de la sociedad?

* ¿Hay límites en la intervención del Estado cuando se trata de legislar sobre la familia?

* ¿Qué bases biológicas y en general corporales hay para afirmar la diferencia, complementariedad e igual dignidad entre el hombre y la mujer?

* ¿Qué bienes particulares vienen a los hijos del hecho de tener como referencias de educación y autoridad al hombre y a la mujer, y no por ejemplo dos hombres o dos mujeres?

* ¿Por qué se afirma que nuestra época se encuentra particularmente escasa de verdaderos papás, y qué repercusiones tiene ello en cuanto los hijos?

* ¿Si es verdad la complementariedad de los sexos, por qué se promueven vocaciones de celibato en la Iglesia?

Llevar la Palabra a la vida, 2 de 2, Algunas sugerencias prácticas

[Retiro espiritual con un Grupo de Biblia y Evangelización de la Parroquia de María Reina, en Puerto Azul, Guayaquil.]

Tema 2 de 2: Algunas sugerencias prácticas

* El lugar primero y privilegiado de la Palabra de Dios es la familia. Si la familia no cumple su función de evangelización, mal pueden reemplazarla la parroquia o la escuela.

* Dentro de la familia hay roles básicos, que corresponde de un modo muy profundo a la psicología y el ser del hombre y de la mujer: el hombre ayuda preferencialmente en las fases propias del “entender” mientras que la mujer ayuda particularmente en las fases del “aplicar.”

* La llegada de la Palabra al hogar es un proceso que no debe violentarse. Ayudas posibles: utilizar textos en afiches oportunos; las dedicatorias en las tarjetas; la presencia física de la Biblia en lugar visible y solemne; el hacer lecturas de pasajes escogidos para fechas especiales.

* Pero lo que más ayuda es estar llenos de la Palabra de Dios, de modo que en el día a día de la familia los pasajes bíblicos se mencionen y apliquen con naturalidad y calen en el corazón.

* Todo ello requiere de un ambiente en el que no abunden las imágenes pero sí estén presentes como lugares de referencia, estética y sobre todo, oración.

Parejas de fe, esperanza y amor, 2 de 5, Amor de Dios en la pareja

[Taller para parejas, organizado por la Comunidad Betania, y ofrecido en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.]

Tema 2 de 5: Amor de Dios en la pareja

* Si el verbo que abre el amor de pareja en la mujer es ADMIRAR, el verbo correspondiente en el hombre es LIDERAR. Un hombre muestra su interés en amar y ser amado en primer lugar porque quiere generar una diferencia en la vida de una mujer.

* La manera como surge ese propósito va ligada a deseos que pueden quedarse solamente al nivel del deleite de los sentido o de la satisfacción del propio ego. Pero cuando hay más que simple deseo, el hombre ya no se detiene en sí mismo sino que, como se ha dicho, desea marcar una diferencia, traer un bien, a la vida de la mujer. Sólo en ese momento puede hablarse propiamente de amor masculino; todo lo que va antes es más apetito, y a menudo, más egoísmo que otra cosa.

* Después del liderar, están otros dos verbos: proteger y proveer. Con ellos el hombre desea custodiar lo que siente suyo, pero a la vez, hacer posible la continuidad del milagro de vida que encuentra en la mujer.

* Dios en sí mismo no es hombre ni es mujer. Su don de sí mismo a uno y otra hace posible que el amor de ambos sea auténtico, robusto, generoso y fecundo.

Parejas de fe, esperanza y amor, 1 de 5, Amor de hombre y amor de mujer

[Taller para parejas, organizado por la Comunidad Betania, y ofrecido en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.]

Tema 1 de 5: Amor de hombre y amor de mujer

* Aunque algunos centros de poder en nuestra sociedad pretenden eliminar, minimizar o volver del todo borrosa, y por tanto trivial, la diferencia entre hombre y mujer, el sentido común y la fe se resisten a semejante imposición.

* No es un asunto de fanatismo ni de pura inercia cultural: la biología nos muestra que lo sexual no es una parte del cuerpo o de la historia de hombres y mujeres, sino una realidad que permea todo lo que somos. En particular, es muy importante destacar ese lugar que existe únicamente en el cuerpo femenino y que tiene un solo propósito: servir de primera casa a la vida humana. En la mujer está la fuente de la vida.

* La abundancia vital de la mujer se ve muy bien en otros rasgos: su cerebro está más conectado; sus órganos de los sentidos tienen una respuesta más amplia; su capacidad de conexión y las puertas de su lenguaje, en lo que entiende y en lo que expresa, son en general mucho más ricas que las de los hombres.

* Por eso es natural que el primer verbo que abre la posibilidad del amor de pareja en la mujer sea ADMIRAR. Sin una dosis de admiración la mujer queda en capacidad de afecto pero su afecto será el de la persona que cuida o apoya, no el de la persona que se enamora o que quiere saberse “conquistada.”

* A partir de la admiración, otros verbos van siguiendo: acompañar, cuidar, darse y restaurar. Ese total de cinco verbos corresponde bien a la evolución de un amor plenamente femenino, rico en su vitalidad y en su capacidad de traer vida.

Una fe renovada, 05, La Mujer y la Evangelización, 2a. de 2 partes

[Predicación en la Capilla del Niño del Desagravio, en San Luis Potosí, México]

Tema 5: La Mujer y la Evangelización, 2a. de 2 partes

* ¿Qué papel cumplen o pueden cumplir las mujeres en la transmisión de la fe? La primera charla exploró algunos dones más peculiares de la mujer. La segunda parte mira un poco de qué manera esos dones son especialmente útiles a la evangelización.

* En torno al don general de ser llamada “ministra de la vida,” encontramos tres dones que sobresalen, en general, en la mujer; dones que tienen especial eficacia en la transmisión dela fe. Son: fecundidad, sensibilidad y comunicatividad.

* Son dones relacionados: el deseo profundo de dar y defender la vida implica la capacidad de acoger y proteger, y eso sólo es posible desde una verdadera sensibilidad; a su vez, acoger no es posible sin una gran capacidad de comunicar: de comprender y de hacerse entender.

* La fecundidad ayuda a la evangelización porque se convierte en llamado de darle santos a Dios; llamado también al celo misionero, que no se resigna a que muchas ignoren o rechacen el mensaje del amor divino manifiesto en Cristo.

* La sensibilidad ayuda a la evangelización porque sólo evangelizarán los que sientan dolor por el pecado del mundo, y gozo por la redención otorgada gratuitamente en Cristo.

* La capacidad de comunicar ayuda a la evangelización no sólo ni principalmente por aquellas mujeres, que las hay, que predican muy bien, sino sobre todo por esa capacidad de ser puente, conexión, enlace que une y levanta al Cuerpo de Cristo.

Una fe renovada, 04, La Mujer y la Evangelización, 1a. de 2 partes

[Predicación en la Capilla del Niño del Desagravio, en San Luis Potosí, México]

Tema 4: La Mujer y la Evangelización, 1a. de 2 partes

* Seguimos la propuesta del Papa Francisco sobre la necesidad de reflexionar sobre el lugar de la mujer en la Iglesia: ¿qué papel cumplen o pueden cumplir las mujeres en la transmisión de la fe? Esta primera charla sobre el tema explora algunos dones más peculiares de la mujer. La segunda parte mira un poco de qué manera esos dones son especialmente útiles a la evangelización.

* El punto de partida bíblico es que la imagen de Dios no está sólo en el hombre ni sólo en la mujer. “A imagen de Dios los creó,” dice la Escritura, indicando que la diferencia de los sexos y su complementariedad responden al plan de Dios.

* El mundo, por sus propias fuerzas y con sus solas luces, no puede responder al lugar de la mujer en la sociedad. Las alternativas que el mundo ha ofrecido a la mujer son sobre todo tres: (1) destruir la autoestima femenina y hundirla en pasividad inerte frente al machismo; (2) masculinizar a la mujer para que compita con el hombre, y si es posible le gane; (3) intentar una aritmética irreal del 50 y 50 por ciento, como si repartir los trabajos y los oficios por mitades hiciera justicia a las mujeres. Cualquiera de estas alternativas termina volviéndose contra el ser propio de la mujer.

* La Biblia mira la existencia como una vocación y por tanto nos invita a encontrar la verdad y plenitud de toda vida en la mirada atenta hacia aquel que nos ha llamado a existir, es decir, Dios mismo. Esto significa que la mujer encuentra su propia plenitud solamente volviéndose hacia Dios y por supuesto acogiendo su lenguaje y su mensaje.

* De hecho, el primer mensaje que puede leer la misma mujer es su realidad corporal, afectiva, emocional y espiritual. En esa lectura descubre que su cuerpo y todo su ser están abiertos y llamados a dar vida, cuidar la vida, defender la vida, restaurar la vida. La mujer es ministra de la vida. Su vocación puede ser vista y vivida de muchas formas pero solamente cuando se descubre llamada a dar vida la mujer se descubre en la luz de su propio Creador.