Más humor

No sé si ya comenté lo del letrero en aquel restaurante dublinés de comida “rápida”:

Si su pedido no llega en 5 minutos… llegará en 7, o en 8, o tal vez en 12.

Conversación entre frailes por estas fechas, con su toque de sal.

–¡Que alegría verte! ¡Qué bueno que volviste! –Gracias, hombre. –Tanto nos alegra recibirte, que sería bueno que te fueras más a menudo.

Otra conversación:

–Llego apenas de la Misa. No había muchos. –¿Personas o euros?

Claro que a medida que se van dando cuenta que les entiendo los chistes se ven más recatados para decir ciertos apuntes. ¡Ay, Dios, qué risas les habré causado, me imagino! Todo va en la vida fraterna… 🙂

No siempre tan solemne, por favor…

Quiero empezar agradeciendo tantas manifestación de afecto y amistad que he recibido estos días, con motivo de la Navidad y el Nuevo Año.

Por distintas razones, sobre todo de evangelización, en otras oportunidades, he pasado estas fechas en un contexto que no es el de la mayoría de las personas. Por ejemplo, con la celebración de la misa a medianoche en algún monasterio o convento. Esa costumbre, y recibir tanto amor a través de “cables” (sobre todo el teléfono e Internet) me han dado una gran paz y un sentimiento de inmensa gratitud a estas horas… con Dios, con mi familia, con mi patria, con la Orden de Predicadores, con tantos amigos y amigas… ¿Cómo no cantar agradecido?

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Mensaje de Fin de Año

Amigos en la fe,

La vida, como un río, tiene momentos de transcurrir sosegado y tiene cascadas. Fluye a veces en el ritmo monótono de una rutina que incluso nos cansa; otras veces, se precipitan en rápida sucesión cambios o sorpresas que pueden alegrarnos o deprimirnos súbitamente.

Llegan de pronto otros tiempos en que las aguas se remansan. Algo adentro y algo afuera nos llama a reflexión. Es preciso hacer un alto y darnos tiempo para unas cuantas preguntas profundas. Son los momentos densos de nuestra existencia.

Me he preguntado a veces en qué consiste esa densidad o qué hace que ciertos días estemos más receptivos y más sensibles a los temas hondos de la vida. Creo que es algo que tiene que ver con el tiempo. Al fin y al cabo, como alguno dijo, todo lo que tenemos y lo único que tenemos es tiempo. Los hilos de nuestra temporalidad son los hilos mismos de nuestra vida. Y al fin y al cabo, ¿qué es vivir, sino ir trenzando con mayor o menor acierto esos tres hilos que se llaman presente, pasado y futuro?

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Otros modos de terminar el año

La cultura afroamericana de los Estados Unidos ha institucionalizado un tipo interesante de celebración para recibir el nuevo año. Se llama Kwanzaa. Los fundadores de esta iniciativa, que parece tener cierta fuerza, lo describen como “Una celebración de la familia, la comunidad y la cultura.” No tiene un carácter religioso aunque, como veremos, sí implica “tocar el alma.”

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Gregory

Gregory se llama el organista de la iglesia parroquial en St. Saviour’s. Tendrá algo más de 40 años. Laico. Sencillo e introvertido. Con pinta de genio. Vive su oficio como una vocación. Se emociona tocando ese aparato, que además suena muy bien. Irradia un estilo como de pureza, que es una dicha verlo tocando para Dios. Da lo mejor de sí en cada final y trata de ponerse de acuerdo con los frailes y cantores en todo.

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Humor Irlandés

Uno de los apellidos más comunes en Irlanda es Murphy –sí, como en la mundialmente famosa “Ley de Murphy“–. Y dicen algunos irlandeses que esta Ley se debe a uno de los suyos, mientras que la respuesta que ofrece una investigación en Yahoo es que el Murphy de la ley fue Edward Murphy, un ingeniero que trabajaba en la base Edwards (California, Estados Unidos). Es probable que el Murphy irlandés, haciendo gala de su propia ley, haya tenido tan mala suerte que hasta haya perdido la autoría de su ley, no sabemos…

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¿Qué sigue?

El viernes pasado terminamos las clases del primer semestre del año académico 2003-04. ¿Qué sigue?

1. El lunes 5 de enero entramos para los exámenes. En lo que a mí respecta, debo entregar un ensayo sobre Antropología y la Propuesta para la Tesis Doctoral.

2. Los exámenes terminan el 10 y el lunes 12 empezamos el segundo semestre. ¿Qué clases? En primer término, seguiré con Kevin O’Reilly en las revisiones de escritos de y sobre S. Tomás.

3. Tomaré una asignatura con una profesora luterana, Gesa Thiessen, alemana de nacionalidad. Es un seminario sobre Teologia y Biografía.

4. La otra asignatura (me piden dos…) sería La Iglesia, en una sociedad moderna, secular y pluralista, dictada por Patrick Claffey.

5. Aunque el énfasis, desde luego, va en adelantar lo que se apruebe de la Propuesta.

¡Ahí vamos, confiando en Dios!

¡Terminaron las clases!

Ayer terminamos las clases del primer semestre académico en el año 2003-04. El balance es globalmente positivo. Destaquemos diez cosas, todas relativas a esta área de lo académico:

Lo positivo

1. El lugar, Milltown Park: es precioso. Muchas veces el solo ir ayuda, relaja, invita a la reflexión y la plegaria.

2. Me gustó la calidad de los profesores que tuve: Moloney, Corkery, O’Donnell, O’Reilly. Cada uno desde su enfoque manifiesta un interés genuino por su propio campo y por el conjunto de la teología.

3. La biblioteca, aunque perfectible en temás de S. Tomás, por ejemplo, es abundante y permite investigación de postgrado.

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Una Iglesia Perseguida (8a. y última parte)

�Una Entrevista con Fr. Nelson Medina�

8. El futuro

Si admitimos la persecución de irrelevancia, ¿cuáles serían los pasos inmediatos a seguir?

– Yo quisiera hablar primero sobre lo que creo que NO debemos hacer, como Iglesia. La cosa no es tan sencilla como hacer unos carteles con 1 Jn 5,19-20, el texto que cité, y lanzarnos a las calles. Una condena global al mundo puede provocar risa o rabia, sin más trascendencia.

Lo primero que se dirá es que se trata de un grupo fundamentalista de ultraderecha…

– Exacto. ¡Y es factible que tengan razón! Textos como ese no son banderas de lucha sino consignas para el corazón, para la adoración, la gratitud y el renovar continuo de la propia conversión. Cuando esos textos se vuelven eslogan o bandera a menudo ocultan otras cosas, por ejemplo, miedo, o tal vez muestran una actitud de lo que Freud llamaba �mecanismos de defensa�.

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