ROSARIO de las Semanas 20180222

#RosarioFrayNelson para el Jueves:
Contemplamos los Misterios de la vida pública del Señor

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que es bautizado por Juan en el Jordán y recibe la unción del Espíritu Santo.
  2. En el segundo misterio de la vida pública contemplamos que el diablo tienta a Jesús en el desierto pero al final tiene que retirarse derrotado.
  3. En el tercer misterio de la vida pública contemplamos las bodas en Caná de Galilea, donde Cristo dio su primera señal como Mesías.
  4. En el cuarto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que predica la Buena Nueva a los pobres.
  5. En el quinto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que llama a algunos discípulos para que estén con él y sean sus apóstoles.
  6. En el sexto misterio de la vida pública contemplamos la transfiguración del Señor, verdadero anuncio de su pasión y de su pascua.
  7. En el séptimo misterio de la vida pública contemplamos la institución de la Eucaristía y el mandamiento de amar como Jesús nos ha amado.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA GRACIA del Viernes 23 de Febrero de 2018

Jesús nos invita a la perfección que radica en la renovación del corazón y a evitar las divisiones y discusiones, aunque no lo logremos siempre.

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ROSARIO de las Semanas 20180221

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

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Sobre la conquista de Chile y nuevo balance del final del imperio incaico

Conquista de Chile

Después de la fracasada expedición de Almagro, nada se había intentado hacia Chile. Don Pedro de Valdivia, hidalgo extremeño, maestre de campo y hombre de confianza de Pizarro, le pide a éste autorización para intentar la conquista de Chile. Parte del Perú a comienzos de 1540, con una docena de hombres -el nombre de Chile inspiraba temor y casi nadie se animaba a la empresa-. Se le suman más hombres por el camino, hasta 150, la mayoría de ellos hidalgos, de los que incluso 33 sabían leer y escribir, y 105 firmar: gente culta.

Superando grandes resistencias de indios, desiertos y distancias, llega Valdivia a fundar en 1541 Santiago de Chile. En sus cartas a Carlos I se nota que él, como Hernán Cortés, el primer mexicano, se ha enamorado de aquella tierra -«para perpetuarse no la hay mejor en el mundo»-, y viene a ser el primer chileno.

Con mucha solicitud por poblar, se fundan en su tiempo ciudades como La Serena (1544), Concepción (1550), Valdivia (1552), La Imperial (1552) y Villarrica (1552). Finalmente Valdivia, en 1553, acudiendo a sofocar la insurrección de Arauco, conducida por su antiguo paje, el valeroso Lautaro, muere con todos sus compañeros en Tucapel.

Antes y ahora

Los cronistas de la época dejan ver en ocasiones que al encontrarse los españoles y los indios, tanto en el Perú como en otros lugares de América, se produjo a veces una relativa degradación moral de los indios, que ya no se sujetaban a sus antiguas normas, y que todavía no habían asimilado los ideales cristianos. Es ésta, por ejemplo, una tesis continua en la obra de Guamán, cristiano sincero, que idealiza quizá un pasado inca, que él, nacido en 1534, no pudo conocer personalmente. Él piensa que los incas «guardaron los mandamientos y buenas obras de misericordia de Dios en este reino, lo cual no lo guardan ahora los cristianos» (Nueva crónica 912).

Guamán piensa que la atención de huérfanos e inválidos, enfermos y pobres, antes era mejor (898-899). Ahora abundan el juego, las deudas y los robos, cosas que antes apenas se daban (914, 929, 934). Ahora hay pereza y rebeldía en el indio, mientras que antiguamente «el indio tenía tanta obediencia como los frailes franciscanos y los reverendos padres de la Compañía de Jesús. Y así los indios besaban las manos y el corazón del cacique principal para salir a trabajar… Antes había más humildad y caridad y amor del servicio de Dios y de su Majestad en todo este reino. Ahora está perdido el mundo» (876). Antes, «en tiempo de los Incas no había adúlteras, putas, mal casadas» (929), «no hubo adúltera ni lujuriosa mujer, y a ésta luego le mataba en este reino» (861). Pero ahora las indias, en trato con españoles y españolas, se han echado a perder, y «salen muy muchos mesticillos y mesticillas, cholos y cholas. Y así no hay remedio en este reino» (861). Antes «los Incas a los indios, indias borrachos los mandaba matar luego como a perros y puercos. Ahora en esta vida se les perdona por Dios y así recrece más» el vicio (882).

El indio Guamán, al recordar el caído imperio incaico, no quiere que sea restablecido, pero sí que se aplique a los indios conversos una ascética cristiana de dureza incaica. Y así pretende que «todos los indios en este reino obedezcan todo lo que manda la santa madre Iglesia y lo que mandan los prelados y curas y sacerdotes, los diez mandamientos, el evangelio y la ley de Dios que fuere mandado. Y que no pasen de más ni menos. Y a los que pasasen, sea castigado y quemado en este reino» (860)…

En los ingenuos escritos de Guamán se aprecia a veces que le sale el inca, pero en otras ocasiones hace observaciones realmente conmovedoras: «Mira, cristiano lector, aprende de esta gente bárbara que aquella sombra de conocer al Creador no fue poco. Y así procura de mezclar [todo lo bueno que esos indios vivieron] con la ley de Dios para su santo servicio» (62).

Del orden al caos

El socialismo totalitario de los Incas de tal modo era un todo, que una vez descabezado por los españoles, cae totalmente. Ya muy pronto los incas, completamente desorganizados y desmoralizados, no suponen un peligro para los viracochas españoles. Más bien encuentran éstos el peligro en las guerras civiles que ellos mismos producen, hasta dar en un caos de anarquía…

En efecto, por esos años, el Perú era un hervidero de guerras civiles entre los españoles, algo vergonzoso para aquellos indios, tan hechos a la disciplina imperial del Inca. Luchan Francisco Pizarro y Diego de Almagro (1537-1538); pelean a muerte el hijo de Almagro y Vaca de Castro, nuevo gobernador del Perú (1541-1542); se rebela Gonzalo Pizarro contra las Leyes Nuevas que llegan de España, y es muerto el virrey Núñez de Vela (1544-1546); lucha Gonzalo Pizarro contra el licenciado La Gasca, eclesiástico enviado por la Corona con plenos poderes, y el primero es derrotado y muerto (1547-1548); se alza Hernández Girón contra la Audiencia de Lima (1553-1554), y finalmente La Gasca impone la autoridad de la Corona. Sólo entonces el virreinato del Perú se afirma y va adelante.

Del caos al orden

La Gasca trajo al Perú la paz, tras veinte años de caos. Y el virrey Francisco de Toledo estableció el orden, hasta el punto que ha sido llamado «el nuevo Pachacutec» del mundo hispano-incaico. Toledo hizo personalmente una visita larga y minuciosa del antiguo imperio, y tras recoger amplias informaciones de los funcionarios de provincias -publicadas en el siglo XIX en cuatro tomos, con el título Relaciones geográficas de las Indias-, fue configurando un orden nuevo, no indio, ni hispano, sino hispanoindio. Según Louis Baudin, «los destinos de un pueblo han sido rara vez dirigidos por administradores tan grandes como el presidente La Gasca o el virrey F. de Toledo» (Imperio socialista 367).

En efecto, dice el mismo autor en otra obra, «los españoles han destruido los ídolos y los quipos, pérdida irreparable, pero han conservado muchas instituciones y no han tratado de suprimir a los habitantes, como colonizadores menos bienintencionados no han dudado de hacer en otras partes. En un estilo muy actual, el Rey de España designaba al Perú como un «reino de ultramar» y no como una colonia, y lo miraba como una réplica de la metrópoli al otro lado del océano, no como un territorio para explotar. Los indígenas gozaban de las disposiciones protectoras “inverosímilmente modernas” de las leyes de Indias [J. A. Doerig], y ya desde mediados del siglo XVI, Lima vino a ser uno de los grandes centros culturales del Nuevo Mundo» (Les incas 165).


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

Talleres o Cursos ALFA: ¿Son de fiar?

Buenos días!! Le escribo porque confío mucho en sus conocimientos y espiritualidad, rogándole me pueda compartir lo antes posible su punto de vista respecto a talleres que se imparten con el título ALFA, ya que desconozco sus riesgos y una sobrina mía está muy interesada en impartirlos ya que ella ya los tomó y me compartió el siguiente vídeo. De antemano le agradezco con el alma su atención. — A.C.E.

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Como toda metodología, ALFA puede cometer excesos o practicarse de un modo contrario a los propósitos iniciales. Pero estos propósitos son muy buenos: crear un ambiente en que los prejuicios contra la fe y la Iglesia caigan y disponer así a la gente para recibir mejor el kerigma, el mensaje básico y central de conversión, como lo propone el Evangelio.

La revista Misión trae una presentación interesante al respecto:

Actualmente en España el 26,3 por ciento de la población se declara no creyente o atea, seis de cada diez bodas son civiles, el 64,7 por ciento de los que se declaran católicos casi nunca va a Misa y cerca de la mitad de los nuevos padres no bautizan a sus hijos. La sociedad occidental que decidió contar su historia a partir del nacimiento de Jesucristo pierde paulatinamente su raíz espiritual. En ese caldo de cultivo, a finales de los años 70, en la Iglesia anglicana de Holy Trinity Brompton del centro de Londres, comienza un curso para renovar la fe de sus parroquianos. Un éxito inesperado que hizo que en 1991 se organizase una convención llamada Alpha que impulsaría esta herramienta de evangelización entre anglicanos, protestantes y católicos de 171 países.

José Alberto Barrera es el coordinador de Alpha en España. Viajó en 2008 a Londres para formarse en esta metodología, por la que dejó su trabajo para entregarse plenamente, junto con su mujer, a la evangelización. “Alpha tiene la capacidad de poner el ‘primer anuncio’ en el centro de la vida de una parroquia, convirtiéndola –si se deja– en una comunidad misionera. Yo les explico que lo importante no es Alpha, sino lo que hay detrás: la comunidad cristiana que lo lleva a cabo”, explica convencido. No es para menos viendo las cifras. Se estima que más de 17 millones de personas han participado en al menos uno de los cursos Alpha que se imparten en 110 idiomas. En España se realizan al año más de 100, en 17 diócesis.

¿Cómo funciona Alpha?

Es un método de ‘primer anuncio’ o pro­clamación del Kerygma, es decir, subraya la necesidad de que, antes de recibir la catequesis, la persona experimente una conversión que solo puede hacer posible el Espíritu Santo. El matrimonio formado por Xisco Fernández y Mónica Herrera compartía la “hostilidad” hacia la Iglesia. De hecho, hacerles pensar en bautizar a su hijo era una provocación. Sin embargo, a los nueve años el pequeño pide apuntarse a clases de Religión y esto descoloca a su madre. Ante las inquietudes espirituales de su hijo, Mónica estaba francamente sorprendida. Una amiga la invitó a ir a Alpha. “Allí descubrí –dice emocionada– al Espíritu Santo. Descubres que Dios no es algo teórico, sino que se hace presente en tu día a día, si Le dejas. Para mí esto lo cambió todo”.

En un contexto distendido, el curso consiste en 10 cenas o comidas de frecuencia semanal en casas particulares, restaurantes o locales parroquiales. Lo importantes es poder dialogar y conocer la realidad personal de cada asistente mientras se come. Después tiene lugar una charla para suscitar preguntas existenciales que terminan en un debate donde todas las opiniones son respetadas. La temática varía desde si el cristianismo es falso, aburrido o irrelevante hasta por qué murió Jesús o acerca de la tarea de la Iglesia. A mitad del curso, se les invita a un pequeño encuentro de fin de semana para profundizar en la persona del Espíritu Santo, que incluye profundos momentos de oración que culminan en una experiencia de Pentecostés.

Xisco, el marido de Mónica, se enfadó con ella porque iba a estas cenas. Sin embargo, decidió asistir al siguiente curso Alpha porque la veía más feliz. “Estaba dispuesto a ir el primer día y no volver, pero la gente allí era simpática. Te permiten expresar tu opinión, respetan todo y eso siempre se agradece. Además, te sientes querido y no juzgado”, afirma Xisco, quien admite que tan solo un año después era él quien organizaba los encuentros.

De Alpha se ha dicho que es uno de los métodos de evangelización más efectivos de las últimas décadas y esto se debe, en parte, a que son los que están alejados de la Iglesia quienes, tras experimentar el amor de Dios, invitan a un curso a sus amigos ajenos a la fe. Muchos de los participantes son católicos de tradición que no han tenido una relación íntima con Jesús. Entre ellos estaba Fátima Coello, quien recuerda que abandonó asustada la convivencia que hay a mitad del curso y pidió que la recogieran para no volver porque dudaba de la ortodoxia de la temática. “Cuando llegué a casa busqué en Internet todo lo que me habían contado: si el Papa lo aprobaba, si venía en el Catecismo, si todo lo que me contaban sobre el Espíritu Santo era cierto. Vi que tenían razón, que Él actuaba en mi vida y me podía renovar. Mi salvación era gratis, por eso había muerto por mí. Ese fue mi primer encuentro con Él”. Y es que como dice Nicky Gumbel, impulsor del método, “no hay que preocuparse si alguien se marcha a mitad de curso porque de esas personas saldrá un futuro líder de Alpha”. Algo parecido le sucedió a Salva Duque. “Hay una charla titulada ‘Cómo nos habla Dios’ en la que nos mostraban una imagen de un Cristo llamando a una puerta. Comentaban que un periodista que estuvo en la presentación de ese cuadro le dijo al autor que tenía un defecto: la puerta no tenía pomo. El pintor le dijo que no era un error. Cuando Cristo llama al corazón, o le abres tú desde dentro o Él no va a entrar. Ese detalle a mí me quebró. Ahora mismo, la charla de ‘Cómo nos habla Dios’ la doy yo”, explica sonriente.

LA GRACIA del Jueves 22 de Febrero de 2018

FIESTA DE LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO, APÓSTOL
Oremos por el Papa Francisco para que esté adherido a la cruz y al mismo tiempo sea participe de la gloria de la pascua.

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