Como se ama a la madre, que infundió en nosotros la lengua y la fe, así muchos amamos a España, y por ello sufrimos con las convulsiones secesionistas que hoy la sacuden hasta los cimientos. Oportuno apreciar las palabras del Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, es decir, sucesor de los apóstoles en el epicentro mismo del anti-constitucional movimiento independentista:
El cardenal ha asegurado que «en este momento, como pastor de Barcelona, comparto el dolor y el sufrimiento de la gente. Mi corazón llora con ellos. Yo deseo y pido al señor que nos ayude a evitar la confrontación y a construir un futuro en paz».
«Después de dos años que llevo en la diócesis de Barcelona», ha agregado, «puedo decir que amo profundamente Barcelona y Cataluña . Son gente maravillosa. Y amo también España y amo la Europa a la que pertenecemos, donde yo he recibido mi formación, siendo joven, tanto en Francia como en Bélgica».