Cuaresma de Conversion, 2 de 4, conciencia del pecado y conciencia de la gracia

[Retiro para la comunidad hispana de la Parroquia de St. Patrick, en Miami Beach, febrero de 2013.]

Tema 2: Conciencia del pecado y conciencia de la gracia

* En la sociedad del individualismo, cada quien se considera emperador de su diminuto imperio. Se ha realizado el triste presagio del Génesis: hemos comido del árbol de la ciencia del bien y del mal y creemos que cada quien puede decidir por sí y ante sí qué quiere y cómo lo quiere.

* Es verdad que la convivencia con otros se regula mediante leyes pero, en el juego de la democracia, las leyes son cambiables, usando los recursos de la ingeniería social. Un poco de publicidad, un “lobby” que se haga bien visible, algo de manipulación mediática y ya estará lista la gente para aprobar lo que se les diga que aprueben.

* Ante las circunstancias adversas que uno haya tenido, uno puede seguir uno de tres caminos: (1) Prolongarlas y pasarlas a otros más débiles, que es el origen de las “cadenas intergeneracionales”; (2) Irse al extremo contrario, como quien rebota de una banda la contraria en el billar; (3) Renunciar a sí mismo y buscar sólo lo que es correcto y mejor para los demás.

* Por supuesto, es la tercera opción la mejor, pero ello requiere un esfuerzo y renuncia que descompensa interiormente. Por eso creemos que sin el auxilio divino, llamado “gracia,” un cambio así no es posible.