La Iglesia ha muerto !?

Cuenta un feligrés del pueblo de Allá. “Cuando el nuevo párroco, el Padre Heriberto inició su labor en la Parroquia de Allá, encontraba solamente indiferencia y rechazo. El primero domingo predicó en un templo completamente vacío. El segundo domingo sucedió lo mismo. Y cuando entre semana visitaba a los feligreses, nadie quería escuchar. Le dijeron: “La Iglesia está muerta, tan muerta que no hay posibilidad de revivirla”.

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Papas del siglo XX

“Esta página aspira a ser un espacio de recuerdo, gratitud y memoria. En ellas se hace un rápido e incompleto recuento de los Sumos Pontífices que el Altísimo ha llamado para dirigir su Iglesia en el difícil siglo XX…”

Papas del siglo XX

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Abraham, nuestro padre en la fe

Este título, tomado de una expresión que aparece en la liturgia (cf. Plegaria Eucarística I), indica la importancia de la figura de Abraham no sólo para el pueblo de Israel, sino también para nosotros cristianos.

Después de la llamada «prehistoria bíblica» (Gen 1-11), el capítulo 12 del Génesis marca un nuevo inicio: tras presentar cómo el pecado se difundía produciendo la división de los hombres, el libro del Génesis nos muestra cómo Dios toma la iniciativa de la salvación irrumpiendo en la historia de los hombres, y lo hace eligiendo a un hombre, Abraham, en el cual «serán bendecidas todas las familias de la tierra» (Gen 12, 3).

1.- Trasfondo histórico

Las narraciones sobre Abraham y los patriarcas que nos recoge la Biblia fueron puestas por escrito varios siglos después de los sucesos. Mientras tanto fueron transmitidas oralmente (hay que notar que nos encontramos en una época de cultura oral en que se ejercitaba notablemente la memoria). No podemos pedir a estos textos la exactitud de una crónica (con el paso del tiempo quizá se han añadido detalles pintorescos o imaginativos, se han idealizado personajes…); sin embargo, podemos asegurar que la sustancia que nos transmiten está sólidamente garantizada y que las tradiciones patriarcales están firmemente enraizadas en la historia.

De hecho, se sabe que los nombres usados en la Biblia eran normales en ese período, que las costumbres que nos refieren coinciden con las que conocemos por otros documentos extrabíblicos (y la Biblia los conserva aunque ya no sean los de la época en que se ponen por escrito e incluso algunas resulten escandalosas), que el itinerario recorrido por los patriarcas según la Biblia era el normal en aquel periodo y que sus modos de vida corresponden al de otros muchos clanes de ese tiempo.

Abraham se inserta en las corrientes migratorias de los primeros siglos del 2º milenio a.C. Aunque es difícil precisar mucho, se le suele situar hacia el año 1850 a.C. Abraham es un seminómada que sale de Ur, en Caldea, y se instala en Canaán; pastor de ganado menor, es uno más entre los innumerables jefes de las tribus que emigran buscando pastos para sus ganados. La Biblia no nos cuenta muchos detalles de él que quizá hubieran halagado nuestra curiosidad, sino que se centra en la llamada que Dios le dirigió, en la promesa que le hizo y en su respuesta obediente cumpliendo la misión encomendada.

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ESCUCHA, Fe, Valores y Sociedad

[Conferencia ofrecida al cuerpo docente del Colegio Reina de los Ángeles en Lima, Perú.]

* Primer cuestionamiento inicial: Vemos avanzar la corrupción en tantos lugares de nuestro mundo, en países ricos y pobres. ¿No deberíamos hablar de un fracaso de la educación ante ese hecho? ¿No fueron a algún colegio esas personas?

* Segundo cuestionamiento inicial: Vemos avanzar la legislación contraria a la familia, la vida y la dignidad de la persona humana. ¿No hay ningún católico entre los que apoyan con su voto el llamado “matrimonio” gay, o el aborto, o la eutanasia?

* Esos cuestionamientos nos llevan a preguntarnos sobre la capacidad comunicativa de la educación, como la conocemos. Dos nociones parecen necesarias para superar la situación: más sentido de comunidad educativa, de modo que incluya y articule mejor la relación con padres de familia, personal administrativo, alumnos y directivos; y mayor coherencia y convicción en los docentes, que son quienes están mucho más del 90% del tiempo con los estudiantes.

* En la línea de esa convicción y coherencia, hay que pensar la comunidad educativa como un ambiente “en sintonía,” de modo que los varios mensajes que reciben los estudiantes no se cancelen unos a otros. Y esa sintonía es propia del enlace entre la fe, como opción vital profunda, y los valores que se quieren inculcar en los jóvenes.

* Pero hay tres grandes opositores a la idea de que se puede articular la fe (cristiana y católica) con los valores propios de la sociedad en el siglo XXI:

(1) El cientificismo considera que todo el lenguaje de la fe es pura subjetividad, al mismo nivel de la fábula. La verdad, para el cientificista, la da solamente la ciencia, y por consiguiente, una ética que quiera ser común debe prescindir de todo constructo de fe.

(2) El laicismo considera que la fe es una opción privada que afecta únicamente a un segmento de la población, de manera que todo lo que tenga que ver con la fe debe regir sólo en ámbitos privados, mientras que la esfera pública debe orientar sus discusiones sobre bases distintas, ajenas a todo credo.

(3) El individualismo considera que hay un área amplia de la vida humana en que la autodeterminación y la autonomía rigen, de modo que sería invasivo admitir la entrada de la fe, la religión o el clero.

* La respuesta a estas objeciones implica:

(1) Hacer visibles los límites del preguntar y el hablar de la ciencia distinguiéndola cuidadosamente del cientificismo.

(2) Mostrar cómo la fe cristiana, y concretamente católica, lejos de temer la discusión racional de sus presupuestos, la promueve, incluso como preparación a una fe más profunda.

(3) Cuestionar que una persona pueda ser, en lo privado, de modo distinto de lo que es en lo público, como si se pudiera tener “dos corazones.”

Testimonio de una vocacion dominicana en Hong Kong

“No sé muy bien por dónde empezar pero como el final me gusta voy a empezar por ahí. El pasado mes de octubre de 2012, dejé mi trabajo (un buen trabajo y con la crisis que hay más todavía), para ingresar de lleno en la orden de los dominicos. Esta etapa comenzó hace aproximadamente un año. Ya no resistía más esa voz interior que me decía continuamente, “¿pero qué estás haciendo, en qué estás gastando tu vida?…”, y esa era la sensación que tenía cuando cogí el coche y me fui a ver a mi amigo Chus Villarroel, padre dominico. Después de charlar con él un rato, tomando una cerveza, le solté: “¡Chus! ¿Por qué no entro en los dominicos?, tengo la sensación de que estoy desperdiciando mi vida”. Yo esperaba que me contestaría de la siguiente manera: “pero si tú estás muy bien así, tienes un buen trabajo, tienes una buena casa, tienes gente muy querida, ya eres un poco mayor para esto, no te compliques, además, ya estás muy cerca de la Iglesia y del Señor, con el grupo carismático, vas a misa, vas a retiros, etc…”. Pero no, me dijo que sí, que lo veía, que le parecía bien y que habría que hablar con el superior…”

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Razon y Fe

Estimado Fray Nelson, muchas veces la razón disminuye la fe, algunas veces la anula. Para algo debió dárnosla Dios, pero a veces resulta siendo un enorme obstáculo. ¿Qué papel juega la razón en el camino de acercamiento a Dios? muchísimas gracias! – Preguntado por justanother2 en formspring.me/fraynelson

* * *

De muchos modos la razón ayuda a creer.

(1) Es propio de la razón buscar motivos, explicaciones, leyes, causas. Al permitirnos acceder al mundo como el escenario de diversas causas y efectos, nos invita a preguntarnos por las primeras causas y por los principios más generales, más allá incluso del ámbito de los interrogantes usuales en la ciencia moderna. Esa búsqueda fácilmente conduce hacia el asombro y finalmente hacia Dios.

(2) La razón establece un deber ser moral para cada uno, si reflexiona sobre la propia vida, y también un deber ser para la sociedad. Por ese camino nos permite hablar con propiedad sobre qué es lo bueno y qué es lo malo, pero sobre todo nos permite descubrir nuestra propia realidad de pecadores y de necesitados de redención. este suele ser un requisito para abrirse a la gracia, el perdón y la misericordia divinas.

(3) En el creyente, la razón ayuda en las discusiones sobre temas de fe, de modo que, como dice Santo Tomás, uno puede usar la razón para defender la fe, mostrando la inconsistencia de los ataques contra la fe–aunque de hecho el objeto de la fe no sea demostrable por la sola razón.

(4) También en el creyente la razón permite exponer de modo sistemático los contenidos de la fe, como se hace en la teología.

Lectura creyente de la Biblia, 10 de 10, Claves de lectura de San Pablo

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 10 de 10: Claves de lectura de San Pablo.

* El ser humano encuentra razonable un bien pero luego no lo practica. Su bien “moral,” o sea, el cómo vive, está separado de su bien “lógico” es decir, del deber ser que su conciencia le descubre. Este desgarramiento es obra del pecado, y no hay solución posible en términos de la sola Ley, como quería el fariseísmo, porque la Ley lo que hace es subrayar más y más el bien lógico sin fuerzas para producir el bien moral. Al final, la sola Ley termina siendo un dedo acusador que reclama nuestra condena, y que nos precipita por las cuestas de la hipocresía o el cinismo.

* El ser humano, enseña Pablo, no puede salir de esa condición. Las “Escrituras,” o sea, lo que nosotros llamamos el Antiguo testamento, testifica bien que nuestros solos esfuerzos no dan para restituir la condición de paz y amistad con el Dios justo y santo.

* Por eso es regalo infinito ver que de modo libérrimo Dios envía a su Hijo y lo entrega a la muerte por nosotros. Ese regalo, o GRACIA, ha de ser aceptado, agradecido, acogido con fe. esa fe es la que abre los oídos a la predicación exterior, que viene de los apóstoles, y sobre todo, a la voz interior, que viene del Espíritu Santo de Dios.

Lectura creyente de la Biblia, 09 de 10, Claves de lectura de la Cruz

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 9 de 10: Claves de lectura de la Cruz.

* La pregunta que queremos abordar es la relación entre el ministerio (público) de Jesús y su muerte humillante y dolorosa.

* Para quienes quieren definir a Cristo por su impacto en las estructuras sociales, la muerte del Señor es la consecuencia de haber denunciado a los ricos y poderosos su maldad. Para quienes buscan una lectura existencial del proyecto de vida de Jesús, la Cruz sería una especie de sorpresa inesperada para él. Para los gnósticos, de ante so de ahora, el modo particular de la muerte del Señor en realidad no importa porque importarían sólo sus enseñanzas, comparables a las de otros “maestros.”

* Una lectura atenta a los evangelios permite descartar estas posturas. Hay pasajes específicos que muestran la decepción de Cristo frente al “método” de los milagros, o frente a la capacidad real de impacto de la predicación. Lo que Cristo buscaba con predicaciones o milagros es lo mismo que, de un modo extremo, busca y también asume en la Cruz: de lo que se trata es de la conversión del corazón, que ha de dejar atrás el poder del demonio y del pecado, para abrirse a la novedad del Reino de Dios, y de la acción del Espíritu Santo.

Lectura creyente de la Biblia, 08 de 10, Claves de lectura de lo extraordinario

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 8 de 10: Claves de lectura de lo “extraordinario”.

* Nuestra época en la Iglesia presencia un gran contraste en cuanto a lo sobrenatural, del escepticismo más duro a la credulidad extrema. ¿Qué criterios son útiles?

(1) Pretender negar los milagros y hechos extraordinarios de la Biblia es un acto de fe cientificista que por supuesto es incompatible con la fe en Dios. Pero la incompatibilidad no la da la ciencia sino el cientificismo.

(2) En cuanto a la negación parcial, es decir, a la tendencia de explicar los milagros como coincidencias, casos de estadística, efectos de sugestión o interpretaciones acomodadas, uno ve que ese método terminará por negar la divinidad de Cristo, su concepción virginal y sobre todo, su resurrección. Es decir: la negación parcial pronto se vuelve negación total.

(3) Se da también el caso opuesto: hay gente que quiere sobrenaturalizarlo todo y ver “espíritus” por todas partes. Esa visión, cercana a la superstición y el animismo, no es tampoco expresión de nuestra fe.

(4) La Iglesia es mesurada con este tema. Sabe que al soberanía de Dios sobre TODA la creación implica que en principio el milagro es posible; pero es posible no como parche o remiendo en una creación imperfecta, sino como señal que hace avanzar en la dirección de su Reino, y de su ser propio.

* En cuanto a mensajes y revelaciones, baste recordar que nuestra Iglesia se expresó bien sobre ello en Dei Verbum: al acción de Dios no suprime la acción humana, y todo intento de presentar las revelaciones privadas como puros dictados implica alejarse de nuestra doctrina propia.

Lectura creyente de la Biblia, 07 de 10, Claves de lectura del Antiguo Testamento

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 7 de 10: Claves de lectura del Antiguo Testamento.

* Poco conocido y menos valorado, el Antiguo Testamento permanece como una especie de libro “sellado” para muchísimos católicos. Siendo como es un libro de familia, es injusto ese trato. Al respecto, ayuda tener en cuenta:

(1) Tómese como primera referencia, al leer un pasaje, en qué periodo se encuadra la acción. Esto implica tener presente un esquema básico de la historia que va desde Abraham hasta la época de los Macabeos, por lo menos.

(2) Recuérdese a menudo el principio ya mencionado de la revelación progresiva, que es especialmente necesario para dar un contexto a muchas escenas fuertes de esta parte de la Biblia.

(3) Nos enseña la Constitución Dei Verbum que el AT tiene un valor “permanente.” En efecto, mientras haya en nosotros áreas que no hayan sido plenamente tomadas por Cristo, nos hacen bien las señales que apunten a Cristo y mantengan viva en nosotros la certeza de cuánto le necesitamos.