95.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
95.2. Tu oración es pequeña; eso es verdad. Pero unida a la oración de la Iglesia es muy grande. Y para que descubras el valor de esta oración de la Iglesia, hoy quiero hablarte.
95.3. Lo primero que debes saber a este respecto es que, si el mundo no ha muerto de frío, se debe a que hay hogueras de amor encendido. Pues bien, todo el fuego que arde o que llegue a arder en la faz de la tierra tuvo y tiene su comienzo en aquella llamarada de la que dijo Cristo: «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra…» (Lc 12,49), promesa que cumplió a cabalidad cuando «Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos» (Hch 2,3).