67. Sanado de tu Traición

Amanecer67.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

67.2. Causa extrañeza a tu mente que puedan estar tan próximas la santidad y el pecado, la virtud y el vicio, la belleza y la deformidad. En la contemplación de la naturaleza —antes de que la toque la mano humana— no suelen darse vecinos tan dispares. Un león no es a veces tierno y a veces cruel con las cebras, ni hay por naturaleza leones tiernos y leones crueles, mientras que los hombres varían en sus sentimientos, los tejen y relacionan de modos caprichosos o absurdos, los ocultan o manifiestan cuando les conviene, o a veces padecen terribles conflictos internos: sienten que aman y odian a la vez, descubren que les gustaría que no les gustara lo que les gusta, y, en fin, hacen mil combinaciones más de un universo interno complejo y a menudo agobiante.

67.3. La Biblia toma atenta nota de este desgarramiento interno del corazón humano. El mismo Pedro que recibió de primero la claridad sobre la misión propia de Jesús (Mt 16,16), recibió también de Jesús severa reprimenda por su osadía desorbitada (Mt 16,23); prometió hacerse matar por su Maestro (Mc 14,31) y lo negó (Mc 14,66-72).

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Sobre el Lenguaje Apocalíptico en algunos discursos de Jesús

Jesús, Juicio FinalHay dos comentarios básicos que hacer, antes de abordar un texto como el discurso de Jesús en Mateo 24. Primero, el carácter general del lenguaje apocalíptico. Segundo, los varios niveles del discurso de Nuestro Señor.

Sobre el lenguaje apocalíptico hay que decir que se trata de algo bastante elaborado por el tiempo en que Cristo vivió sobre esta tierra. La “apocalíptica” es todo un género literario que hunde sus raíces en el movimiento profético y hasta cierto punto lo generaliza o extiende. Si fue tarea de los profetas mostrar el parecer de Dios para unas coordenadas concretas de tiempo y lugar, las visiones de tipo apocalíptico ensanchan ese enfoque hasta cubrir todas las naciones y todos los tiempos.

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La Palabra Impronunciable

Maniquíes¿Cuál es la Palabra Impronunciable de nuestro tiempo? ¿Cuál será? ¿Una grosería de baja estofa? ¿Una blasfemia terrible? ¿Una obscenidad burda? Nada de eso; todo eso es “pronunciable” y todo eso brota por todas partes en nuestra sociedad liberal y secular.

Haz en cambio esta prueba: di en voz alta que la inteligencia del hombre es genética y neurológicamente distinta de la inteligencia de la mujer. O di que en las razas humanas hay diferencias, y que lo que es más fuerte en unas no lo es en otras. O di que no todas las llamadas “culturas” son equivalentes. O di que no da lo mismo creer en Cristo que seguir las enseñanzas de Buda o los escritos de Mahoma. Si pronuncias la palabra “diferencia,” no en el sentido liviano de “variación” sino en el sentido primero y directo de realidades que no son ni van a ser lo mismo, seguro que vas a tener problemas.

Todo ello configura a la palabra, o por lo menos el concepto de “diferencia,” como un tabú, tal vez el primer gran tabú del siglo XXI. Cosa que es paradójica porque se supone que todo en nuestra sociedad habla de “pluralismo” y de “multiculturalidad.” Estamos en un mundo que se regocija en la pluralidad pero que en el fondo quiere que las diferencias no marquen nada sustancial.

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66. El Origen de la Paz

Pregunta66.1. Aunque hay igualdades fundamentales entre los seres humanos, ellas son de tal naturaleza que se abren a una diversidad inagotable. En efecto, vuestras facultades propias, como la inteligencia y la voluntad tienen una identidad básica, pero tienen también una apertura radical hacia el objeto que les es propio, a saber, la verdad para la inteligencia y el bien para la voluntad.

66.2. Eres semejante a tus hermanos los hombres en que también ellos, lo mismo que tú, estáis llamados al bien y a la verdad, pero como no estáis predestinados a un bien particular o a una verdad única, resulta así que de la unidad de naturaleza y de especie nace la diversidad de los individuos.

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¿Es la Ecología la Nueva Religión?

EcologíaLa Ecología es la ciencia que mira a los seres vivos en relación con su entorno y por ello mismo en la complejidad de sus mutuas relaciones. Es una ciencia con nombre hermoso porque la raíz “eco” viene del griego “oikos” que quiere decir “casa;” es la misma raíz que está en la palabra “economía.” Según eso, la ecología quiere que conozcamos nuestra “casa común,” que en cierto sentido es este planeta Tierra, y en otro sentido se confunde con el universo, con el cosmos mismo.

Surgimiento de la Conciencia Ecológica

El surgimiento de la ecología hasta las primeras planas de los diarios no sucede por causas tan hermosas, sin embargo. El siglo XIX inició la llamada Revolución Industrial, de la cual podemos decir que no se ha detenido. Las máquinas de vapor, o más tarde, de los derivados del petróleo, el uso extenso de la electricidad y el fenómeno imparable del urbanismo han afectado no sólo nuestras vidas sino el presente y el futuro de la vida en el planeta. Los primeros usuarios de los vehículos de gasolina tenían demasiadas cosas de qué preocuparse para darse cuenta de que sus aparatos estaban también produciendo contaminación. Con una población motorizada de millones y millones de personas aglomeradas en espacios relativamente pequeños, pronto esta contaminación se hizo visible. Ciudades como Londres o Chicago se hicieron famosas por su “smog,” neologismo para designar una niebla (fog) que viene del humo (smoke) de nuestras máquinas. El smog fue una de las primeras señales de que no todo iba bien con el avance acelerado de la industrialización.

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