Carta a mi Madre

Mamá,

Cada día envío mensajes electrónicos a miles de personas. Cada día respondo mensajes personales de decenas de personas. Cada día siento el cariño y el apoyo de muchos hombres y mujeres que me dejan saber, a través de Internet, cuánto aprecian la obra que se hace aquí, en FRAYNELSON.COM.

Y sin embargo, mamá, entre todas las direcciones electrónicas con las que me conecto a diario no está la tuya, y por eso será otra persona, alguno de nuestros miles de suscriptores, quien te lea estas palabras o quien te cuente que te escribí. Tú no tienes un e-mail pero tu conexión con mi alma y con mi palabra son tan evidentes para mí que casi me parece que sabes lo que te voy a decir antes de que lo diga.

Nunca te había escrito por Internet pero hoy había que hacer una excepción. ¿Puedo decirle a todos que siempre te quiero mucho, y contarles que estás cumpliendo años? ¿Puedo decirles que me siento orgulloso de ti, de los años que nos has entregado, de la manera como has amado, y de tu dulce terquedad en la oración? ¿Puedo decirles que cada vez que alguien me dice: “Fray Nelson, sus palabras me llegaron” yo pienso primero en ti, que rezas todos los días el Santo Rosario para eso, para que mis palabras lleguen? ¿Les digo también que se me humedecen los ojos de gratitud apenas pienso cuánto te debo?

El primer recuerdo que tengo en mi memoria, lo primero y más antiguo que logro recordar en mi cerebro es una imagen borrosa de Lida, tía mía y hermana tuya, llevándome de la mano a la iglesia parroquial de la Calle 57 en Barranquilla. Ella, que no era muy alta, quedó grabada en mi memoria como un gigante. Luego pienso que en realidad lo era, porque su fe, su pureza y su caridad eran sencillamente inmensas. Debo agradecerte a ti y a Chicho que hayan escogido esa madrina para mí. Estoy seguro que con el agua de mi bautismo ella quiso derramar su ternura misma por mí… y ese amor dio fruto en su tiempo.

Pero no fue Lida la primera persona que me llevó a Misa. Escondido en tu vientre, abrazado por tu cuerpo, iba yo donde tú ibas, y así entré muchas veces a la iglesia. No sé si fue por aquella época cuando compraste los libros de novenas y devociones que te veo usar todavía. Esas páginas, y las cuentas de tu Rosario te han oído rezar por cada uno de nosotros. Ellos oyeron tu plegaria cuando supiste que estabas embarazada de mí. Ellos iban en una maleta para el hospital en Mayo de 1965 para acompañarte en la dolorosa cesárea y su respectiva convalescencia. Ellos estaban a tu lado cuando una y muchas veces herí mi cabeza (¿recuerdas las escalabradas?) y tú te quedaste sin más refugio que orar con tus libritos de devoción, pidiendo la curación del travieso del Nelson.

Mamá, si hay algo constante en tu vida, aún más que el sacramento del matrimonio que te unió a Chicho para siempre, es la oración. Nunca te lo he dicho y hoy tengo que gritarlo: TE ADMIRO. Eres un ejemplo para mí con tu fe, con tu plegaria, con tu manera perseverante de decir el amor, primero con las obras que con las palabras.

Chicho tiene de qué sentirse feliz. Es uno de los hombres más felices que he conocido. Y tú eres la persona que ha colmado de significado y de alegría la vida de él, así como has llenado de amor y de fuerza las vidas de nosotros, hijos de uds. Gracias por existir, mamá. Gracias por haber querido ser y haber sabido ser eso: MAMÁ.

Todavía espero escribirte en otras ocasiones. Pero si el tiempo, que pasa tan rápido, me impidiera decirte desde mi mesa de trabajo cuánto te quiero y cuánto te debo, los años nunca me impedirán decirle a Dios, desde la mesa del altar, cuánto yo te agradezco y cómo anhelo que seas feliz para siempre en su gloria.

¡Feliz cumpleaños, Mamá! ¡Besos a todos!

2 respuestas a «Carta a mi Madre»

  1. Saludos.
    Me identifico plenamente con su sentimiento y agradezco por vuestra existencia … los conocí en el ‘Santoto’.
    Mi Mamá también cumplió años en mayo 03 y fué muy lleno de ternura el encuentro con mis hermanos excepto el mayor y mi Padre quien desde hace más de 15 años se fué del hogar.
    Cada familia con sus popios esfuerzos, logros y Superación.
    Gracias.

  2. Dios te bendiga a ti por ser agradecido con tu madre y la bendiga a ella por tener un hijo como tú, que amas y sirves a Dios.

    Mis felicitaciones a tu querida y respetada mamá por su cumpleaños y por tener hijos así comprometidos con la causa de su Evangelio.

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