Santa Catalina y el Ecumenismo
Para el lenguaje del pacifismo es “herejía” lo dicho aquí: que hay que encontrar no sólo qué nos une con los demás cristianos, positivamente, sino: a qué enemigos comunes debemos enfrentarnos. Descubrirlos supone que nuestros enemigos no son los que herejes sino las herejías. Más aún: no son las herejías en su conjunto sino aquello que en ellas es falso y dañino, en primer lugar para quienes las sostienen.