¿Una teoría absurda? Quizá la tecnología digital, vista a través de la teoría de los infinitos de Cantor, vuelva a dar la razón al filósofo de la Academia.
Cuando estudiábamos a Platón y su mundo de “ideas” en el tiempo de mi Licenciatura en Filosofía siempre se nos presentaba como una especie de “mal paso” que pronto quedaría superado con el realismo aristotélico. Para mí la palabra “platónico” tenía y aún conserva un cierto sabor vecino y pariente de “irreal” y de “fantasioso.”
Los años han hecho justicia y creo que me estoy preparando para salir de ese cliché. Partamos de la base de que un hombre tan brillante, maestro de genios además, no pudo haberse ganado la vida arrendando palacios imaginarios. El mundo de las ideas puede ser caricaturizado de muchas maneras pero mil caricaturas no invalidan una intuición que puede tener aciertos notables.