Segundo error: Apelar a una rutina juiciosa y seguir como si nada pasara
Otros ven las cosas de un modo menos trágico y más estoico. Su consigna es “Sigamos haciendo bien lo que sabemos hacer bien. La tormenta pasará y la gente volverá.”
Hay un núcleo valioso de esperanza y de deseo de fidelidad en estas palabras pero también hay riesgo de miopía ante los signos de los tiempos. Cuando los cristianos fueron expulsados de Jerusalén hubieran podido quedarse en ciudades pequeñas y menos problemáticas como Jericó y allí esperar a que “pasara la tormenta.”