La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
Natural de Tívoli, en el campo de Roma, es hijo de Castino. Le vemos formando parte del clero romano y sucediendo al Papa San Hilario en la Sede de Roma, en marzo del año 467.
Le toca vivir y ser Supremo Pastor en un tiempo difícil por la herejía y la calamidad dentro de la Iglesia, que aparece como inundada por el error.
En Occidente, Odaco se ha hecho dueño de Italia y es arriano como los godos en las Galias, los de España y los vándalos en África. El panorama no es muy consolador. Los ingleses aún están en el paganismo.
Para Oriente no van mejor las cosas, aunque con otros tonos en cuanto a la vida de fe.
El emperador Zenón y el tirano Basílico favorecen la herejía de Eutiques. Los patriarcas han resultado ambiciosos de poder, y las sedes patriarcales son una deseada presa más que un centro de irradiación cristiana. ¡Lamentable estado general de la Iglesia que está necesitando un buen timonel!
El nuevo Papa adopta en su Pontificado una actitud fundamental: atiende preferente al clero. Procura su reforma, detectando el error y proponiendo el remedio con la verdad sin condescendencias que lo acaricien.
Muestra perseverancia firme y tesón férreo cuando debe reprimir la ambición de los altos eclesiásticos.
Modera la Iglesia que está en Oriente, siendo un muro de contención frente a las ambiciones de poder y dominio que muestra Acacio, Patriarca de Constantinopla, cuando pretendía los derechos de Alejandría y Antioquía.
No cedió a las pretensiones del usurpador Timoteo Eluro, ni a las del intruso Pedro, el Tintorero. Defendió la elección canónica de Juan Tabenas como Patriarca de Alejandría frente a las presiones de Pedro Mingo, protegido por el emperador Zenón.
Gobierna la Iglesia que está en Occidente, mandando cartas a otro Zenón, Obispo de Sevilla, encargándole rectitud y alabando su dedicación permanente a la familia cristiana que tiene encomendada.
También escribe a Juan, Obispo de Rávena, en el 482, con motivo de ordenaciones ilícitas: "Quien abusa de su poder", -le dice-, "merece perderle". En el año 475 manda a los Obispos galos, Florencio y Severo, corregir a Gaudencio y privar del ejercicio episcopal a los que ordenó ilícitamente, al tiempo que da orientaciones para distribuir los bienes de la Iglesia y evitar abusos.
En su Diócesis de Roma se comporta como modelo episcopal, entregándose al cuidado de sus feligreses, de tal forma que pareciera que no tuviera en sus hombros a la Iglesia Universal. Aquí cuida especialmente la instrucción religiosa de los fieles, facilita la distribución de limosnas entre los más pobres, y dicta normas para atender primordialmente la administración del bautismo.
Aún tuvo tiempo para dedicar el primer Templo en el Occidente a San Andrés, el hermano del Apóstol Pedro, iuxta sanctam Mariam o iuxta Praesepe, sobre el monte Esquilino.
También convocó un Concilio para explicitar la fe ante los errores que había difundido Eutiques, equivocándose en la inteligencia de la verdad. Porque, en su monofisismo sólo admitía en Cristo la naturaleza divina, con lo que se llegaba a negar la Redención.
Los datos exactos de su óbito no están aún perfectamente esclarecidos, si bien se conoce que fue en el mes de febrero del año 483. Sus reliquias se conservan en Tívoli.
Los contemporáneos del Santo conocieron bien la austeridad de su vida y su constante oración, hasta el punto de afirmar que rezó como un monje y se mortificó como un solitario del desierto. Sin esos medios, su labor de servicio a la Iglesia hubiera resultado imposible.
Miami, Usa - Amado hijo hoy damos gracias a Dios y a su santísima madre la Virgen María, por estos 24 años de vida. Que ellos te sigan bendiciendo, protegiendo y guiando en todo momento. con todo mi amor tu mami, hermana y papá.
Moyobamba-San Martín, Perú (2006) - Que sean muy felices bendecidos e iluminados por el Señor los amamos tus hijas: karen, Adriana, Claudia, Arianita, Camilita y Rosita.
En aquellos días, Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria. Era un hombre muy valiente, pero estaba enfermo de lepra. En una incursión, una banda de sirios llevó de Israel a una muchacha, que quedó como criada de la mujer de Naamán, y dijo a su señora: "Ojalá mi señor fuera a ver al profeta de Samaría: él lo libraría de su enfermedad." Naamán fue a informar a su señor: "La muchacha israelita ha dicho esto y esto." El rey de Siria le dijo: "Ven, que te doy una carta para el rey de Israel." Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez trajes. Presentó al rey de Israel la carta, que decía así: "Cuando recibas esta carta, verás que te envío a mi ministro Naamán para que lo libres de su enfermedad."
Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las vestiduras, exclamando: "¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue de librar a un hombre de su enfermedad? Fijaos bien, y veréis cómo está buscando un pretexto contra mí." El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras y le envió este recado: "¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel. Naamán llegó con sus caballos y su carroza y se detuvo ante la puerta de Eliseo. Eliseo le mandó uno a decirle: "Ve a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia." Naamán se enfadó y decidió irse, comentando: "Yo me imaginaba que saldría en persona a verme, y que, puesto en pie, invocaría al Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me libraría de mi enfermedad. ¿Es que los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no valen más que toda el agua de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y quedar limpio?" Dio media vuelta y se marchaba furioso. Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: "Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuanto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes."
Entonces Naamán bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: "Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel."
Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio (2 Reyes 5,1-15a)
Salmo
Como busca la cierva / corrientes de agua, / así mi alma te busca / a ti, Dios mío. R.
Tiene sed de Dios, / del Dios vivo: / ¿cuándo entraré a ver / el rostro de Dios? R.
Envía tu luz y tu verdad: / que ellas me guíen / y me conduzcan hasta tu monte santo, / hasta tu morada. R.
Que yo me acerque al altar de Dios, / al Dios de mi alegría; / que te dé gracias al son de la cítara, / Dios, Dios mío. R.
Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios? (Salmo 41)
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio."
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
Jesús, igual que Elías y Eliseo, no ha sido enviado únicamente a los judíos (Lucas 4,24-30)
Purificar la certeza de haber sido elegidos por Dios consiste en descubrir que ha sido amor suyo y no mérito nuestro lo que le llevó a elegirnos. 5 min. 39 seg.
Los planes, la creatividad, la misericordia y la bondad de Dios van más lejos de lo que pensamos y deseamos; dejemos pues que Él ensanche nuestro horizonte con su sabiduría. 5 min. 49 seg.
Nos liberamos de nuestra lepra a través de las enseñanzas de los santos que nos iluminan, avivando el don de la fe, caminando en humildad y en obediencia a Dios. 5 min. 51 seg.
Jesús abrió la puerta de la gracia a todos los que no somos de raza judía, por eso lo que hubiera parecido un simple fracaso se convirtió en una gran oportunidad y en una inmensa bendición. 5 min. 3 seg.
Descubrimos cómo ser profetas allí donde Dios nos ha puesto al practicar las virtudes domésticas propias de la convivencia, la coherencia y la oración de intercesión. 6 min. 56 seg.
Errores en nuestra vida cristiana: encerrarnos en nosotros mismos y crear una religión de élite donde solo se buscan beneficios, comodidad y tolerancia. 5 min. 14 seg.
Debemos valorar la fe que Dios nos ha dado y al mismo tiempo aprender a tener estima por esos valores que el Espíritu Santo da más allá de las fronteras de la Iglesia. 6 min. 27 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 Naamán había ganado muchas guerras pero estaba perdiendo su batalla contra la lepra. La lepra era el punto negro, el gran lunar, el centro de su vergüenza. La lepra era el espacio de derrota de un hombre acostumbrado a triunfar. Pero los hechos se dieron de tal modo que ese espacio de derrota se volviera un espacio de triunfo, no suyo, sino de Dios.
1.2 Es una especie de constante esto en la Biblia: aquello que nos avergüenza y nos deshonra es a menudo la grieta por la que el plan de Dios se cuela en nuestra planes. Dios irrumpe por la brecha abierta que dejan nuestras derrotas y problemas no resueltos. De este modo transforma lo más bajo en lo más alto. Cuando somos así salvos no cabe espacio para el orgullo sino sólo proclamación de la piedad y el poder de Dios.
2. No compres, que no está en venta
2.1 Naamán se cargó unas cuantas arrobas de regalos para el rey de Israel: "diez barras de plata, seis mil monedas de oro, diez vestidos nuevos...". Eliseo no acepta los regalos. No por falta de educación sino porque Naamán debía entender que las relaciones con el Dios de Israel no eran comparables a las relaciones políticas entre los reyes que este general conocía.
2.2. En las leyes de la diplomacia los "regalos" son el método usual para buscar el favor o gracia del rey o soberano a quien se ofrecen. Tal recurso es superfluo cuando se trata del Dios Altísimo, el Dios de Israel: nada le hace falta y su gracia no está en subasta al mejor postor.
2.3 Aceptar este lenguaje es maravilloso y a la vez difícil. Maravilloso porque nos introduce en la dimensión del amor sin intereses. Difícil porque implica reconocer la radical indigencia que tenemos en aquellas cosas que son tan importantes en nuestra vida como era la salud en la vida de Naamán.
3. "Nadie es profeta en su tierra"
3.1 En el evangelio de hoy Cristo toma el ejemplo de Naamán, y otros semejantes, para ilustrar cómo se cumple aquello de que "nadie es profeta en su tierra". El mensaje fue tan claro que sus compatriotas, locos de ira, piensan en deshacerse de él de inmediato despeñándolo.
3.2 ¿Por qué sucede así? ¿Por qué nadie es profeta en su tierra? Si lo miramos desde el punto de vista del profeta no se ve una razón; pero si pensamos en los vecinos o paisanos del profeta algo podemos entender: reconocer un profeta en medio de nuestro barrio o ciudad es admitir nuestra propia ceguera para leer lo que el profeta lee y para entender lo que el profeta entiende. Es sobre todo la soberbia la que nos impide admitir en paz que Dios hace con otros obras que no hace con nosotros, muy seguramente porque no le dejamos.
3.3 Vencida la soberbia y bajada la cabeza los ojos se abren y empezamos a reconocer que hay testigos del amor divino en todas partes... ¡también a nuestro lado!