Una homilia para el 29 de Diciembre, mirando y aprendiendo de Simeón.
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
Una homilia para el 29 de Diciembre, mirando y aprendiendo de Simeón.
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Técnicamente hablando el siglo XXI empezó el 1 de Enero del 2001, y por tanto su primera década culminará el 31 de diciembre del año 2010. Sin embargo, hay un algo en nuestra mente que nos hace sentir diferentes cuando, al escribir una fecha, tengamos que usar 201… y no 200… como veníamos haciendo desde el 2000.
El balance, ya no de un año, sino de una década, nos deja inquietos: estos fueron los años de las Torres Gemelas, el Tsunami, al crisis financiera, los escándalos del clero en muchos países, la conciencia global sobre los desastres ecológicos que nos afectarán por el resto del siglo. En esta década se nos fue Juan Pablo II, llamado El Grande. Este ha sido también el decenio en que algunos de los peores abortistas que la humanidad ha conocido han llegado al poder, con gran talante: Barack Obama y José Luis Rodríguez Zapatero.
Hay cosas buenas que contar, por supuesto: uno de los mejores teólogos que ha tenido la humanidad recientemente es ahora nuestro Papa, y su palabra marcará el rumbo de la Iglesia por muchos lustros. Los esfuerzos ecuménicos pasan por un momento notable y prometedor con anglicanos tradicionales, ortodoxos griegos y rusos, luteranos, algunos episcopalianos y están notoriamente mejor las posibilidades con los seguidores de Mons. Lefebvre.
En la ciencia, no pocos esperamos grandes revelaciones de la herramienta más gigantesca que se haya construido jamás para explorar la materia: el nuevo acelerador de partículas del CERN, en la frontera franco-suiza.
Los movimientos pro-vida van llegando a una mayoría de edad, si podemos decirlo así, y su capacidad de convocatoria no ha hecho sino crecer. Muchas comunidades religiosas y seminarios reciben abundantes vocaciones, desmintiendo abiertamente las triunfalistas predicciones de ateos y agnósticos.
Somos además, y ante todo, una humanidad mucho más consciente de su unidad interior. Parece que nos va quedando calro que, sea como planeta o como sociedad, nos salvamos todos o nos hundimos todos.
Pido que miremos con sereno optimismo el futuro inmediato, sin poner tanto nuestras esperanzas en nuestros líderes actuales sino más bien en tantos movimientos de base que están preparando nuevas formas de resistir a las oleadas pegajosas del consumismo y el hedonismo. Hablo de aquellos que, como dignos herederos de los “Pobres de Yahvé,” educan a sus hijos para que sean guerreros de la causa de Cristo, bien formados en las armas del ayuno, la oración, la liturgia, el conocimiento de la fe, la práctica de las obras de misericordia, la vivencia de los sacramentos, el anhelo mismo de la santidad.
Así lo digo y que sea claro el mensaje: Dios ya está preparando su gente. Despuntará una generación humilde pero muy valiente, bien preparada en su mente y su corazón, capaz de insertarse casi insensiblemente en las instituciones envejecidas. Cuando llegue el momento ellos traerán un amanecer de gracia. No sucederá pronto, pero sí sucederá, y este año 2010 será importante en ese caminar.
Una homilía en la Fiesta de los Santos Inocentes, Mártires.
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