ASCETICA SACERDOTAL

Hablar de San Juan María Vianney es recordar la figura de un sacerdote extraordinariamente mortificado que, por amor de Dios y por la conversión de los pecadores, se privaba de alimento y de sueño, se imponía duras disciplinas y que, sobre todo, practicaba la renuncia de sí mismo en grado heroico. Si es verdad que en general no ¡se requiere a los fieles seguir esta vía excepcional, sin embargo, la Providencia divina ha dispuesto que en su Iglesia nunca falten pastores de almas que, movidos por el Espíritu Santo, no dudan en encaminarse por esta senda, pues que tales hombres especialmente son los que obran milagros de conversiones. El admirable ejemplo de renuncia del Cura de Ars, “severo consigo y dulce con los demás,” recuerda a todos, en forma elocuente e insistente, el puesto primordial de la ascesis en la vida sacerdotal.

Persuadidos de que “la grandeza del sacerdote consiste en la imitación de Jesucristo”, los sacerdotes, por lo tanto, escucharán más que nunca el llamamiento, del Divino Maestro: Sí alguno quiere seguirme, renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. El Santo Cura de Ars, según se refiere, había meditado con frecuencia esta frase de nuestro Señor y procuraba ponerla en práctica. Dios le hizo la gracia de que permaneciera heroicamente fiel; y su ejemplo nos guía aún por los caminos de la ascesis, en la que brilla con gran esplendor por su pobreza, castidad y obediencia.

Continuar leyendo “ASCETICA SACERDOTAL”