100.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
100.2. Hay un texto que con razón te hace estremecer; allí donde la Carta a los Hebreos resume en cierto modo el límite de la grandeza de la fe de tus antecesores: «En la fe murieron todos ellos, sin haber conseguido el objeto de las promesas: viéndolas y saludándolas desde lejos y confesándose extraños y forasteros sobre la tierra» (Heb 11,13).