67. Sanado de tu Traición

Amanecer67.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

67.2. Causa extrañeza a tu mente que puedan estar tan próximas la santidad y el pecado, la virtud y el vicio, la belleza y la deformidad. En la contemplación de la naturaleza —antes de que la toque la mano humana— no suelen darse vecinos tan dispares. Un león no es a veces tierno y a veces cruel con las cebras, ni hay por naturaleza leones tiernos y leones crueles, mientras que los hombres varían en sus sentimientos, los tejen y relacionan de modos caprichosos o absurdos, los ocultan o manifiestan cuando les conviene, o a veces padecen terribles conflictos internos: sienten que aman y odian a la vez, descubren que les gustaría que no les gustara lo que les gusta, y, en fin, hacen mil combinaciones más de un universo interno complejo y a menudo agobiante.

67.3. La Biblia toma atenta nota de este desgarramiento interno del corazón humano. El mismo Pedro que recibió de primero la claridad sobre la misión propia de Jesús (Mt 16,16), recibió también de Jesús severa reprimenda por su osadía desorbitada (Mt 16,23); prometió hacerse matar por su Maestro (Mc 14,31) y lo negó (Mc 14,66-72).

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