19.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
19.2. Muchos se preocupan hoy por saber de los Ángeles. A menudo se trata de curiosidad o cansancio de una vida materialista y absurda. De ti te puedo decir que apenas empiezas. Dios quiere que seamos amigos y que la dulzura de su amor haga un lazo que una a todos los que somos beneficiarios de su gracia. Simplemente es ilógico que, habiendo sido creados por Uno solo y redimidos por Uno solo que es Fuente de toda unidad, pretendan los humanos caminar tan solos. ¡Precisamente vosotros sois los más necesitados de todos! ¿Qué clase de soberbia os empuja a buscar esa soledad estéril y perniciosa?
19.3. En el Reino de Dios nadie debe estar solo: la dulce comunicación de bienes de todo género es la condición natural y continua de los hijos de Dios, a imagen de la perpetua y admirable comunión que hay en el seno del misterio mismo de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.