13.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
13.2. Hoy quiero meditar contigo la semejanza y la diferencia que hay entre la creación y la redención. Sabes que la redención o salvación ha sido llamada “nueva creación” (2 Cor 5,17; Gál 6,15), y no sin razón, porque la transformación realizada cuando el amor de Dios Padre se desborda en el alma humana en atención a los méritos de Cristo es sólo comparable a la obra de la creación.
13.3. Tú no fuiste testigo de tu creación, mientras que sí puedes notar mucho de la obra de tu redención. Digo esto, y sin embargo te invito a que descubras de modo nuevo lo que significa ser creado, que es algo muy próximo a presenciar tu propia creación. Revestido de este conocimiento tendrás la parábola más alta para saber qué fue lo que Cristo, Nuestro Señor, hizo por ti y por tus hermanos los hombres.