Una de mis expectativas al llegar a Europa, la culta Europa, era ver qué clase de televisión encontraría aquí. El balance tiene su gracia. Hay canales que entran con una calidad máxima, y otros, de tipo más científico o formativo que entran menos bien y que reciclan más la programación. Los primeros trasnmiten realities, muestras de moda, novelones, historias de farándula. Los segundos hablan de historia, tecnología aplicada, ciencia e investigación. La proporción numérica es impresionante también. Hay seis o siete canales (¿o son ocho?) del primer estilo y uno, o uno y medio del segundo.