7. ¿Y con qué se puede quedar la Iglesia?
El futuro “en paralelo,” es decir, construido desde la conjunción de procesos simultáneos que se retroalimentan, abarca muchas realidades sociales, culturales, académicas y lingüísticas. Afecta, por consiguiente, a los cristianos, que no son ajenos al mundo en que viven, y afecta también a la misión de la misma Iglesia.
Es sobre todo un asunto de énfasis. Un ejemplo que me gusta repetir es aquella historia sobre Pablo en Atenas. Una ciudad llena de ídolos. Es una imagen del mundo antiguo pero también de nuestro mundo cargado de tecnología y de nuevas idolatrías, a veces inconscientes. La gente puede adorar tanto el ídolo de la salud que ve con absoluta insensibilidad que se haga clonación de embriones humanos para sacar células de repuesto. El razonamiento es: “Si eso me cura de mi enfermedad, es bueno.”