5. Los últimos 200 años
Hay una revolución que quedó pendiente del siglo XX. Nos hablaron durante décadas de la energía nuclear. Se suponía que con inversiones de infraestructura muy altas, pero muy durables, pronto la Humanidad tendría a su alcance cantidades ilimitadas de energía relativamente barata y accesible. El surgimiento de una mayor conciencia ecológica fue cambiando la marea y el desastre de Chernobyl vino a dar una especie de golpe de gracia a ese sueño. Hoy por hoy, a lo menos en Europa, los sentimientos hacia la energía nuclear son cualquier cosa menos favorables.