14. Elena Cuenta su Historia
El fuego crepitaba dando una sensación de reunión de amigos y de paz al comienzo de la primavera. Elena entendió rápidamente que no podía defenderse con otra cosa que no fuera la verdad, así que se dispuso a confesarlo todo, con la presunción de que hablar le salvaría la vida.
Y no se equivocaba. Ninguno de ellos era hombre o mujer de armas. No querían lastimarla sino tomarla como guía, así fuera una guía un poco forzada.
Mateo empezó, con tono solemne:
–No vamos a hablar de mis compañeros, que fueron brutalmente asesinados sin causa justa. Hoy nos ocupa otro asunto. El monje, el señor Kunev.