¡Carreras!

¡Hoy todo son carreras! Unas últimas conversaciones y entrevistas, saludables y bellas, pero con el sabor de que faltaría más tiempo. Hay que ocuparse de muchas cosas y tratar de que nada se quede olvidado o inconcluso.

Pienso mientras tanto en la muerte. Pienso en que es el viaje que se acerca entre todos los que se acercan. Pienso que mi vida es demasiado pobre y pequeña, y que le falta brillo y fecundidad. Me arrojo en las manos de Dios y trato de empacar algunas cosas de la maleta. Es la vida de un predicador: llevar cosas y palabras pero también lágrimas y silencios, esperanzas y mucho amor, sobre todo eso: amor.