Catena Áurea de Santo Tomás de Aquino

“Se llama Catena Aurea la obra que resulta de recopilar escritos de los “Padres de la Iglesia”, siguiendo los textos completos de los Evangelios, a modo de exposición o comentario. Entre las varias catenas que se hicieron en la Edad Media, una de las más conocidas es la hecha por Santo Tomás de Aquino (siglo XIII), que es la que aquí se ofrece…”

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LA GRACIA del Jueves 28 de Enero de 2016

MEMORIA SANTO TOMÁS DE AQUINO, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

Santo Tomás de Aquino nos enseña con su testimonio y escritos que la búsqueda de la sabiduría es el ejercicio honesto de la inteligencia, la cual es santificada por nuestra fe.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

Curso de Mariología 2015, Tema 4: San Bernardo y Santo Tomás de Aquino

[Curso ofrecido en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, en el segundo semestre de 2015.]

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Tema 4: San Bernardo y Santo Tomás de Aquino

* 04 San Bernardo y Santo Tomás de Aquino

San Bernardo de Claraval (1090-1153)

Notas biográficas:

* Pertenece a un momento de renovación dentro de la familia Benedictina. A mediados del siglo XI, en una población francesa llamada Cîteaux (Cister) es donde Bernardo realiza su gran aporte en la reforma de su orden.

* Se considera como el hombre que cambió su siglo (XII) gracias a la profundidad de su doctrina, la elocuencia de su palabra y la santidad de su vida.

* Consejero de reyes, predicador popular pero sobre todo fue un maestro espiritual. Como abad era el padre espiritual de su hermanos monjes cistercienses a los que alimentaba y guiaba espiritualmente.

* En su tiempo surge el fenómeno de las Cruzadas (portadores de la Cruz), que intenta recuperar el norte de África del dominio musulmán. Para la mentalidad musulmana de lo que se trata no es de convertirse personalmente sino de conquistar terrenos. Para ello habrá que entregar a Alá y destruir todo lo que sea contrario a la fe islámica.

Temas:

* Le debemos la primera gran sistematización de la Mística Cristiana. Presenta el camino de la unión con Dios de una manera sistemática: ese es su gran tema. Se apoya en la Sagrada Escritura, Padres de la Iglesia y en su propia experiencia.

* En su famoso Sermón del Acueducto habla de que de la abundancia de Dios nos llega la Gracia y la posibilidad de unirnos con Dios. María se convierte en el medio y canal para que la Gracia nos llegue y además Ella es puerta abierta hacia el Cielo.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274)

Contexto

* Nacimiento de las Universidades

* La tercera entrada de Aristóteles en el mundo cristiano

* Nueva generación de clérigos formados en la reflexión sistemática

Averroes, el comentador.

* Posee una cosmovisión. Solo hay una posibilidad de encontrar y entender lo invisible (forma o concepto) y es a través de un único Entendimiento Agente. Dios (Alá) es el único entendimiento agente y una discrepancia o ignorancia significa enemistad con Dios.

* Santo Tomás piensa que hay un entendimiento agente en cada alma. No podemos igualar nuestro entendimiento con el de Dios ni juzgar a los demás porque tenga un entendimiento diferente al mío.

* Averroes llega una doble verdad. Así, averroísmo sostiene ideas que son incompatibles diciendo que son incomparables.

Obras principales:

* Comentario del Ave María

* III Suma Teológica: Dentro de la Cristología nos encontramos la Mariología que es la custodia de la verdad de los misterios de Cristo. María es fuente única de la Naturaleza humana de Cristo, pero es más que madre de la Naturaleza de Cristo porque es madre de la Persona de Cristo.

* Santo Tomás piensa María tiene una Omnipotencia Suplicante no por sí misma, sino por la ausencia de pecado en Ella.

Alcance de la Gracia.

* Para Santo Tomás, antes de nacer María fue purificada de todo pecado pero no la califica como Inmaculada. Piensa que sucedida la animación (recepción del alma mandada por Dios), se da una purificación (en el alma de María).

* También afirma el Santo que desde que hay ser humano en el seno materno, ya hay vida humana y ese ser tiene ya dignidad humana. Cuándo empieza a haber vida humana dependerá de los avances de la ciencia de cada tiempo, pero el principio tomista está claro y siempre se aplica.

* Los grandes argumentos en favor de la Inmaculada Concepción y de la Impecabilidad de María ya están en Santo Tomás: Ella es verdadera Madre de Uno que es Dios, porque es madre de la persona de Cristo.

Divina Eucaristía, 1 de 2, Meditación sobre el Pange Lingua

La más alta teología y la más hermosa poesía se conjugan en el conocido himno eucarístico de Santo Tomás de Aquino.

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.

In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.

Amen.

Traducción de este himno latino al español, disponible aquí.

Las palabras de Santo Tomás sobre la Eucaristía y las manos consagradas

Ahora formo parte de un voluntariado por medio de la Iglesia aquí en California, el cual asiste a los pacientes terminales. Quieren que me vuelva Ministro extraordinario de la comunión para poder llevarle la Eucaristía a los pacientes que no pueden asistir a la Iglesia. Lo que sucede es que no me siento siento digna de coger la Eucaristía con mis manos. Me da miedo herir a nuestro Señor, ya que mis manos no han sido consagradas. Santo Tomas dijo que solo las manos consagradas deberían ser los que sostengan la eucaristía con las manos. En uno de los mensajes de la Virgen, no me acuerdo cual aparición, ella dice que no debemos recibir al Señor con las manos, pero la Iglesia, que es Santa, me pide algo distinto. Que hacer? – C.A.

* * *

Es bien conocido mi entusiasmo por las enseñanzas de Santo Tomás pero es claro que su argumento tiene un valor limitado en esta materia. En la fe de nuestra Iglesia hay enseñanzas de distinto valor y de distinta permanencia.

Por dar un primer ejemplo, no es lo mismo lo que dice Santo Tomás sobre la Trinidad que lo que dice sobre el Limbo. Este estudio de la Comisión Teológica Internacional, tomado de la página web del Vaticano, muestra que la Iglesia no sigue hoy lo que decía Tomás de Aquino en cuanto a los niños que mueren sin bautismo.

No se debe concluir de ahí apresuradamente, como hacen algunos teólogos de poca preparación por estos días, que “Santo Tomás ya está superado.” Lo que hay que concluir, de modo sereno y sano, es que no toda su enseñanza tiene el mismo valor ni la misma permanencia.

Sobre esto, hay otro ejemplo que está más cercano a la vida litúrgica de la Iglesia. Pensaba Santo Tomás que un diácono no debía, de modo ordinario, ser ministro de la Comunión, es decir, de dar la Sagrada Comunión a los fieles. En la Suma Teológica, Parte II, Cuestión 82, Artículo 3, en respuesta a la Objeción 1, dice: “El diácono, como más cercano al orden sacerdotal, participa algo de su oficio, y así administra la sangre, pero no el cuerpo, a no ser en caso de necesidad y mandándoselo el obispo o el presbítero. En primer lugar, porque la sangre de Cristo está contenida en el cáliz, por lo que no es preciso que la toque el ministro, como ha de tocar el cuerpo de Cristo. Segundo, porque la sangre indica la redención que de Cristo llega al pueblo, por lo que la sangre se mezcla con agua, un agua que designa al pueblo. Y puesto que los diáconos están entre el sacerdote y el pueblo, es más adecuado para ellos la distribución de la sangre que la del cuerpo.”

Es un texto que difiere de varios modos de lo que enseña y practica la Iglesia hoy. En el Código de Derecho Canónico actual, Canon 910 § 1. leemos: “Son ministros ordinarios de la sagrada comunión el obispo, el presbítero y el diácono.” Hay claramente un cambio con respecto a lo que enseñaba Tomás, que entendía el sacramento del Orden de modo un poco diferente en cuanto a la disciplina litúrgica. Si, según la legislación vigente en nuestra Iglesia, el diácono es “ministro ordinario” resulta evidente que no hay distinción entre la distribución del Cuerpo y la distribución de la Sangre, como pensaba Tomás de Aquino.

Es bueno recordar que ese es el mismo lugar de la Suma Teológica que se suele citar en cuanto a que la Eucaristía no debe ser tocada por manos no consagradas. Uno debe concluir que para Santo Tomás el diácono sí había sido consagrado, porque había recibido el sacramento del Orden, pero sus manos no eran consagradas. Resulta así una antropología un poco compleja o casuística que no es la que la Iglesia sigue hoy. Además, está el problema de que la boca no recibe una consagración especial, y sin embargo es la que va a recibir las Sagradas Especies Eucarísticas cuando comulgamos. Decir entonces que las manos no deben tocar porque no son consagradas obliga llegar a la difícil pregunta de por qué la boca de la misma persona sí puede tocar y de hecho consumir el Sacramento.

El Código de Derecho Canónico indica: 910 § 2. : “Es ministro extraordinario de la sagrada comunión el acólito, o también otro fiel designado según el c. 230 § 3.” El criterio que sigue la Iglesia es que la distribución de la comunión no añade nada al Sacramento, y si se realiza con respeto y espíritu de fe, tampoco le quita absolutamente nada.

Eso no significa que sea siempre práctico o aconsejable que sea ministro de la comunión una persona laica, ni tampoco significa que sea buena idea dar la Comunión en la mano. Yo entiendo que en sí mismo no es pecado ni ofensa a la Iglesia, pero mi experiencia sacerdotal es que resulta muy imprudente, en muchísimas ocasiones, dar la Comunión en la mano. Pero el mejor remedio no es prohibir, sino evangelizar, catequizar, y arrastrar con el ejemplo.