¿Qué sigue después del Año de la Fe?

Fray Nelson: Después del “Año de la Fe,” ¿qué sigue? ¿El Año de la Esperanza, o algún otro año? –Varios Suscriptores.

* * *

A esta pregunta podemos responder de dos maneras:

1. El Año de la Fe fue una iniciativa generosa y providencial del Papa Benedicto que tuvo y tiene su valor por sí misma, y que no necesariamente implica una continuación con las otras virtudes. Como explicaba en su momento el Papa Benedicto, la fe es fundamento de toda la predicación, toda la liturgia y en realidad, toda la vida cristiana. A los 50 años de la inauguración del Concilio Vaticano II convenía hacer una visita a la solidez de nuestros cimientos, y eso significa: repasar y afianzar nuestra fe.

2. Si miramos la encíclicas publicadas por el Papa Benedicto vemos que de hecho la fe es como la conclusión de su itinerario doctrinal y teológico. Él empezó por el AMOR con la encíclica “Deus charistas est;” luego siguió con la ESPERANZA, con la encíclica “Spe salvi;” es normal entonces que, a manera de conclusión de su camino de enseñanza para todos, haya querido que este año estuviera dedicado a la FE, y por eos la encíclica, publicada ya por el Papa Francisco: “Lumen Fidei.”

Por supuesto, esto no significa que la Iglesia ya no necesite que concentremos nuestra atención en otros elementos de nuestra vida cristiana. Por ejemplo, es claro que en el año de 2014 la FAMILIA tendrá gran relieve y gran importancia. Como fieles hijos de la Iglesia, participaremos en las actividades y llamados que nuestros legítimos pastores nos harán para que fortalezcamos a la familia, célula fundamental de nuestra sociedad.

¡No te quedes sin tu regalo del Año de la Fe!

¡Quedan pocos días para el final del Año de la Fe! (24 de Noviembre de 2013).

¿Cómo obtener –o lucrar, la Indulgencia Plenaria por el Año de la fe?
(Tomado del Decreto de la Penitenciaría Apostólica)

A) Cada vez que participen al menos en tres momentos de predicación durante las sagradas Misiones, o al menos, en tres lecciones sobre los actos del Concilio Vaticano II y sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia en cualquier iglesia o lugar idóneo;

B) Cada vez que visiten en peregrinación una basílica papal, una catacumba cristiana o un lugar sagrado designado por el Ordinario del lugar para el Año de la fe (por ejemplo basílicas menores, santuarios marianos o de los apóstoles y patronos) y participen allí en una ceremonia sacra o, al menos, se recojan durante un tiempo en meditación y concluyan con el rezo del Padre nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima, las invocaciones a la Virgen María y, según el caso, a los santos apóstoles o patronos.

C) Cada vez, en los días determinados por el Ordinario del lugar para el Año de la fe, que participen en cualquier lugar sagrado en una solemne celebración eucarística o en la liturgia de las horas, añadiendo la Profesión de fe en cualquier forma legítima.

D) Un día, elegido libremente, durante el Año de la fe, para visitar el baptisterio o cualquier otro lugar donde recibieron el sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales de cualquier forma legítima.

Los obispos diocesanos o eparquiales y los que están equiparados a ellos por derecho, en los días oportunos o con ocasión de las celebraciones principales, podrán impartir la Bendición Papal con la Indulgencia plenaria a los fieles que la reciban devotamente.

(Traducción del latín, para Zenit, por el Vatican Information Service)

Una fe renovada, EPÍLOGO: La inteligencia interior de la fe

[Predicación en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, en San Luis Potosí, México]

Epílogo: La inteligencia interior de la fe

* En un momento de su ministerio público Jesucristo de repente exulta de gozo y exclama: “Te doy gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla” (Lucas 10,21).

* Estas palabras del Señor nos dejan ver que la comprensión de la fe no requiere única ni principalmente de los recursos exteriores propios de un estudio académico sino que la fe llega a iluminar nuestro entendimiento e impregnar nuestra vida por algo que es mucho más interior y que sucede más a la manera de un don que como fruto de un esfuerzo.

* Una escena de la vida de Santa Catalina de Siena ayuda a precisar lo que estamos diciendo. Siendo ella muy joven, de unos veinte años, pero ya bien reconocida por su santidad de vida y por la altura de su enseñanza, recibió la visita de un fraile muy ilustre por su calidad académica. Este religioso fue a verla no con ánimo dócil a la luz de Dios sino con gran arrogancia y un prejuicio de desprecio hacia la joven consagrada. Pronto la conversación tomó tanta profundidad y hermosura espiritual que este hombre se dio cuenta que Catalina ampliamente superaba la fama que la precedía. Le dijo: “Yo conozco la corteza de la fe pero tú conoces su médula.”

* Conocer el interior, el núcleo, la médula de la fe, es el fruto de una experiencia de gracia. Es algo que viene del Espíritu Santo, y que se hace abundante en aquellos que con humildad se gozan en la grandeza del Señor. Tal conocimiento nos hace connaturales con Dios, y hace que sepamos, como de manera espontánea, qué es de su agrado; qué puede dar más gloria a su Nombre; qué es más eficaz para expandir su Reino; a quiénes hemos de hablar y cómo; incluso qué sentido pueden tener las oposiciones y adversidades que sin duda encontraremos en el camino.

* El conocimiento interior de la fe logra, sobre todo, que podamos comprender que nada puede sustraerse al designio divino: ningún lugar está lejos; ninguna historia le es ajena; ningún dolor le es desconocido; ningún plan le toma por sorpresa; ningún poder le asombra. No hay sombra de cansancio en su mirada; ni soborno que cambie su veredicto; ni dudas o vacíos en su conocimiento; ni pausa en su reinado; ni esperanza que no tenga su fuente y su cumbre en Él mismo, que vive e impera majestuoso por los siglos de los siglos. Amén.

Una fe renovada, 10, Formados en una fe madura

[Predicación en la Parroquia de la Santa Cruz, en San Luis Potosí, México]

Tema 10: Una fe formada y madura

* Podemos descubrir los rasgos de una fe inmadura en la descripción que hace San Pablo en Efesios 4,1-16. La fe inmadura es voluble, estéril, y conformista.

* Las características de una fe madura pueden encontrarse, por contraste, a partir del mismo texto, y de otros textos parecidos:

(1) La fe madura es una fe que se alimenta y que se comunica, se comparte.

(2) La fe madura crea un ambiente, una atmósfera que se respira. No queda reducida a momentos o lugares pero sí sabe llenar tiempos y espacios determinados

(3) La fe madura es capaz de rechazar los ataques, y de hecho, crece en las adversidades y contradicciones. Esto implica, entre otras cosas, una formación por lo menos básica en temas de apologética.

(4) La fe madura mira siempre hacia las cumbres de la santidad; sabe que la tarea es inmensa, y todo lo de la Iglesia le resulta cercano e importante.

Una fe renovada, 09, El camino de la fe de San Pablo

[Predicación en la Universidad de San Pablo, en San Luis Potosí, México]

Tema 9: El camino de la fe de San Pablo

* Uno de los grandes testigos de la fe es el apóstol Pablo. Desde los comienzos del cristianismo, su profundo cambio, del odio visceral a la defensa heroica de la fe cristiana, impactó tan profundamente a los creyentes que existe una fiesta litúrgica, el día 25 de Enero, dedicada a celebrar este acontecimiento. La llegada de Pablo a la fe no es entonces un hecho que lo afecte a él únicamente. Podemos decir que con él llegan a Cristo–hemos llegado a Cristo–pueblos enteros, mayormente de las naciones no judías.

* El drama de Pablo empieza en el hecho mismo de pertenecer a una colonia judía y vivir en un medio greco-romano. Para los judíos, tres elementos resultan especialmente chocantes en cuanto al mundo pagano: (1) La trivialización del sexo, convertido en entretenimiento, con un alto componente homosexual ya desde los hogares. (2) El culto, que incluye sacrificios humanos, sustancias alucinógenas, prácticas enajenantes o uso del sexo. (3) El desprecio general a la vida, convertida en algo que se usa, se desecha o se comercia.

* La pregunta para alguien como Pablo es: ¿Por qué el Dios de la alianza permite que los corruptos e idólatras paganos tengan tanto poder e incluso humillen al pueblo elegido? Su mente inquieta y su corazón apasionado buscan con ardor una respuesta. Cree encontrarla en el enfoque de los fariseos, que podría resumirse así: “Dios nos entrega a nuestros enemigos porque hemos despreciado su alianza y sus mandatos; si cumplimos estrictamente su Ley, la alianza, con todas sus bendiciones estará vigente, y entonces aniquilaremos el orgullo de los paganos.”

* El razonamiento de Pablo es: (1) La Ley es buena; (2) Pero nosotros ahora somos oprimidos; (3) Luego tiene que ser que nuestro pecado impide que Dios muestre su mano y reine.

* Desde su punto de vista, el cristianismo distrae de ese objetivo, que debería ser el único. Todos deben concentrarse en cumplir toda la Ley porque todos han pecado, y el Evangelio esquiva y diluye el problema y la solución. Con esto en mente, Pablo cree que hay que extinguir lo que él ve como una secta perniciosa.

* No se queda en ideas: pasa a los hechos. Diseña un plan: ir hasta el punto extremo hasta donde ha llegado la “infección” cristiana (por eso va a Damasco) para ir encarcelando o eliminando a los seguidores de “El Camino” (los fieles de Jesucristo) en un barrido que debía terminar en Jerusalén. Su técnico de acoso y derribo de los cristianos parecía invencible excepto por el hecho de que Pablo mismo fue vencido por una luz, cuando llegaba a Damasco. esa luz le hizo ver que, aunque él creía tenerlo todo claro, en realidad no veía nada.

* Pablo descubrió que su razonamiento fallaba: el judío no es solamente víctima; el fariseo no es el bueno. Nuestra mente puede deleitarse en el bien que busca pero una cosa es saber lo bueno y otra cosa es ser bueno. Y si lo sabemos y no lo somos, nuestra condición en realidad peor que si no supiéramos nada.

* Cristo es entonces regalo, oferta de salvación; el Evangelio es anuncio de GRACIA inmerecida, y lo que hemos de hacer es acogerlo con gratitud y sobre todo con FE viva. Pablo, iluminado por esta certeza, emprende la ruta de su vida con nuevo empeño, entregándose esta vez a la predicación de la gracia y de la fe. Sus largos años de estudio escriturístico no se han perdido: son munición para mostrar que Jesús es el Ungido, el Mesías de Dios Padre, enviado al mundo para salvarnos.

Una fe renovada, 08, La fe se vive en comunidad, 2a de 2 partes

[Predicación en la Iglesia de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, en San Luis Potosí, México]

Tema 8: La fe se vive en comunidad, 2a de 2 partes

* Sabemos que la comunidad es el espacio propio, el hábitat natural de la experiencia de fe. ¿Cuáles son los bienes de esta fe vivida junto con otros?

* Nótese, ante todo, que sin comunidad quedamos desconectados e ignorantes de los desafíos de la hora presente. Nótese también que sin comunidad somos estériles en cuanto a enfrentar los problemas “macro” que amenazan a nuestra sociedad.

* Pero la vida en comunidad tiene sus propias dificultades y desafíos. ¿De qué modo enfrentarlos?

(1) No huyas. Identifica con bastante claridad qué es lo que te decepciona o fastidia. No te quedes en generalidades. Dale su nombre propio a los problemas.

(2) Examínate: ¿cuánto de lo que se supone que quieres corregir en otros es algo que llevas tú, y quizás en mayor grado?

(3) Después de orar, procede a la corrección fraterna, con discreción y sobre todo con caridad: lo principal no es que te desahogues sino que se logre un bien para la otra persona y para la comunidad en general.

(4) Los que se concentran en los problemas en realidad están buscando culpables y están queriendo desquitarse. De fondo, eso no ayuda. Tú, concéntrate en buscar soluciones.

(5) Toda solución necesita seguimiento, perseverancia y continuidad. Como la mala hierba, los malos hábitos tardan tiempo en erradicarse y tienden a resurgir.

Una fe renovada, 07, La fe se vive en comunidad, 1a de 2 partes

[Predicación en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en San Luis Potosí, México]

Tema 7: La fe se vive en comunidad, 1a de 2 partes

* Nuestra época es tentada en la fe, como ha sucedido a los cristianos de todos los tiempos. La tentación es en el fondo la misma: entronizar el propio yo, y quitar a Dios su lugar, su autoridad en nuestra vida, y su gloria.

* Sin embargo, esa tentación, siempre repetida, se disfraza de diversos modos en los distintos tiempos. En nuestro tiempo gusta de disfrazarse de un individualismo que parece tanto más normal cuanto más lo vemos repetirse y lo repetimos nosotros mismos. ¿De qué modo sucede?

(1) Individualismo tecnológico: nos encerramos en nuestras pantallas (de televisión, Internet); de ese modo esquivamos afrontar los problemas y tensiones reales con la gente real.

(2) Individualismo subjetivista: pretendemos una moral basada en la opinión y el criterio puramente personales.

(3) Individualismo cómodo: creemos que, porque no somos “malos,” ya automáticamente somos “buenos.”

(4) Individualismo del gusto: nos dividimos y separamos por nimiedades, es decir, por que las cosas no siguen lo que al propio yo le gustaría.

Una fe renovada, 06, Crecer en la fe

[Predicación en la Iglesia de San Francisco, en San Luis Potosí, México]

Tema 6: Crecer en la fe

* La fe que no crece resulta insuficiente en la hora de la prueba. Y la prueba puede ser una contradicción, persecución, burla, indiferencia o pregunta insidiosa.

* Puesto que la fe tiene dos dimensiones, doctrinal y existencial, el crecimiento ha de ir en esas dos líneas.

* En cuanto a lo doctrinal es útil:

(1) La recitación frecuente y meditada del Credo.

(2) Lectura de la Paabra de Dios, procurando retener en la memoria algunas palabras o versículos.

(3) Consultar a menudo el Catecismo de la Iglesia, y tenerlo por norma, por encima de las particularidades y a veces barbaridades que se pueden oír en algunos lugares.

(4) Unirse a una comunidad donde haya formación y predicación.

(5) Consulta aquello que ves que supera tus fuerzas o recursos inmediatos. Hay abundantes recursos fiables en Internet.

* En cuanto a la dimensión existencial, son útiles estas recomendaciones:

(1) La fe es un don: hay que pedirlo, como hay que pedir la perseverancia final en la santa fe.

(2) La fe hay que celebrarla: la participación activa en los sacramentos requiere pero también renueva la fe.

(3) Ver a los grandes testigos de la fe, que son básicamente los santos.

(4) Comparte tu fe con los que tienes cerca. Con prudencia y caridad, pero no dejes de hacerlo.

(5) Los más adelantados, no pierdan la oportunidad de participar en misiones, breves o más extensas, en las que den testimonio de su vida e incluso ejerzan el ministerio de la predicación.

Una fe renovada, 05, La Mujer y la Evangelización, 2a. de 2 partes

[Predicación en la Capilla del Niño del Desagravio, en San Luis Potosí, México]

Tema 5: La Mujer y la Evangelización, 2a. de 2 partes

* ¿Qué papel cumplen o pueden cumplir las mujeres en la transmisión de la fe? La primera charla exploró algunos dones más peculiares de la mujer. La segunda parte mira un poco de qué manera esos dones son especialmente útiles a la evangelización.

* En torno al don general de ser llamada “ministra de la vida,” encontramos tres dones que sobresalen, en general, en la mujer; dones que tienen especial eficacia en la transmisión dela fe. Son: fecundidad, sensibilidad y comunicatividad.

* Son dones relacionados: el deseo profundo de dar y defender la vida implica la capacidad de acoger y proteger, y eso sólo es posible desde una verdadera sensibilidad; a su vez, acoger no es posible sin una gran capacidad de comunicar: de comprender y de hacerse entender.

* La fecundidad ayuda a la evangelización porque se convierte en llamado de darle santos a Dios; llamado también al celo misionero, que no se resigna a que muchas ignoren o rechacen el mensaje del amor divino manifiesto en Cristo.

* La sensibilidad ayuda a la evangelización porque sólo evangelizarán los que sientan dolor por el pecado del mundo, y gozo por la redención otorgada gratuitamente en Cristo.

* La capacidad de comunicar ayuda a la evangelización no sólo ni principalmente por aquellas mujeres, que las hay, que predican muy bien, sino sobre todo por esa capacidad de ser puente, conexión, enlace que une y levanta al Cuerpo de Cristo.

Una fe renovada, 04, La Mujer y la Evangelización, 1a. de 2 partes

[Predicación en la Capilla del Niño del Desagravio, en San Luis Potosí, México]

Tema 4: La Mujer y la Evangelización, 1a. de 2 partes

* Seguimos la propuesta del Papa Francisco sobre la necesidad de reflexionar sobre el lugar de la mujer en la Iglesia: ¿qué papel cumplen o pueden cumplir las mujeres en la transmisión de la fe? Esta primera charla sobre el tema explora algunos dones más peculiares de la mujer. La segunda parte mira un poco de qué manera esos dones son especialmente útiles a la evangelización.

* El punto de partida bíblico es que la imagen de Dios no está sólo en el hombre ni sólo en la mujer. “A imagen de Dios los creó,” dice la Escritura, indicando que la diferencia de los sexos y su complementariedad responden al plan de Dios.

* El mundo, por sus propias fuerzas y con sus solas luces, no puede responder al lugar de la mujer en la sociedad. Las alternativas que el mundo ha ofrecido a la mujer son sobre todo tres: (1) destruir la autoestima femenina y hundirla en pasividad inerte frente al machismo; (2) masculinizar a la mujer para que compita con el hombre, y si es posible le gane; (3) intentar una aritmética irreal del 50 y 50 por ciento, como si repartir los trabajos y los oficios por mitades hiciera justicia a las mujeres. Cualquiera de estas alternativas termina volviéndose contra el ser propio de la mujer.

* La Biblia mira la existencia como una vocación y por tanto nos invita a encontrar la verdad y plenitud de toda vida en la mirada atenta hacia aquel que nos ha llamado a existir, es decir, Dios mismo. Esto significa que la mujer encuentra su propia plenitud solamente volviéndose hacia Dios y por supuesto acogiendo su lenguaje y su mensaje.

* De hecho, el primer mensaje que puede leer la misma mujer es su realidad corporal, afectiva, emocional y espiritual. En esa lectura descubre que su cuerpo y todo su ser están abiertos y llamados a dar vida, cuidar la vida, defender la vida, restaurar la vida. La mujer es ministra de la vida. Su vocación puede ser vista y vivida de muchas formas pero solamente cuando se descubre llamada a dar vida la mujer se descubre en la luz de su propio Creador.

Una fe renovada, 03, Abrir la puerta de la fe

[Predicación en la Parroquia de San Miguelito, de San Luis Potosí, México]

Tema 3: Abrir la puerta de la fe

* Nuestra fe no es complicada. Su mensaje es tan sencillo que puede expresarse en algunas de las canciones carismáticas de ritmo más simple: “Vamos a bendecir al Señor: nosotros, los hijos de Dios.” O también: “Yo tengo un amigo que me ama.”

* El Evangelio contiene afirmaciones de extraordinaria sencillez y profundidad, como esas: somos hijos amados; el Uni-génito ha querido en obediencia de amor, ser Primo-génito de muchos hermanos. Y por eso nosotros ben-decimos, o sea: “decimos bien” de Dios con nuestra boca y especialmente con nuestra vida.

* ¿Cómo llega uno saberse redimido y llamado a ser hijo de Dios? Por Cristo, y por aquellos a los que Él ha enviado. Cristo se hace presente en nuestra historia como una carta de amor que llega principalmente por uno de cuatro canales:

(1) Por la Sagrada Escritura. El Señor dijo, refiriéndose a las Escrituras: “Ellas hablan de mí.”

(2) Por el arte religioso, que a menudo es como una Biblia visual que imprime en la mente de los que contemplan las obras el mensaje de la Escritura.

(3) A través de los misioneros, predicadores, y por supuesto, nuestros legítimos pastores.

(4) A través de la voz misma de nuestra conciencia, caja de resonancia del Espíritu Santo.

* Cuando uno acepta la propuesta del amor de Cristo, esa aceptación es abrir la puerta de la fe.

Una fe renovada, 02, Las heridas de la fe

[Predicación en la Universidad Marista de San Luis Potosí, México]

Tema 2: Las heridas de la fe

* Una fe inmadura, o de fachada, pronta a caer, es fruto de ignorancia (porque pretende tapar los huecos de lo que no sabe todavía la ciencia), o es espejismo de fantasía (porque idealiza cualidades o deseos humanos), o es consecuencia de inercia cultural (porque uno la recibió de los ancestros y nunca tuvo suficiente interés o valor para cuestionarla). La fe inmadura ya está herida de muerte, y es pasto fácil para los enemigos de la religión y de la Iglesia.

* La fe verdadera, en cambio, surge como respuesta a una propuesta externa. Su palabra clave es “encuentro” y se da por contagio. El asombro que causa la bondad, la pureza, la resiliencia, la alegría, el sentido de un propósito, en otra persona me cuestiona. Al escuchar su relato y saber quién ha hecho esa diferencia en su vida me impacta. La acogida de ese don hace de mí una persona nueva, que a la vez se reconoce miembro de una comunidad de creyentes, la Iglesia. Esa comunidad me lleva al recuento de las maravillas que ha hecho el señor, y que están testificadas en la Biblia. La profundización en ese mensaje y la vida de los sacramentos constituyen un camino de formación. Tal es el camino de la fe.

* En el camino esa fe puede ser herida por varios factores: desnutrición inicial; contradicción, cuando siento que mis plegarias no son acogidas; escándalo, cuando veo la incoherencia o antitestimonio de quienes debían ayudarme en la fe; inanición inducida por el mensaje incompleto que dan los cristianos no católicos o por los abusos de lenguaje de otros grupos de interés, como la gente de la Nueva Era; el desinterés del propio creyente.

* Es necesario descubrir que estamos en combate. Es necesario darse cuenta de que el odio a la Iglesia a menudo no tiene nada que ver con religión y sí tiene todo que ver con poder y dinero. Es necesario entender que si no estamos venciendo nos están venciendo.

Una fe renovada, 01, Dime cómo está tu fe

[Predicación en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de San Luis Potosí, México]

Tema 1: Dime cómo está tu fe

* La fe no es una cosa ni una realidad estática que uno simplemente posee, como quien sostiene en su puño un diamante inerte que ha heredado. La es una realidad viva. Así como la luz sólo existe iluminando, así la fe sólo existe transformando nuestra vida y nuestro pensamiento en la dirección de Dios.

* Esto ciertamente indica que si no estamos llevando el mundo hacia Dios, el mundo nos está arrastrando lejos de Dios. Y por eso hemos de preguntarnos por los frutos de la fe. El acrónimo DIME, que forma parte del título de esta conferencia, nos ayuda a recordar cuáles son las obras propias de una fe viva.

* La fe DEFIENDE contra la gran mentira, es decir, la falsa alternativa con que el demonio pretende llevarnos al odio contra Dios. Esta alternativa es: “Escoge ser obediente o ser feliz.”

* La fe ILUMINA mostrando el verdadero rostro de Dios y las verdaderas consecuencias del pecado.

* La fe MUEVE, porque nos pone en movimiento hacia la misión, y porque remueve y quita lo que no es de Dios en nuestra vida.

* Y la fe ELEVA nuestro corazón y nuestra vida, volviéndola ofrenda sacerdotal que ofrecemos en virtud de nuestro bautismo.

Vivir la fe, 3 de 3, Si no vas a ser santo, ¿qué vas a ser por toda la eternidad?

[Serie de predicaciones ofrecidas a una asamblea de jóvenes de ambos sexos, en el contexto del Año de la Fe, durante el III ENEST de las Dominicas de la Inmaculada, celebrado en Lima en Octubre de 2013.]

Tema 3 de 3: Si no vas a ser santo, ¿qué vas a ser por toda la eternidad?

* Con gran generosidad, Dios ha concedido al Perú una abundante cosecha de santos. En esta reflexión queremos centrar la mirada en tres de ellos, quizás lo más conocidos: San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima y San Juan Macías.

* Por una parte, sabemos que la santidad implica una forma de liderazgo; por otra parte, las cualidades que brillan en los santos parece que los hacen más “cola” que “cabeza.”

* Pensemos en la humildad, la pureza o el servicio: ¿son atributos que nuestro tiempo asocie con ser líder? No muy a menudo. Pero tal vez debería.

* En efecto: no escoger la humildad es optar por una vida de arrogancia y soberbia, y eso crea enemigos a mayor velocidad y con mayor eficiencia de lo que podrás luego controlar y superar.

* No escoger la pureza es escoger usar a la gente en lo que sienten más suyo: su cuerpo. Es camino derecho para el desengaño, la traición y sobre todo la soledad más amarga.

* No escoger el servicio es pretender que la gente no se dará cuenta que los están explotando; o pretender que lo van a permitir siempre; o hacerse la ilusión de que no hay otros que ya se aprovechan de tu modo de aprovecharte de otros.

* Este camino de reflexión nos enseña que hay algo siempre actual, siempre fascinante y siempre profundamente humano en la santidad cristiana.